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Tener una mascota es el sueño de muchas familias. La llegada de un perrito al hogar puede ser símbolo de crecimiento del mismo y además de traer ternura y cariño, ayuda a que el cuerpo del ser humano adquiera beneficios.
Por ello, con el correr de los meses, una diversidad de familias ha decidido acrecentar los miembros agregando un perro que requiera cuidados constantes, mucha atención y, sobre todo, una gran cantidad de cariño.
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Sin embargo, en el proceso de adopción de mascotas se han presentado varias curiosidades a lo largo del mundo. De hecho, se ha podido conocer la historia de un grupo que ha adoptado a un oso pensando que era un perro.

Una familia compró un perro y resultó ser un oso
Una familia en China fue la que se llevó esta gran sorpresa. El grupo compró un can para que los acompañara en el día a día y, dos años después de criarlo como se haría con una mascota doméstica, se dieron cuenta de lo que realmente era.
Sucedió exactamente en la ciudad de Kunming, provincia de Yunnan, en donde, a un aldeano llamado Su Yun, le ofrecieron un cachorro al lado de una carretera. Según ellos, el can era un mastín tibetano, caracterizado por su pelaje y tamaño.
En este caso, el supuesto mastín era de pelaje negro, liso y llegó a pesar hasta 80 kilos. Como nombre le pusieron Little Cute Blackie y fue educado como un perro por dos años. En ese tiempo, su comportamiento comenzó a cambiar extrañamente.
Yun le explicó a China News que comenzó a comer más de la cuenta e incluso, se comía hasta “una caja de frutas y fideos todos los días”.
Además, como cosa rara, la mascota se podía parar en dos patas y sostenerse allí durante una gran cantidad de tiempo. También, su ladrido era extraño pues sonaba como un gruñido, por lo que los dueños empezaron a dudar de su autenticidad.
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Al ver estos extraños comportamientos, la familia decidió llevar el perro al veterinario para averiguar que era lo que estaba pasando y entonces, descubrieron que lo que estaba en su casa no era un perro sino, un oso negro asiático, una especie en peligro de extinción.
Para ese entonces, el oso ya pesaba más de 125 kilos y al conocer el caso, las autoridades ambientales trasladaron al animal a un refugio llamado Centro de Rescate de Vida Silvestre.
