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Sin importar el clima, varios canes disfrutan de jugar afuera, incluso cuando la temperatura está demasiado fría. No obstante, los dueños de animales de compañía deben saber cuándo sus mascotas tienen demasiado frío, para evitar problemas de salud.
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Según explica la Sociedad de Ontario para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, entre las principales señales para determinar que un perro tiene demasiado frío, se encuentran el temblor en el cuerpo, el tener una postura encorvada con la cola escondida, los gemidos o ladridos, la alteración en el comportamiento, falta de disposición a seguir caminando o el hecho de buscar refugio en lugares cercanos.
La entidad anteriormente mencionada explica que la exposición prolongada al frío puede conllevar en hipotermia. Por ello, si existen sospechas de que el animal de compañía esté sufriendo de frío excesivo, se debe envolverlo en una manta o abrigo, buscar refugio cálido y buscar atención veterinaria inmediata.
La hipotermia puede expresarse a través de un temblor prolongado, debilidad, rigidez muscular, dificultad para caminar, encías pálidas, confusión, respiración lenta y pérdida de conciencia.
Por otro lado, la congelación puede tomar varios días en desarrollarse. A menudo, este flagelo se presenta en las extremidades, como las orejas, patas y la cola. Esto también se ve a través de piel pálida, fría al tacto y dolorosa. La piel incluso puede enrojecerse, hincharse, tener ampollas o ponerse negra.
Si bien es importante prestar atención a estos síntomas, los propietarios de animales de compañía no deben esperar a ver los primeros signos de incomodidad para dar por terminado algún paseo o juego. Cuando el entorno presenta temperaturas extremas, resulta recomendable acortar el paseo y complementar el ejercicio de la mascota con actividades y enriquecimiento en interiores.
Del mismo modo, las bajas temperaturas pueden terminar afectando la piel y las patas de los canes, provocando sequedad, grietas, picazón o irritación. Además, una exposición prolongada de la piel o las almohadillas en superficies frías pueden resultar en quemaduras.
Por último, el frío puede hacer que los perros sean menos activos, disminuyendo su actividad diaria y predisponiéndoles a problemas de peso y otros problemas de salud. Para contrarrestarlo, los propietarios pueden ofrecer juguetes interactivos y pasar tiempo de calidad con ellos.
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Algunos canes pueden estar más predispuestos a sentir frío, debido a factores como su raza, tamaño, edad, salud y alimentación. Algunos canes pueden comenzar a tener escalofríos, a acurrucarse, y a sentir lloriqueos.
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