Contra la polarización, líderes que nos unen

La visibilidad que Titanes Caracol les otorga a estos ejemplos colombianos de trabajo con propósitos comunes es un buen camino para acabar la división que nos corroe como sociedad.

Fidel Cano Correa *
10 de octubre de 2019 - 09:36 p. m.
 Leyenda / credito
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Que somos una sociedad polarizada, y eso nos está haciendo mucho daño es verdad de a puño. Puede que haya puntos de vista diferentes sobre la gravedad de sus efectos: que la polarización está afectando la economía, decía el gerente del Banco de la República hace unos días, y lo contradecían expertos y funcionarios; que la polarización nos mantiene girando en un remolino de discusiones políticas poco relevantes, señalábamos en alguno de nuestros editoriales recientes, y los promotores de estos debates “a muerte” argumentaban que sin clarificar esos temas esenciales iremos camino del precipicio, y así... De cualquier forma, sea cual fuere el real impacto de la polarización, lo cierto es que sus efectos son sin duda negativos y nos impiden encontrarnos en puntos comunes que nos permitan avanzar.

De un tiempo para acá, con razón, ha surgido entonces entre los colombianos la reflexión —y eso ya es un gran avance— sobre las maneras de combatir esta polarización que nos inmoviliza. ¿Cómo, desde la ciudadanía, lograr contrarrestar a esa clase política que se beneficia electoralmente de promover la división de los colombianos entre “buenos” y “malos” según piensen como ellos o no? ¿Cómo no caer en su juego para dejar de seguir ahondando la división mientras pensamos que en realidad estamos dilucidando asuntos vitales? Claramente, ante la polarización, existe una responsabilidad enorme y acaso creciente de un liderazgo negativo que nos aleja de la posibilidad de encontrar propósitos nobles comunes.

Perdónenme que me torne un poco personal aquí, pero mi suegro me insiste cada vez que conversamos en un asunto que lo atormenta y que considero absolutamente cierto: el contrato social que hace posible que una sociedad funcione en comunidad se ha roto en Colombia y es necesario rehacerlo, me insiste el buen Dionisio. Y tiene razón. El bien común ha dejado de ser una aspiración del ser social y ha sido absorbido por el interés particular, por una especie de sálvese quien pueda y que cada quien vea cómo se las arregla. Así no hay comunidad posible.

¿Quién da el primer paso para reconstruir ese contrato social? ¿Serán capaces de entender el daño que les hacen al país esos mismos líderes que hoy sacan provecho de nuestra incapacidad de escucharnos y de entendernos y de contradecirnos de manera civilizada? ¿Aceptarán su responsabilidad en la fractura social que han provocado? ¿O sería mejor desecharlos de una vez por todas como líderes y buscar entre la ciudadanía los ejemplos que nos puedan congregar de nuevo como una comunidad?

Estaba en medio de todas estas reflexiones cuando llegué hace unos meses y por otro año más como jurado —un honor y un placer— a este proyecto poderoso que es Titanes Caracol. Y constaté revisando estas experiencias que no es de falta de liderazgo de lo que padece Colombia, sino más bien de falta de visibilidad de miles de líderes positivos que trabajan duro por todos los rincones del país y que se mantienen opacados por aquellos a quienes les invertimos demasiado tiempo y atención sin que en la mayoría de los casos los merezcan.

Porque cada proyecto de vida que llega a Titanes Caracol muestra un país bastante diferente de ese que en el día a día y en el imaginario que refuerza el “sálvese quien pueda” llegamos incluso muchas veces a considerar inviable. Claro, muchas de estas historias provienen de las tragedias que nadie va a negar que produce nuestro país en abundancia, pero la respuesta de cada una de estas personas no ha sido la del odio, el insulto, el yo tengo la razón y usted está equivocado o yo soy perfecto y usted una bazofia. No. Estos colombianos emergen de ese sentido de comunidad que nos está faltando en Colombia. Cada uno de estos proyectos, que por supuesto buscan una sostenibilidad financiera en el largo plazo y que Titanes Caracol precisamente pretende potenciar para que así suceda, parte del bien común como propósito. No es poca cosa eso, así se escriba fácil.

Con este especial periodístico que llega hoy a sus manos, entonces, El Espectador no solamente se une como aliado que ha sido todos estos años de Titanes Caracol, sino que invita a que, a través del conocimiento de las experiencias de todos estos líderes positivos, se encienda en cada uno de nosotros ese ánimo de comunidad que nos está haciendo tanta falta y que nos va a permitir ver al otro como parte de esa sociedad en donde todos podamos no solo convivir, sino apoyarnos y empujarnos a obtener el bien común como parte de nuestro éxito individual.

Si en serio nos preocupa la polarización y queremos combatirla, aquí encontramos unos líderes cuyo ejemplo debería ser suficiente para comenzar a unirnos.

Por Fidel Cano Correa *

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