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El expresidente de Ecuador Rafael Correa reconoció este domingo la victoria en las elecciones del centroderechista Guillermo Lasso y le deseó suerte en su gestión. “Suerte a Guillermo Lasso, su éxito será el de Ecuador”, señaló el también economista en su cuenta oficial de Twitter apenas unos minutos después de que el candidato correísta Andrés Arauz aceptara su derrota ante Lasso. La declaración es fundamental porque el exmandatario representa una fuerza política importante con la que Lasso tendrá que negociar, sobretodo en el Congreso, si quiere tener gobernabilidad.
Correa, en su declaración, citó las palabras de Arauz quien había afirmado que esto “no es un final sino un comienzo” y agradeció el apoyo. “Sinceramente creíamos que ganábamos, pero nuestras proyecciones eran erradas”, zanjó Correa. Por último, pidió a Lasso que “cese el lawfare (guerra jurídica), que destruye vidas y familias” en Ecuador.
El candidato ganador, Guillermo Lasso, de 65 años, se proclamó presidente electo tras el balotaje del domingo con Andrés Arauz, el delfín del correísmo, 29 años menor que él, y quien reconoció su derrota antes de que concluyera el escrutinio. El primero logró una ventaja de casi cinco puntos porcentuales (52,48% contra 47,52%) cuando resta por contar un 6% de la votación.
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El presidente electo venía de perder en la primera vuelta de 2021 con una diferencia de casi 13 puntos porcentuales frente a Arauz, hasta entonces un exconsejero económico desconocido para la mayoría. Pero entró a la contienda electoral gracias a su mínima ventaja sobre el líder indígena y ambientalista Yaku Pérez, quien alegó el supuesto robo de sus votos.
Pese al desgaste que le dejó esa pugna, logró aglutinar al anticorreísmo bajo las banderas de una derecha que estaba de capa caída incluso antes de la aparición del llamado socialismo del siglo XXI liderado por Correa. “Ganó la candidatura que logró conectar con ese votante desencantado del correísmo y desencantado en general de la política”, señala Wendy Reyes, consultora política y catedrática de la Universidad de Washington.
El futuro presidente no contó con el apoyo unánime de los indígenas, que se dividieron entre el voto nulo y el respaldo al exmandatario izquierdista. “Me parece que el voto más allá de Lasso es de hartazgo, es un voto de rechazo a lo que ha significado Correa (...) y esa dinámica de exacerbación de odio”, afirma Pablo Romero, analista de la Universidad Salesiana de Quito.