
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En Cazucá, cabecera municipal de Soacha, Cundinamarca, una historia de esperanza se tejió en el corazón de un perrito que, tras ser víctima de maltrato extremo, hoy vuelve a mover la cola con alegría. Su nombre es Guerrero y su historia es un poderoso llamado a la compasión y la acción.
Guerrero tiene aproximadamente tres años. Durante gran parte de su vida, conoció solo el encierro y la violencia. Atado a una terraza, sin posibilidad de correr, sin cariño, su día a día estaba marcado por el dolor físico y emocional. Fue víctima de golpes, cortes y quemaduras, signos de una crueldad que parece no tener límites.
Pero en marzo de este año, su vida cambió para siempre. Más de 30 personas se unieron en una red de solidaridad y rescate, orquestada por la rescatista independiente Carolina Escobar, fundadora del colectivo Patas por la vida. Conmovidos por la historia de Guerrero, este grupo de héroes logró liberarlo de su encierro.
“Cuando lo rescatamos, tenía marcas de maltrato por todo el cuerpo y un miedo enorme a los humanos. No quería acercarse. Pero lo llevamos al veterinario, le dimos atención médica y, poco a poco, comenzó a confiar de nuevo”, cuenta Carolina.
Tras meses de rehabilitación, Guerrero ha logrado una recuperación sorprendente. Está castrado, vacunado y desparasitado. Se ha vuelto sociable con otros perros. Sin embargo, se recomienda que no sea adoptado por familias con niños ni con gatos, ya que aún está en proceso de sanar emocionalmente. El encierro le genera mucha ansiedad, por lo que necesita un hogar donde pueda disfrutar de espacios libres, caminatas frecuentes y, sobre todo, tranquilidad.
“Es un gordito que solo busca paz, comida rica y amor. No quiere volver a estar amarrado, ni encerrado. Necesita a alguien con tiempo y cariño para ayudarle a seguir sanando las heridas del alma”, explica Carolina.
Este noble perro, al que hoy muchos llaman cariñosamente Guerrerito, busca un hogar definitivo. No puede volver a una vida de encierro ni a lugares donde los animales viven solo para cuidar fincas o estar atados.
La adopción será completamente responsable y supervisada. Quienes estén interesados deben cumplir con ciertos criterios: no vivir en zonas de sobrepoblación animal, no tener la intención de usar al perro como guardián de finca y, sobre todo, demostrar un compromiso real con su bienestar.
Guerrero es un sobreviviente. Un símbolo de resistencia y una muestra de cómo, con amor y cuidado, incluso las almas más heridas pueden volver a confiar. Si desea cambiar su vida para siempre, puede contactar a Carolina Escobar al 310 237 6706.
*Este artículo es informativo y se basa en datos proporcionados por las fuentes. El medio de comunicación no participa en procesos de adopción ni se responsabiliza por acuerdos entre particulares.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱
