Perro escapaba de su refugio para ir a dormir a un ancianato: el personal lo adoptó
El canino se convirtió en un integrante más de este establecimiento, pues se ha dedicado a dar amor y acompañar a personas que están a punto de partir.
Aunque tradicionalmente es la persona quien decide qué perrito adoptar, en este caso fue la mascota la encargada de seleccionar a su cuidador y un hogar en el que recibiría mucho amor. Scout estaba en el refugio de animales del Antrim, ubicado en Michigan, Estados Unidos, y empezó a escaparse –cada vez más seguido– para dirigirse a Meadow Brook Medical Care Facility, una residencia de ancianos ubicada al otro lado de la calle.
Con cerca de 29 kilos de peso, el canino fue capaz de escalar la jaula, de acuerdo a lo que explica la directora del refugio, Heather Belknap, al Washington Post. Asimismo, agregó que en el establecimiento “hay una valla de vinilo sólido de casi dos metros alrededor de las perreras. Saltó por encima de esa valla”.
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Lo que recuerdan los cuidadores del establecimiento es que esta repetitiva escabullida empezó en el 2017. En este año, el canino saltó dos vallas y cruzó una carretera, luego entró en el vestíbulo de la residencia de ancianos a través de una puerta giratoria automática y se acomodó en un sofá de color marrón. Se acomodó y durmió en el sofá hasta que una enfermera se sorprendió y llamó al sheriff del condado. El perro, que fue devuelto al refugio, realizó lo mismo durante tres noches separadas en el espacio de solo unos días, escapando del refugio y saltando al sofá marrón en el vestíbulo de la residencia de ancianos.
“Fue bastante implacable en su búsqueda de estar aquí”, dijo Stephanie Elsey, coordinadora de atención clínica en la Meadow Brook Medical Care Facility, al Washington Post. Por ello, en su tercera visita no deseada, un miembro del personal se llevó a Scout a casa, pero no encajó bien con sus otros perros. Entonces, el personal de la residencia de ancianos optó por adoptarlo colectivamente.
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Hasta el día de hoy, no se sabe qué le atrajo a Scout de la residencia de ancianos. Pero fue muy bien recibido y amado por quienes conformaban su nuevo hogar. “Simplemente, sabíamos que él pertenecía aquí”, dijo Elsey, agregando que el personal verificó si los residentes tenían alergias y se aseguró de que todos se sintieran cómodos con su presencia.
La responsabilidad de tener al perrito en buenas condiciones fue repartida entre todos, pues se cree que tiene entre 10 y 12 años, aunque no se sabe con exactitud, ya que inicialmente llegó al refugio luego de ser rescatado de sus antiguos cuidadores, que lo maltrataban.
Durante los últimos seis años, Jenny Martinek, coordinadora del lugar, ha decidido tomar el rol principal en la vida de Scout. Se asegura de que la residencia de ancianos esté siempre bien abastecida con su comida preferida, y lo lleva a las citas con el veterinario. “Si estoy aquí, él me sigue a donde quiera que vaya”, dijo al Washington Post.
Tiene su propia cama en la sala de estar, aunque a menudo pasa sus noches junto a los residentes, especialmente aquellos que le ofrecen muchas golosinas o parecen necesitar consuelo. “Él lo percibe”, dijo Martinek, explicando que el perro puede detectar cuándo un residente está triste o enfermo. “Siente que está protegiendo a todos. Siempre está en servicio”.
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Sin embargo, a veces es Scout quien necesita consuelo y compañía. Por ejemplo, durante tormentas se siente desprotegido y busca con quien acurrucarse para sentirse a salvo. Algo que los residentes adoran, ya que tener a un canino cerca les llena de felicidad, al punto de que Scout fue nombrado como “Residente del mes” en febrero de este año.
Shirley Sawyer, de 82 años, quien ha vivido en Glacier Hill durante aproximadamente un año, dijo que la compañía de Scout ilumina los días aburridos. “Es simplemente un perro perfecto”, dijo. “Puedes acariciarlo; puedes hablarle. Él entra y se acuesta contigo” y “no ladra mucho”, explica a Washington Post.
Entre otras de las cualidades que tiene el canino, sus compañeros de hogar resaltan que “es bastante intuitivo. Sabe cuándo nuestros residentes no están bien y se están preparando para partir”, según Elsey. “Entrará y se quedará en su habitación con ellos para darles consuelo”.
Después de ser maltratado y abandonado, Scout ahora sabe lo que es sentirse realmente amado. Y a cambio, brinda amor, en abundancia, a quienes más lo necesitan. “No podríamos imaginar este lugar sin él”, dijo Elsey.
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Aunque tradicionalmente es la persona quien decide qué perrito adoptar, en este caso fue la mascota la encargada de seleccionar a su cuidador y un hogar en el que recibiría mucho amor. Scout estaba en el refugio de animales del Antrim, ubicado en Michigan, Estados Unidos, y empezó a escaparse –cada vez más seguido– para dirigirse a Meadow Brook Medical Care Facility, una residencia de ancianos ubicada al otro lado de la calle.
Con cerca de 29 kilos de peso, el canino fue capaz de escalar la jaula, de acuerdo a lo que explica la directora del refugio, Heather Belknap, al Washington Post. Asimismo, agregó que en el establecimiento “hay una valla de vinilo sólido de casi dos metros alrededor de las perreras. Saltó por encima de esa valla”.
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Lo que recuerdan los cuidadores del establecimiento es que esta repetitiva escabullida empezó en el 2017. En este año, el canino saltó dos vallas y cruzó una carretera, luego entró en el vestíbulo de la residencia de ancianos a través de una puerta giratoria automática y se acomodó en un sofá de color marrón. Se acomodó y durmió en el sofá hasta que una enfermera se sorprendió y llamó al sheriff del condado. El perro, que fue devuelto al refugio, realizó lo mismo durante tres noches separadas en el espacio de solo unos días, escapando del refugio y saltando al sofá marrón en el vestíbulo de la residencia de ancianos.
“Fue bastante implacable en su búsqueda de estar aquí”, dijo Stephanie Elsey, coordinadora de atención clínica en la Meadow Brook Medical Care Facility, al Washington Post. Por ello, en su tercera visita no deseada, un miembro del personal se llevó a Scout a casa, pero no encajó bien con sus otros perros. Entonces, el personal de la residencia de ancianos optó por adoptarlo colectivamente.
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Hasta el día de hoy, no se sabe qué le atrajo a Scout de la residencia de ancianos. Pero fue muy bien recibido y amado por quienes conformaban su nuevo hogar. “Simplemente, sabíamos que él pertenecía aquí”, dijo Elsey, agregando que el personal verificó si los residentes tenían alergias y se aseguró de que todos se sintieran cómodos con su presencia.
La responsabilidad de tener al perrito en buenas condiciones fue repartida entre todos, pues se cree que tiene entre 10 y 12 años, aunque no se sabe con exactitud, ya que inicialmente llegó al refugio luego de ser rescatado de sus antiguos cuidadores, que lo maltrataban.
Durante los últimos seis años, Jenny Martinek, coordinadora del lugar, ha decidido tomar el rol principal en la vida de Scout. Se asegura de que la residencia de ancianos esté siempre bien abastecida con su comida preferida, y lo lleva a las citas con el veterinario. “Si estoy aquí, él me sigue a donde quiera que vaya”, dijo al Washington Post.
Tiene su propia cama en la sala de estar, aunque a menudo pasa sus noches junto a los residentes, especialmente aquellos que le ofrecen muchas golosinas o parecen necesitar consuelo. “Él lo percibe”, dijo Martinek, explicando que el perro puede detectar cuándo un residente está triste o enfermo. “Siente que está protegiendo a todos. Siempre está en servicio”.
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Sin embargo, a veces es Scout quien necesita consuelo y compañía. Por ejemplo, durante tormentas se siente desprotegido y busca con quien acurrucarse para sentirse a salvo. Algo que los residentes adoran, ya que tener a un canino cerca les llena de felicidad, al punto de que Scout fue nombrado como “Residente del mes” en febrero de este año.
Shirley Sawyer, de 82 años, quien ha vivido en Glacier Hill durante aproximadamente un año, dijo que la compañía de Scout ilumina los días aburridos. “Es simplemente un perro perfecto”, dijo. “Puedes acariciarlo; puedes hablarle. Él entra y se acuesta contigo” y “no ladra mucho”, explica a Washington Post.
Entre otras de las cualidades que tiene el canino, sus compañeros de hogar resaltan que “es bastante intuitivo. Sabe cuándo nuestros residentes no están bien y se están preparando para partir”, según Elsey. “Entrará y se quedará en su habitación con ellos para darles consuelo”.
Después de ser maltratado y abandonado, Scout ahora sabe lo que es sentirse realmente amado. Y a cambio, brinda amor, en abundancia, a quienes más lo necesitan. “No podríamos imaginar este lugar sin él”, dijo Elsey.
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