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Durante años, Soñador vivió aislado en la terraza de una casa en México. No tenía compañía, ni cuidados, ni una sombra bajo la cual protegerse del sol. Este lamentable estado había provocado que su cuerpo se cubriera de rastas endurecidas por la suciedad, sus oídos se dañaran por infecciones no tratadas, y su boca estuviera tan mal que apenas podía comer. Su caso salió a la luz el pasado 25 de mayo, cuando finalmente logró ser rescatado.
Desde su ventana, una vecina veía al perro solo, atrapado en el abandono. Junto con otras personas de la comunidad, había intentado contactar a las autoridades, pero nunca obtuvo respuesta. “Espero me puedan orientar, una vecina tiene este perrito en la azotea, está en muy malas condiciones, hemos hablado con ella para que lo entregue, pero no quiere”, escribió al pedir ayuda.
Fue entonces cuando la fundación Seres Libres, dedicada al rescate y protección de animales, tomó el caso. Con apoyo de la comunidad, lograron rescatar a Soñador y llevarlo al Hospital Veterinario Durango, donde fue atendido por un equipo que quedó impactado por el estado en que llegó.
El diagnóstico fue claro: sordera, probablemente por infecciones crónicas; dentadura y encías en muy malas condiciones; y un pelaje tan descuidado que acumulaba más de cinco kilos en nudos. Aun así, algo en Soñador seguía intacto: sus ganas de vivir. Desde el primer momento en el hospital, el perrito comenzó a saltar, a moverse con energía, a buscar cariño.
Hoy, Soñador está en tratamiento y su historia ha conmovido a cientos de personas que siguen su recuperación a través de las redes sociales de Seres Libres. Allí también es posible encontrar formas de ayudar, ya sea con donaciones para cubrir sus gastos veterinarios o apoyando el trabajo de la asociación en futuros rescates.
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