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La Fundación Por Amor a Rocky ha compartido una conmovedora historia que no deja indiferente a nadie. Se trata de Lilo, un perro criollo de tres años que ha estado esperando pacientemente su oportunidad de ser adoptado, pero una y otra vez ha visto cómo otros perros, con características diferentes, encuentran hogar mientras él permanece atrás. El motivo, según la fundación, es un prejuicio que muchos desconocen: su pelaje negro.
Lilo, un perro de tamaño mediano, está completamente preparado para ser parte de una familia. Está castrado, tiene sus vacunas al día y cuenta con microchip, lo que lo convierte en un animal totalmente saludable y listo para integrarse en un hogar. Sin embargo, Lilo se enfrenta a un obstáculo que, increíblemente, muchos animales adoptables deben sortear: ser de color negro.
El fenómeno conocido como síndrome del perro negro o black dog syndrome es una realidad que afecta a muchos perros de pelaje oscuro. Este prejuicio inconsciente lleva a que los perros negros sean menos adoptados que los de colores más claros, a pesar de que son igual de cariñosos y leales. En muchos casos, las personas sienten que los perros de color oscuro no son tan atractivos visualmente o incluso se dejan llevar por mitos y supersticiones.
La publicación de la fundación explica como Lilo, al igual que otros perros en su situación, simplemente necesita ser visto más allá de su color y que su verdadera esencia y personalidad son mucho más importantes.
La Fundación Por Amor a Rocky hace un llamado a la adopción responsable. Adoptar un perro no es solo un acto de caridad, sino una decisión de compromiso y amor. Los animales adoptados tienen mucho que ofrecer, desde compañía hasta lealtad incondicional, y cambiarán la vida de quien los reciba.
Además, la fundación destaca que todos los perros disponibles para adopción pasan por un proceso de revisión médica, están vacunados y esterilizados, y son evaluados para asegurar que sean compatibles con diferentes tipos de hogares. Esto garantiza que los perros adoptados estén listos para integrarse a sus nuevas familias sin problemas.
El testimonio de Lilo no solo busca aumentar las adopciones, sino también sensibilizar sobre la importancia de no dejarse llevar por prejuicios superficiales. Los perros, independientemente de su color, tienen personalidades únicas y merecen ser tratados con amor y respeto.
Para aquellos interesados en cambiar la vida de Lilo y darle la oportunidad que tanto merece, pueden descargar el formulario de adopción desde la cuenta oficial de la fundación en Instagram: @rockyadopcion. Al hacerlo, también conocerán a otros perros que, como Lilo, esperan encontrar una familia que no los juzgue por su apariencia, sino que valore su alma.
Adoptar a un perro no es solo salvarle la vida a un animal, sino también enriquecer la propia. Cada perro tiene su historia, su carácter y su capacidad de dar amor. Es hora de que más personas abran su corazón y sus hogares a aquellos que necesitan una oportunidad para brillar, sin importar el color de su pelaje.
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