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Una caminata nocturna rutinaria tomó un giro inesperado para Tiffany Holm, una mujer de 42 años que vive en Fort Wayne, Indiana. A las 2:30 a. m., paseaba como de costumbre con su pastor alemán Bruh cuando el comportamiento del perro cambió abruptamente: se detuvo en seco, la miró fijamente, tensó todo el cuerpo y se negó a seguir caminando.
Holm, acostumbrada a recorrer esa ruta sin inconvenientes, interpretó la reacción como una señal de alerta. “No quería avanzar. Estaba claramente comunicándome que debíamos dar la vuelta”, explicó a Newsweek. La intensidad de su gesto fue tal que días después intentó volver al lugar con él, pero nuevamente se negó a acercarse. Incluso otro de sus perros, Jessica, mostró signos de inquietud al llegar a la misma zona.
Intrigada, Holm decidió regresar sola durante el día. Esta vez le pidió a Bruh que le mostrara qué lo inquietaba. El perro caminó directamente hacia una alcantarilla, la observó con atención y luego la miró a ella. Al inspeccionar el interior, Holm encontró una losa de concreto rota, un parche de tierra expuesta y tres tubos que no estaban conectados, lo que permitía que el agua fluyera directamente al suelo.
Aunque no había señales evidentes de peligro, la escena levantó sospechas. Holm se comunicó con el departamento de alcantarillado, pero le indicaron que solo podrían intervenir si ella misma percibía algo anómalo, algún olor extraño, ruidos o evidencias concretas. También habló con un oficial de policía, quien revisó el área superficial, pero explicó que una inspección más profunda requería la intervención del personal técnico.
Días después, durante una tormenta, Holm volvió al lugar y comprobó que el sistema seguía activo: el agua fluía por uno de los tubos hasta desembocar en el río. A pesar de no tener pruebas de que algo grave ocurriera, sigue convencida de que la actitud de su perro merece atención. “No espero encontrar un cadáver, pero algo me dice que vale la pena investigar. Podría tratarse de una fuga de gas, una falla en el suelo o alguna enfermedad. Confío en mi perro y quiero saber qué está tratando de decirme”.
Holm ha compartido toda la experiencia en su cuenta de TikTok (@tiffany.holm6), donde el primer video mostrando la reacción de Bruh frente a la alcantarilla ya supera los 5,7 millones de vistas y ha generado más de 2.100 comentarios. Muchos usuarios la han alentado a confiar en el instinto del animal, e incluso han sugerido explorar otras vías, como contactar a equipos de búsqueda con perros especializados.
“El apoyo ha sido abrumador. Estoy abierta a seguir investigando esto desde varios frentes”, dijo Holm, quien continúa documentando lo que ahora se ha convertido en una historia viral sobre intuición animal.
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