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De los buses al cuerpo: más de mil uniformes de Transmilenio se convierten en moda

La noche del 17 de julio de 2025 pasará a la historia de la moda colombiana por tener la magia de las primeras veces: la primera vez de Colombiamoda en Bogotá, la primera pasarela en la que participa el sistema de transporte de la ciudad y la primera pasarela del diseñador Alejandro Crocker en el Planetario.

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Lucety Carreño Rojas
19 de julio de 2025 - 12:39 a. m.
Modelos del desfile "Fragmentos" de Alejandro Crocker. / Cortesía Inexmoda
Modelos del desfile "Fragmentos" de Alejandro Crocker. / Cortesía Inexmoda
Foto: Inexmoda
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Cada mañana

el mundo vuelve a crearse.

Bajo los rayos

naranjas del sol

las amontonadas

cenizas de la noche

otra vez se transforman en hojas.

Poema de la mañana, de Mary Oliver

***

Esta historia está compuesta por pequeños pedazos que se entretejieron por un hilo rojo y que permitieron a los asistentes a una puesta en escena entender, por medio de prendas de vestir, las grietas y la luz de sus protagonistas. El escenario: el Planetario de Bogotá en la fría noche del 17 de julio.

¿Cómo empezó esta historia?

El diseñador colombovenezolano Alejandro Crocker se destaca por su trabajo de remanufacturación de prendas de vestir, por lo que siempre está en constante búsqueda de ropa y uniformes en desuso. Un día a su socia, Cristina Botero, se le ocurrió tocar las puertas de Transmilenio para que el diseñador transformara los uniformes de sus empleados en nuevas piezas.

La empresa dijo que sí y comenzó el reto. “Soy fan del sistema de transporte de la ciudad de Bogotá. Siempre lo he defendido de las críticas, porque pienso que el problema no es el sistema, somos nosotros los usuarios. Por supuesto que tiene cosas por mejorar, pero sí funciona”, dijo el diseñador.

La inspiración de la colección

A Crocker le entregaron 1.146 uniformes en desuso, entre los que se encontraban chaquetas, impermeables, gorras y chalecos, así que empezó a trabajar con su equipo y con sus estudiantes de la Fundación “Juntos se puede”, a la que pertenecen migrantes venezolanos, comunidad LGBTIQ+, trabajadores sexuales y perseguidos políticos.

“Me empiezo a enamorar de todas esas historias que pasan dentro del bus: lo que soñamos mientras vamos en camino, cuando vamos al primer día de universidad utilizando el sistema, cuando quizás alguien va a conocer a una persona por una cita a ciegas, cómo vas pensando en el trabajo, etc.”, dice el diseñador. Vale la pena mencionar que Transmilenio transporta a más de cuatro millones de personas diariamente.

Fragmentos

Los fragmentos son partes pequeñas quebradas de cosas, pequeñas fisuras por donde entra la luz. “La colección se llama Fragmentos por dos vías creativas: una, son los fragmentos de luz vistos desde el arte y cómo estos rayos de luz nos revelan una idea o una historia”, explica Crocker.

Por el otro, los inspiró la historia del pintor venezolano Armando Reverón, quien se obsesionó por pintar la luz. “De hecho, tuvo un período en el que sus cuadros eran blancos, también pintaba sobre desperdicios. Además, tenía unos rituales espectaculares. Por ejemplo, antes de pintar se amarraba un cordón en la cintura para separar la parte terrenal, de la parte sublime, del hombre”, contó Crocker.

Crocker tuvo otra premisa: en el sistema nadie le pregunta si usted es migrante, trabajadora sexual, negra, blanca o gorda. “Él les presta el servicio a todos y todas y esas historias conviven dentro de un mismo vagón. Fue un ejercicio muy bello. La remanufactura tiene que contar una historia, tener coherencia”.

El hilo rojo —representado esta vez por los buses de Transmilenio y los uniformes en desuso— permitió entretejer las historias del pintor, del diseñador y de cada uno de los participantes. De ese cruce de trayectorias cotidianas nació “Fragmentos”: una serie de piezas inspiradas en lo que ocurre, día tras día, dentro del sistema.

El papel de Colombiamoda

En medio del proceso y el contrato, Crocker decidió hilar otro fragmento. “Llamé a los de Colombiamoda y les pregunté: ¿ustedes apoyarían una pasarela en Bogotá? Y Sebastián Díez, presidente de Inexmoda me dice: ‘el sueño de nosotros para Colombiamoda este año es arrancar el recorrido en Bogotá’”.

Los equipos de Inexmoda, Crocker y Transmilenio se sentaron a materializar el sueño para poder, tras más de tres décadas y, por primera vez, realizar un pre-show de Colombiamoda en la capital del país.

“Esta alianza con Transmilenio y Alejandro Crocker es una muestra de cómo la moda puede ir más allá del diseño: puede resignificar lo cotidiano, contar historias de ciudad, movilizar consciencia y convertirse en símbolo de sostenibilidad. Esta pasarela no solo proyecta prendas, proyecta propósito. Y en Inexmoda creemos firmemente en ese poder de la moda para transformar realidades”, dijo Sebastián Díez, presidente ejecutivo de Inexmoda.

Los fragmentos que tejieron un todo

La comunidad no le creía a Crocker cuando les contó que estarían en el primer desfile de la historia de Colombiamoda en Bogotá. “Las emociones que se despiertan en conjunto son espectaculares, aunque también sufrimos por el poco tiempo que tuvimos”.

Entre las piezas se destacaron varias, como un peto creado por una mujer de unos 80 años, a quien le enseñó a tejer su abuela. “Después del ejercicio de recorrer y usar el sistema, ella se inspiró en todos los tipos de personas que viajamos en Transmilenio y tejidos pequeños personajes a mano y los puso a lo largo de la pieza. Para mí es una pieza importantísima, porque en Asia utilizan los petos para meditar y para cuidarse el alma”.

Una lonchera roja que imita el estilo de un articulado rojo se robó las miradas de los asistentes al desfile. “Una migrante y perseguida política tuvo que cruzar la frontera para llegar a Colombia. Un día, en una de nuestras clases y con cierta pena, dijo que quería mostrarnos su propuesta para el desfile y sacó la lonchera. ¡Es una belleza!”.

Otra pieza fue una tote bag creada por una migrante venezolana que tomó retazos de tela y puso siluetas de personas unidas por un cordón rojo. “Es una pieza que tiene mucho significado, porque también representa al sistema y esas diferentes culturas que viajamos dentro de un bus”.

Los zapatos también son una parte clave en un atuendo. Crocker lleva varios años trabajando de la mano de la marca de calzado Patricia Mejía, que cuenta con más de 30 años en el mercado y se destaca por su trabajo hecho a mano.

“Un zapato no solamente es un accesorio, sino que viste y acompaña la narrativa del diseñador que está haciendo la otra propuesta”, dice Belén Mejía.

La marca también utilizó desperdicio textil para remanufacturar, por primera vez, calzado. “No quisimos remanufacturar texanas, sino tenis porque al Transmilenio lo rodean llantas. Las suelas de los zapatos están hechas con caucho y desgastadas a mano, también como inspiración de esas llantas que recorren y recorren la ciudad. El empeine lo armamos con los retazos de tela de los uniformes”, agregó Mejía.

Una locación secreta

El trabajo de meses y la unión de diferentes actores debía tener una presentación a la altura. Tuvo todo el sentido que Colombiamoda llegara a la capital del país a través del sistema que diariamente conecta a millones de personas. Los invitados fueron convocados a un costado de la Estación El Virrey, sin frenar la cotidianidad del sistema, los montaron en articulados con destino a la Estación Museo Nacional, desde donde caminaron durante cinco minutos para llegar a la locación secreta: el domo del Planetario de Bogotá.

No fue un desfile convencional. Felipe Espinoza es el director creativo de 3cero2, la agencia encargada de la puesta en escena para presentar ante cerca de 300 asistentes Fragmentos. “Hace muchos años Felipe me enseñó algo muy valioso: ‘nunca pierdas el norte, esto es un desfile de modas y es lo que la gente viene a ver’. Hay cosas que no podemos saltarnos dentro del lenguaje de la moda y esas palabras se me quedaron grabadas. Él se sumó a este proyecto porque ahora está dedicado a contar historias que le muevan el corazón”.

En esa línea, no buscaron que el Planetario se adaptara a la puesta en escena. “Nosotros nos adaptamos al lugar. El equipo de Felipe diseñó una escenografía espectacular”, dijo Crocker.

En el centro del domo montaron una tarima en la que se ubicó la cantante Dolores, encargada de musicalizar la puesta en escena, las luces que la rodeaban representaban la luz que entra por las grietas de los fragmentos y uno a uno salían los modelos, siendo el corazón de la historia, quienes mostraron las piezas creadas durante meses, “y quienes contaron esas historias que transporta el sistema, esas historias de amor, dolor, alegría que viajan dentro de esos buses: que es en donde todos cabemos. Todos somos fragmentos de luces que vemos por la ventana del bus, fragmentos de diferentes historias”.

La moda es un pretexto. Los fragmentos de quienes se sumaron a esta historia transmiten un mensaje de unión, sueños compartidos, creatividad y sostenibilidad. Porque la moda —a menudo percibida como un territorio hostil o agrietado— también es un lenguaje social que invita a quienes la habitan a repensar su papel en el mundo que los rodea.

👗👠👒 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias sobre moda? Te invitamos a verlas en El Espectador.

Lucety Carreño Rojas

Por Lucety Carreño Rojas

Comunicadora social de Uninpahu, vinculada a El Espectador desde 2016. Periodista de moda y negocios. Directora de El Hilo, el formato audiovisual de moda de EE.@LucetyClcarreno@elespectador.com

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Berta Lucía Estrada(2263)19 de julio de 2025 - 07:10 a. m.
Se escribe colombo-venezolano. "Por su puesto" es diferente a "por supuesto"; y hay otros errores. Escribir bien es muy importante.
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