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Honores a una dama

Este sábado, en una ceremonia privada, se realizará la cremación del cuerpo. El domingo en la capilla del Gimnasio Moderno los colombianos podrán darle el último adiós.

Angélica Gallón Salazar
26 de marzo de 2011 - 03:00 a. m.

De su infancia en Ibagué, de sus añorados plátanos maduros con huevo frito, de sus toques de tambor en la banda de guerra del colegio aún traía vestigios colgados de sus trenzas largas cuando llegó a Bogotá. Pero su entrada a la pantalla chica provocó la despedida de su cabellera. Con ella se fue también su vida de niña. Siempre llevó el cabello corto, como si se hubiera empeñado en inmortalizar esa imagen de mujer madura, de poco maquillaje, de estilo elegante con la que Colombia la recuerda.

Años antes de ser la primera dama de la televisión, fue una de las primeras mujeres en estudiar humanidades en la Universidad de los Andes. Fue también de las primeras que lamentó el blanco y negro en el que se entregaban las imágenes. En un mundo privilegiadamente masculino, Gloria Valencia de Castaño sabía que algo esencial de sus personajes, de sus historias sobre la naturaleza, de sus libros de mariposas se perdía en la pantalla cuando se les despojaba del color.

La timidez nunca la abandonó. Confesó su miedo a abordar al maestro Alejandro Obregón en aquella memorable entrevista en su casa de Cartagena, cuando le preguntó si él, al igual que ella con sus programas, tenía miedo antes de empezar un cuadro. “Pánico”, respondió el maestro.

Gloria Valencia de Castaño sintió ese cierto temor, esa timidez desde su primer programa, Conozca a los autores, en el que entrevistó al poeta León de Greiff. En esa ocasión, para lidiar con el susto, le pidió al escritor que vaciara sus bolsillos para que él le contara sobre cada una de las cosas que cargaba en su chaqueta. Improvisó siempre en sus entrevistas, poco confiaba en su memoria. Pero sus amplios referentes culturales, devoradora de libros, como la recuerda su hija Pilar Castaño, siempre le valieron para ser una gran entrevistadora. Cuenta Camándula en una entrevista publicada en la revista Cromos en 1980 que incluso Jorge Luis Borges le dijo una vez después de una entrevista: “Usted sabe más de Borges que el Borges mismo”.

En tiempos de dictadura, ninguna inmunidad le trajo ser una bella mujer en la que la audiencia había depositado su credibilidad. Padeció las represalias de Rojas Pinilla, y su programa El lápiz mágico, donde hacía agudos comentarios políticos, fue censurado. Sólo hasta que cayó la dictadura su licencia le fue devuelta.

No había temas menores para Gloria Valencia de Castaño, su afán por la política y por la televisión cultural no le impidieron crear programas para hablar de la naturaleza o para contar, como lo hizo en los años setenta con su programa Adelante con la moda, las últimas tendencias del vestido. Gracias a ella por primera vez la moda se vio en movimiento, pero detrás de su afán por el buen vestir estuvo también la intención de apoyar la incipiente industria textil nacional.

Se atrevió a llegar de ruana a una importante galería en Roma donde se exponía lo mejor del arte colombiano; así como Coco Chanel, nunca olvidó su collar de perlas; no tuvo pudor en reconocer la belleza de sus piernas y, según Gabriel García Márquez, Valencia fue incluso capaz de incurrir en “un imposible metafísico grabando un desfile de modas en la radio”.

En 1967, cuando la emisora HJCK llevaba 17 años al aire en la AM, fue trasladada a la FM para ocupar el 89.9. Desde este espacio, Álvaro Castaño Castillo y Gloria Valencia de Castaño se propusieron elevar el nivel cultural de la radiodifusión colombiana y lo lograron impartiendo contenidos musicales, literarios y artísticos. Además quisieron posicionar el eslogan “El mundo en Bogotá”, ese “caballito de batalla” que sólo se volvió realidad el 15 de febrero de 2000, cuando la emisora deja de emitir en esa frecuencia y su programación pasa a ser difundida por internet.

Tras ardua labor en los medios de comunicación, en 1995 recibió junto a su esposo, Álvaro Castaño Castillo, el Premio a la Vida y Obra Simón Bolívar, y en 1998 los diarios celebraron con bombo el regreso de Naturalia a la televisión todos los sábados y domingos de 3:30 a 4:00 p.m.

Hasta nuestros días, la imagen de la animadora, de la periodista, de la amante de las esmeraldas y conocedora de jazz se mantuvo viva. Su memoria es indeleble.

La dama de la TV

El rostro familiar

A mediados de la década del 50, la dama de la televisión colombiana animó ‘El lápiz mágico’. Luego le puso rostro a ‘Conozca los autores’ y ‘Por los caminos de la patria’. Después supo alternar sus pasiones como anfitriona del programa ‘Adelante con la moda’, pero también estaba al aire con el espacio ‘Naturalia’. En los años 80 y 90 se dedicó a los concursos y variedades con ‘El precio es correcto’, ‘Esta noche sí’ y ‘Los tres a las 6’ en compañía de Jota Mario Valencia y Fernando González Pacheco.

Por Angélica Gallón Salazar

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