(Video) El refugio que demuestra que ningún animal es un “caso perdido”

Tora parecía un caso perdido: su hocico estaba torcido, no tenía ojos y apenas podía respirar. Había llegado casi al borde de la muerte por culpa del cruce irresponsable de razas. Como ella, hay cientos de animales que parecen estar condenados al olvido. Y no hablamos solo de perros o gatos; también de animales de granja, cuyo sufrimiento ha permanecido invisible por años. Animales enfermos, con malformaciones, geriátricos o con necesidades especiales que muchos consideran casos imposibles.

Sin embargo, existen lugares como Funbra, un bioparque ubicado en Fusagasugá, Cundinamarca, que se dedica a rescatar y cuidar animales que, como Tora, han sido víctimas del abandono, la irresponsabilidad humana, la explotación y el maltrato. Este lugar se dedica a darles a los animales más vulnerables lo que nunca tuvieron: amor, cuidado y dignidad. Aquí, cada animal recibe la oportunidad de vivir con respeto, aunque sea por un breve tiempo, pues muchos de ellos llegan en un estado muy grave de salud.

Funbra alberga a más de 140 animales, entre perros, gatos, cabras, ovejas, cerdos y gallinas, que también han sido vistos como “desechables” o “casos perdidos” pero que en este albergue encontraron una esperanza de vida. Su misión es clara: demostrar que todos los animales tienen derecho a una vida digna, sin importar su edad, condición o historia.

Al tener un enfoque en ayudar a los seres con condiciones especiales, todos ellos requieren atención médica constante, dietas especiales y medicamentos, lo que incrementa significativamente el valor de su cuidado. Para cubrir los costos, Funbra ha buscado múltiples formas de ser autosostenible, entre las que se encuentran:

• Donaciones económicas o en especie: la entrega de alimentos, medicamentos, implementos de aseo y servicios de transporte resulta fundamental para el funcionamiento del bioparque.
• Programas de apadrinamiento: las personas que quieran tener un animal de granja pueden asumir los costos básicos de su cuidado y conocer de cerca los resultados de esta ayuda.
• Voluntariado: existen múltiples oportunidades para quienes deseen colaborar en labores como limpieza, transporte, asistencia veterinaria o apoyo en la adecuación del nuevo espacio al que este año se van a trasladar.
• Ecoturismo responsable: el bioparque abre sus puertas al público para que se visibilicen las historias de los animales y se fomente una mayor conciencia sobre la importancia del bienestar animal. Las familias pueden ir a Funbra y pasar allá una tarde rodeados de naturaleza y animales que, de una u otra forma, dejan una gran lección.

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