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Shaira tiene 12 años y un pasado que aún pesa. Fue rescatada en 2019 por el Escuadrón Anticrueldad, luego de que su familia la abandonara amarrada en una terraza, sin comida ni agua. Cuando fue encontrada, estaba extremadamente delgada, asustada y con signos evidentes de tristeza. Su historia es una de las muchas que demuestran que el maltrato no siempre es visible, pero deja huellas profundas.
Gracias al cuidado del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, Shaira logró recuperarse tanto física como emocionalmente. Hoy es una perrita activa, juguetona y llena de vida, que aún conserva las ganas de correr, explorar y dar cariño, a pesar de su edad.
Ama las caminatas largas, los espacios al aire libre y los momentos de juego. Aunque a veces puede mostrarse temperamental con otros perros, con paciencia y amor logra adaptarse y encariñarse con quienes la rodean. Shaira necesita un hogar con espacio, tiempo y, sobre todo, mucho amor. Alguien que no solo la adopte, sino que la comprenda, le dé seguridad y le recuerde que todavía puede ser feliz.
Después de seis años de espera, Shaira sigue creyendo que es posible encontrar una familia. Su caso pone sobre la mesa una realidad que a menudo se pasa por alto: los animales adultos también sueñan con ser adoptados. Ellos también sienten, sanan y entregan amor incondicional.
Adoptar no solo cambia la vida de un animal, también transforma la de quien decide abrirle su hogar. Shaira está lista. Solo falta que alguien crea en ella.
Shaira hace parte de “Adopta un viejito”, la campaña de La Red Zoocial que busca darles una segunda oportunidad a los animales mayores del país. Si quiere conocer a Shaira y darle la oportunidad que merece, puede escribir al Instituto de Protección y Bienestar Animal o visitar la Unidad de Cuidado Animal en Engativá, Cra 106 #67-02.
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