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Leigh Stephens, una diseñadora gráfica estadounidense de 26 años, jamás imaginó que su camino para aprender portugués pasaría por el entrenamiento de un perro callejero. Desde que se mudó a São Paulo en 2023 para vivir con su esposo brasileño, Gabriel Santos, ha estado enfrentando el reto de adaptarse a una nueva cultura y un nuevo idioma. Sin embargo, fue la adopción de un perro lo que le dio un inesperado impulso a su proceso de aprendizaje.
Todo comenzó cuando la pareja se topó con una feria de adopción cerca de su casa. Al ver a un perro de pelaje caramelo, una mezcla comúnmente conocida en Brasil como “caramelo”, sintieron una conexión inmediata. “Lo vimos y simplemente sentimos que era el indicado, así que lo llevamos a casa”, contó Stephens a Newsweek. Lo bautizaron como Billie y pronto descubrieron que, aunque era cariñoso y obediente, no reaccionaba a ninguno de los comandos que ella intentaba enseñarle.
Durante los primeros días de convivencia, Stephens intentó entrenarlo con órdenes en inglés como “sit” o “shake”, pero Billie no respondía. Confundida, recurrió a su esposo para preguntarle cómo se decían esos comandos en portugués. La sorpresa fue inmediata: cuando usó las palabras correctas en el idioma local, el perro reaccionó al instante.
“Resulta que ya conocía algunos comandos del refugio donde vivía antes, ¡y ahora me toca a mí ponerme al día!”, relató Stephens entre risas. Desde entonces, su día a día en casa se ha transformado: ha comenzado a hablar en portugués con Billie para poder continuar su entrenamiento y, sin darse cuenta, también ha mejorado su fluidez en el idioma.
Stephens compartió la historia en un video publicado en su cuenta de TikTok, @leighabroad, que también replicó en Instagram. En el clip, que ya suma cerca de un millón de visualizaciones desde el 8 de julio, se la ve dándole comandos a Billie en inglés sin obtener respuesta. El perro simplemente se recuesta junto a ella en busca de cariño. Pero cuando le pregunta en portugués si tiene hambre, Billie salta emocionado y se lame los labios; cuando le dice si quiere salir, corre directo hacia la puerta moviendo la cola con entusiasmo.
“Me pregunto si está confundido todo el día cuando hablo en inglés”, escribió en la descripción del video, junto con un emoji riéndose.
Stephens asegura que, aunque no fue planeado, esta experiencia con Billie se ha convertido en una herramienta clave en su aprendizaje. “Tuve que empezar a aprender las frases en portugués solo para poder comunicarme con él. Ha sido una gran ayuda en mi proceso con el idioma. Ahora hablo principalmente portugués en casa, gracias a él”, dijo.
La historia ha despertado todo tipo de reacciones en redes sociales. Usuarios comentaron sobre lo impresionante que es la capacidad de los perros para entender comandos, e incluso compartieron experiencias similares. “Mis perros son bilingües porque hablamos inglés y francés todo el tiempo”, escribió una persona. Otro usuario reflexionó: “Esto solo demuestra que con un poco de comprensión, podemos ser nosotros mismos de verdad”.
Más allá de la anécdota, Stephens se ríe al recordar cómo, gracias a Billie, aprendió comandos como “senta” o “dá a pata” antes de dominar el futuro simple o saber cómo agendar una cita médica. Ahora, cada paseo con su perro y cada sesión de entrenamiento no solo refuerzan su vínculo con Billie, sino que también la acercan un poco más a su nuevo hogar.
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