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Waylon Waits, un niño de cuatro años con autismo no verbal, acarició por primera vez a su perra Stella, en un momento íntimo que ha conmovido a millones de personas tras volverse viral en TikTok. El video, publicado por su madre, Alex Waits, captura una escena simple, pero profundamente significativa: el niño acaricia con delicadeza a su compañera canina, mientras ella permanece inmóvil, receptiva y serena.
La relación entre Waylon y Stella no nació de inmediato. Cuando la perra llegó a la familia durante la pandemia, Waylon era apenas un bebé. En sus primeros encuentros, el contacto físico con ella le resultaba abrumador debido a sus sensibilidades sensoriales. “Tocarla lo hacía gritar. No le gustaba”, recuerda Alex.
Pero en los últimos meses, el vínculo comenzó a transformarse. Al principio, Waylon se acercaba con los pies, luego con un dedo, y más adelante utilizaba sus juguetes para interactuar con Stella sin tocarla directamente. “En ese video, usaba su juguete de Minecraft para acariciarla. Fue su forma de conectar con ella”, relata Alex.
Stella, de cinco años, respondió con una paciencia inusual. Aunque juega con los hermanos mayores de Waylon, con él adopta un comportamiento distinto: se muestra tranquila, cuidadosa y muy consciente de su tamaño. “Parece entender que debe ser suave con él. Si se mueve bruscamente, él se puede asustar”, explica su madre.
Cuando Waylon finalmente se animó a tocarla con la mano, Alex supo que debía grabarlo. “Llevo meses filmando sus interacciones. Ese día sentí que algo diferente iba a pasar. Y ocurrió”, dice. Para una madre que ha visto a su hijo crecer aislado, sin responder siquiera a su presencia, este gesto marcó un avance importante. “Ahora él la reconoce, quiere acariciarla, disfrutarla. Fue hermoso de ver.”
Aunque Alex es peluquera canina y entrenó a Stella para convivir con niños, considera que lo que ocurre entre ella y Waylon va más allá del adiestramiento. “Ella ha aprendido a tratarlo distinto. Es más energética con otros, pero con él es una presencia tranquila, una especie de refugio cuando se siente sobre estimulada”, afirma.
Esa conexión ha sido posible gracias a un enfoque sin presiones. Al inicio, Alex intentó guiar la mano de su hijo para que tocara a Stella, pero eso lo angustiaba. Así que decidió simplemente mostrarle cómo hacerlo, con palabras suaves y gestos lentos. Con el tiempo, Waylon asoció el término “suave” con el pelaje de su perra y comenzó a explorar por sí mismo.
La publicación generó miles de reacciones, muchas de ellas de padres que han vivido procesos similares con sus hijos. “Había visto historias parecidas en TikTok y pensaba: ‘Ojalá algún día Waylon también lo logre’. Cuando sucedió, supe que debía compartirlo”, cuenta Alex.
Algunos usuarios malinterpretaron la quietud de Stella como señal de incomodidad, pero Alex lo desmiente. “Trabajo a diario con perros estresados y sé reconocer esas señales. Stella no está nerviosa, está tranquila porque sabe que eso es lo que él necesita.”
Waylon y Stella han crecido juntos. Su relación es silenciosa, progresiva y profundamente respetuosa. Para Alex, es una lección de empatía y tiempo. “No se puede forzar. Cada niño, cada perro, encontrará su manera de conectar. Solo hay que darles espacio, observar, y estar listos para acompañar sin interferir.”
La historia de Waylon y Stella no solo muestra la inteligencia emocional de los perros, sino también la capacidad de los niños con autismo para construir lazos únicos cuando se les permite hacerlo a su ritmo.
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