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La marca francesa Courrèges trajo el calor sofocante a la Semana de la Moda femenina de París, con una colección en la que revisita su famosa minifalda y se prepara para las altas temperaturas.
Al inicio del desfile, en una antiguo mercado, en el centro de París, una voz anuncia que el termómetro va subiendo en medio de una luz blanca cegadora. Parte del público va con gafas de sol.
Minifaldas rectas, con bolsillos delanteros, se combinan con tops geométricos que dejan las espaldas al descubierto y también los laterales del torso.
El diseñador belga Nicolas Di Felice regresa a un clásico de la casa, la minifalda, popularizada en la década de 1960 por André Courrèges, el fundador de la marca en 1961.
“Realmente quería volver a mostrar la silueta de los años 60 de André Courrèges”, dijo a la prensa Di Felice.
“La minifalda en realidad no era tan mini. Se ve que es más bien hasta la mitad de la rodilla”, precisó, enseñando una imagen de la época.
De estas faldas tan cortas se va pasando a vestidos que cubren la parte posterior de las piernas, y amplios shorts.
La ropa “poco a poco se va volviendo más y más holgada, más y más cómoda, que es, al fin y al cabo, algo en lo que André pensaba mucho”, dijo el estilista, añadiendo que utilizaba “tejidos naturales” porque van mejor cuando hace calor y mucho sol.
En los pies, botas extraplanas casi como calcetines.
Hay “por primera vez zapatos planos”, resaltó Di Felice, insistiendo en el confort de la colección.
Algunas modelos llevan una gorra con un tejido que va hasta la cintura, como si fuera una tela protectora. Otras tienen como un soporte rígido delante que les cubre torso y cuello, como los paneles para protegerse del sol en los coches, cuenta Di Felice.