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¿Por qué las mulas no pueden tener crías?

Estos animales heredan lo mejor de ambos progenitores: la inteligencia, la fuerza y el tamaño del caballo, combinados con la resistencia y la sobriedad del burro.

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La Red Zoocial
03 de mayo de 2025 - 12:00 p. m.
La mula es un ejemplo notable de lo que la hibridación puede lograr en la naturaleza, pero también de sus límites.
La mula es un ejemplo notable de lo que la hibridación puede lograr en la naturaleza, pero también de sus límites.
Foto: Pexels
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Las mulas han acompañado al ser humano desde hace siglos como animales de carga fuertes, resistentes y trabajadores. Su utilidad en la agricultura, el transporte y otras labores pesadas es ampliamente reconocida, pero hay un detalle biológico que siempre ha llamado la atención: las mulas no pueden reproducirse. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta está en la ciencia, y en particular, en la genética.

¿Qué es una mula?

Una mula es un animal híbrido que resulta del cruce entre una yegua y un burro o asno macho. El cruce inverso, un caballo macho con una burra, da como resultado un animal similar, pero conocido como burdégano. Aunque físicamente son parecidos, las mulas suelen ser más comunes debido a que heredan lo mejor de ambos progenitores: la inteligencia, la fuerza y el tamaño del caballo, combinados con la resistencia y la sobriedad del burro.

Este cruce interespecífico produce un animal excepcionalmente útil, pero biológicamente limitado en términos de reproducción. Aunque las mulas pueden vivir muchos años y son plenamente funcionales en cuanto a fuerza y comportamiento, presentan una gran diferencia respecto a sus progenitores: son estériles.

El misterio de la esterilidad

La esterilidad de las mulas se debe a un fenómeno genético. Cuando se cruzan dos especies distintas, como el caballo y el burro, el resultado es un animal con una combinación de cromosomas que no puede organizarse correctamente durante la reproducción.

Los caballos tienen 64 cromosomas (32 pares), mientras que los burros tienen 62 (31 pares). Por lo tanto, la mula hereda un total de 63 cromosomas, un número impar. Este número impide la correcta formación de pares de cromosomas durante la meiosis, el proceso celular por el cual se producen los gametos (óvulos y espermatozoides).

En la reproducción sexual, para que se forme un embrión viable, los gametos de ambos progenitores deben tener la mitad exacta de los cromosomas de su especie. Al unirse, estos gametos forman un nuevo ser con un número completo de cromosomas, con la información genética organizada en pares. En las mulas, la presencia de 63 cromosomas hace imposible una división celular equilibrada, lo que provoca que no puedan producir gametos funcionales. Por ello, no pueden reproducirse de forma natural.

¿Existen excepciones?

Aunque la regla general es que las mulas son estériles, existen rarísimos casos documentados de mulas hembras que han logrado tener crías. Estos casos son tan inusuales que han sido objeto de investigaciones científicas. En algunos de ellos se sospecha que pudo haber una anomalía cromosómica que permitió la formación de gametos viables, o incluso errores en la identificación del animal, es decir, que en realidad no se tratara de una mula pura.

Sin embargo, estas excepciones no invalidan la regla general. La probabilidad de que una mula tenga descendencia es tan baja que en la práctica se considera nula. Por esta razón, cada mula debe ser producto de un nuevo cruce entre yegua y burro.

¿Por qué se siguen criando?

La imposibilidad de que las mulas se reproduzcan naturalmente obliga a los criadores a seguir realizando cruces entre caballos y burros para obtener más ejemplares. Esto tiene un costo, ya que requiere mantener a ambas especies y controlar cuidadosamente el apareamiento. No obstante, la eficiencia de las mulas en el trabajo físico justifica esta inversión. Su resistencia al cansancio, su capacidad para cargar peso en terrenos difíciles y su carácter equilibrado las hacen especialmente valiosas en regiones rurales y montañosas.

La mula es un ejemplo notable de lo que la hibridación puede lograr en la naturaleza, pero también de sus límites. Es un recordatorio de que no todos los cruces entre especies son viables desde el punto de vista reproductivo, aunque sí lo sean desde el funcional. Su existencia plantea interesantes cuestiones sobre la biología, la genética y la intervención humana en la evolución de las especies animales.

En conclusión, las mulas no pueden tener crías debido a una incompatibilidad genética causada por su número impar de cromosomas. Esta barrera biológica impide la formación de células reproductoras viables, haciendo de ellas un híbrido fuerte pero estéril. Aun así, su utilidad y desempeño en diversas labores hacen que sigan siendo un considerable recurso en muchas partes del mundo.

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