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Adriana Convers, conocida en redes sociales como Fat Pandora, nació en Bucaramanga, es publicista especialista en marketing y comunicación de la moda, y durante cuatro años trabajó para la Editorial Televisa.
En 2012 abrió su blog sobre moda y autoestima llamado fatpandora.com. Además es la autora de ‘A todas nos pasa’, libro publicado en 2019 que busca a través de las experiencias personales y cercanas, derribar mitos sobre la corporalidad femenina e invitar a las mujeres a construir su autoestima en colectivo, desde las inseguridades y miedos comunes.
Tras tres colaboraciones con Falabella, y motivada por su sueño personal de ofrecer una propuesta diferente de moda para tallas grandes, en 2024 lanzó Díscola, su marca de ropa premium dirigida a este mercado, fabricada en Colombia. Invitamos a Fat Pandora a responder las 10 preguntas sobre moda de El Espectador.
1. Cuando eras niña, ¿qué pensabas de la moda y qué piensas ahora de esa niña que se imaginaba ciertas cosas?
Cuando era niña, creía que la moda era un lugar muy inalcanzable, y que se requería dinero, acceso a muchas cosas, contactos y, en especial, un cuerpo delgado (mucho más pequeño del que yo ocupaba en ese momento, y muchísimo más pequeño del que ocupo ahora). Hoy en día, creo que gracias a las redes sociales y a la expansión de la información y del acceso a referentes de una manera tan fácil como lo tenemos ahora, la diversidad está más presente. Sin embargo, no creo que hayamos erradicado completamente la idea de que la moda es solo para ciertos cuerpos. De hecho, creo que, con los tiempos actuales, estamos dando pasos en reversa. Por eso, ahora más que nunca es necesario darle el micrófono, la cámara y la atención a los cuerpos diversos. No solo hablo de cuerpos gordos, sino de cuerpos que se alejan de lo hegemónico y que demuestran que la moda se puede adaptar a la cotidianidad, a la manera única que cada quien tiene de habitar el mundo. Así que, aunque siento que hoy puede haber más espacio o que se han ganado algunas batallas frente a lo que pensaba que era la moda cuando era niña, sigue siendo importante resistir y persistir.
2. ¿Recuerdas qué te motivó a entrar en el mundo de la moda?
Desde muy niña, siempre me interesó la moda. Crecí con mi mamá modista y mi papá muy, muy aficionado al tema, así que siempre quise pertenecer al sistema moda de alguna manera. Como desde pequeña me gustó escribir, creía que mi espacio en la moda sería ese. Tal vez como periodista de moda y en algún momento lo ejercí, me encantó y fue una experiencia maravillosa. Sin embargo, la vida me llevó por otros caminos, y hoy estoy en el sector moda desde otro lugar: detrás de cámaras. Desde la parte de la concepción, la elaboración y la comercialización de una marca de ropa, lo cual ha sido un aprendizaje muy interesante y enriquecedor. Está bien estar, moverse y probar diferentes espacios. No niego que me gustaría, tal vez más adelante, volver a escribir sobre moda. Pero en este momento me estoy disfrutando mucho el lugar en el que estoy, y me siento muy feliz y agradecida con la trayectoria que he tenido.
3. ¿Quién es tu ícono de moda?
Realmente tengo muchos íconos de moda. En general, me gustan mucho las mujeres que han incomodado, que se han alejado de lo hegemónico y que, aun así, han logrado convertirse en referentes de estilo. Mujeres como Diana Vreeland, Anna Piaggi, Suzy Menkes, Iris Apfel… Y, muy muy cercano para mí, mi papá es uno de mis grandes íconos de moda, porque es un hombre que siempre se esmeró por lucir impecable, pero lo hacía en un contexto en el que eso no era común. En un clima cálido en el que no se acostumbraba a usar paño, en una cultura en la que no era bien visto “resaltar”, como suele suceder en la cultura santandereana. Él no es santandereano. Y llegar a esa lugar, chocar con lo establecido, y aun así mantenerse firme sin querer acoplarse a lo que lo rodeaba, es una de las razones por las que lo considero un ícono. Porque también es moda atreverse a ser uno mismo, incluso cuando todo a tu alrededor te dice que no.
4. Describe tu mejor atuendo y la ocasión en la que lo usaste o usarías.
Bueno, realmente elegir un solo atuendo podría ser bastante complejo. Tengo muchos que guardo en mi memoria con mucho cariño, pero digamos que, por ser tan reciente y porque lo tengo fresco en la cabeza, el vestido que utilicé en la inauguración del Bogotá Fashion Week, en el desfile de Jorge Duque, era un vestido maravilloso con cadenas de canutillo dorado desde el cuello hasta los pies, sobre un terciopelo negro. Un vestido muy bonito y que recibió muchos elogios. La verdad, me sentía muy especial, muy reina. La modestia está mandada a recoger, y para mí, los vestidos fueron un tema prohibido durante muchos años de mi vida. Incluso cuando me casé, lo hice en pantalón. Hoy en día, sentirme tan guapa en un vestido también es un motivo de celebración.
5. ¿Qué es lo más importante para crear una colección?
Lo más importante para crear una colección es tener un ADN claro de marca. Tener muy claro quién eres tú como marca, cuáles son tus valores, cuáles son tus pilares. Y creo que, a partir de ahí, buscar inspiración. Yo sé que en el mundo de la moda la idea es adaptarse a las tendencias, pero no por hacerlo perder la esencia y terminar pareciéndose a cualquier otra marca. Entonces, lo principal para comenzar a trabajar una colección es tener un ADN claro, fuerte y coherente. Desde ahí todo lo demás puede fluir.
- ¿Cómo describirías tu estilo?
La verdad, intentar definir un estilo asignando términos como ‘ecléctico’, ‘romántico’, ‘alternativo’, entre otros, es caer en el juego de las etiquetas. Por muchos años me identifiqué y muchas personas también me identificaban como una mujer que usaba estampados, colores, flores entre otros. Pero de un tiempo para acá también me encanta experimentar con otras formas, paletas de colores y texturas. Si tuviera que definir mi estilo con una palabra o una frase, diría que es: jugar. Jugar con la moda desde un lugar de libertad que no tuve tanto de pequeña, por esas restricciones que vienen al habitar un cuerpo gordo desde niña. Así que mi estilo es ese: un aprendizaje constante sobre cómo disfrutar la moda en un cuerpo grande, y probar cosas nuevas para entender quién soy hoy desde ahí.
7. ¿Cuál es la mayor influencia del lugar en el que naciste en tu profesión y vida personal?
Nací y crecí en una ciudad de clima cálido, y eso despertó en mí un amor profundo por el color. Cuando creces en un lugares así, es muy bonito ver cómo la naturaleza, la luz, las flores, los contrastes están más presentes en la ropa. En cambio, en los lugares fríos, todo tiende a ser más oscuro, más tenue. Y siento que eso marcó una diferencia en mí: el amor al color como parte de la identidad. También creo que, al no encontrar tantas opciones de ropa para mí en esa época en Bucaramanga, tuve que volverme una mujer muy recursiva. Aprendí mucho del oficio de mi mamá, que era modista, y también de la modista del barrio. Ellas me enseñaron a resolver, a transformar, a imaginar. Y creo que esa es una de las mayores influencias que me dejó crecer en ese lugar: la creatividad nacida de la recursividad y el gusto por el color nacido del entorno.
8. Cuál es tu recuerdo más preciado?
Mi recuerdo más preciado de mi infancia... bueno, hay muchos. Pero creo que uno de los más significativos eran las tardes con mi mamá yendo al centro a comprar telas, botones, cierres. También recuerdo estar más pequeña, sentada en el cuarto de costura mientras ella cosía, y escuchar el sonido de la máquina de cocer de fondo mientras yo pasaba las páginas de los figurines. Otro recuerdo muy bonito es de mi papá contándome las historias de sus vestidos, de sus paños, de lo vanidosa que era mi abuela. Creo que son recuerdos hermosos que me ayudan a entender por qué siempre sentí esa fascinación por la moda, y por qué admiré tanto la manera en que ambos, desde sus diferentes habilidades, también disfrutaban de ella.
- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado y cuál darías?
Mi papá siempre me decía: ‘Vístete para la vida que quieres tener’. Hoy, desde una mirada más crítica, entiendo que eso viene desde cierto privilegio porque para vestirse así se necesita acceso, posibilidades, condiciones, pero creo que el fondo de ese mensaje era claro: no sigas las reglas, exprésate.Y eso mismo me lo enseñó también mi mamá desde otro lugar: con la recursividad, con la creatividad, con la posibilidad de transformar lo que teníamos en algo que decía algo de nosotras.
10. Cuando mencionen tu nombre, ¿qué te gustaría que las personas pensaran?
Me encantaría que pensaran en una mujer que fue fiel a si misma. Porque en este mundo, cuando una mujer reconoce su valor, la llaman diva, la tildan de poco modesta. Yo no crecí sabiendo cuánto valía. Al contrario: los medios, la calle, la industria de la moda, el sistema de salud… me recordaban constantemente que mi cuerpo era un problema que hay que resolver a toda costa. Así que llegar a construir una autoimagen positiva, en un contexto que constantemente te niega, es un acto de resistencia. Y de audacia. Me gustaría que me recordaran como una mujer que incomodó. Que fue coherente con sus valores y con sus ideales. Porque para mí, eso es profundamente importante.
👗👠👒 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias sobre moda? Te invitamos a verlas en El Espectador.