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Repartidor lleva un pedido a un refugio de animales y termina adoptando un perrito

Alan Moncayo fue a entregar un pedido a un refugio de animales sin saber que terminaría adoptando un perrito. Dice que fue “amor a primera vista”. Esta es su historia.

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06 de marzo de 2024 - 09:00 p. m.
En la foto aparecen Alan Moncayo, Sabrina y Jihoo.
En la foto aparecen Alan Moncayo, Sabrina y Jihoo.
Foto: Refugio de Animales del condado de Fairfax

Alan Moncayo nunca esperó que un pedido fuera a cambiar su vida. Todo sucedió el pasado 10 de febrero, cuando Moncayo, un conductor de Grubhub (una aplicación de entrega de comida), fue a entregar el almuerzo que había pedido un empleado de un refugio de animales.

El hombre, de 51 años, llegó al lugar y se percató de que un perrito lo estaba mirando desde una ventana. No pudo apartar la mirada, de hecho, sintió que fue una conexión única. “Fue amor a primera vista. Él me miró y yo le devolví la mirada”, dijo a People.

Sin embargo, tuvo que apartar la mirada cuando el trabajador del refugio de animales del condado de Fairfax, ubicado en Virginia, Estados Unidos, abrió la puerta para recibir su almuerzo. Moncayo entregó el pedido y aprovechó para preguntar sobre el gran perro blanco que lo seguía mirando.

El trabajador, alegremente, dejó que se acercara a conocerlo. Se enteró de que el nombre del animal era Jihoo, una mezcla de pitbull blanco con un peso de 30 kilogramos.

Se llevó muy bien con Jihoo y supo que debía adoptarlo, pues era el perro perfecto para su pequeña de 5 años. “Mi hija lleva mucho tiempo pidiéndome un cachorro. Ella deseaba tanto un perro”, contó.

Precisamente, ese fin de semana, el padre soltero estaba con su hija Sabrina, así que fue por ella para que conociera y jugara con Jihoo. “Fue increíble. Nos llevamos bien con él desde el principio”, recordó.

Jihoo llevaba, exactamente, 240 días en el refugio esperando un hogar responsable y amoroso (la media de un perro en el refugio es de 24 días). “Nuestro personal lo quería mucho. Hacía caminatas, visitaba diferentes parques y le encantaba jugar con todos los juguetes que chirriaban. Incluso pasó un día en nuestra recepción saludando a los visitantes, él saltaba sobre el mostrador y meneaba la cola. Era simplemente perfecto”, afirmó Rebecca Cavedon, gerente de comunicaciones del Departamento de Refugio de Animales del Condado de Fairfax, a People.

Actualmente, Jihoo vive con Moncayo y su hija. Los tres conectaron de manera rápida y están más que felices por brindarle la oportunidad a un animal que la necesitaba.

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