El golf, la afición que Donald Trump disfruta más que ser presidente

Mientras el mundo presta toda su atención al conflicto en Oriente Medio a tres bandas entre Irán, Israel y Estados Unidos, probablemente el presidente Trump medite sus próximos pasos en un campo de golf.

Y es que es su afición más grande, la misma que llegó a decir que disfrutaba “más que el dinero”, un deporte que conoció en sus años universitarios y que no ha abandonado jamás.

Según medios estadounidenses, Trump intenta sacarle tiempo a este deporte todos los viernes en su campo privado, el Trump International Golf Club de West Palm Beach.

Este es uno de por lo menos 16 campos de golf que ha construido o posee en Reino Unido, Irlanda, Puerto Rico, Dubai, México e Indonesia, además de Estados Unidos.

Es una industria que mantiene más por amor que por rentabilidad. Según reportaron medios especializados, entre 2000 y 2020 perdió más de USD $315 millones en sus inversiones de Golf.

Cuenta también en Florida con un campo en Júpiter, hogar de las estrellas más grandes del PGA Tour, como Tiger Woods, y otro en Doral, el Trump National Doral Miami.

Este resort especializado en golf fue adquirido en 2012 y es sede de una de las paradas del circuito árabe LIV golf, la competencia del PGA, el tradicional circuito estadounidense.

Allí se impuso el australiano Marc Leishman y estuvo participando el golfista colombiano Juan Sebastián Muñoz.

En su primera presidencia, Trump jugó unas 261 rondas de golf, aproximadamente una cada 5.6 días. Es decir, su costumbre de una vez a la semana.

Su organización afirma que ha ganado numerosos trofeos, pero también existe el rumor de que ha hecho trampa en las tarjetas en las que registra sus rondas y ha movido bolas de su sitio.

Fue jugando golf en West Palm Beach que un asaltante fue detenido cuando planeaba atentar contra Trump en su campo, intercambiando disparos con la Policía de Florida.

El golf se ha convertido en una vía de acceso al presidente. En marzo el presidente de Finlandia, Alexander Stubb lo visitó en West Palm Beach y jugaron juntos una ronda de golf.

Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, llevó consigo a Ernie Els y Retief Goosen, dos famosos golfistas sudafricanos, para visitar a Trump en la Casa Blanca y romper la tensión.

Probablemente las decisiones más complicadas las medite mientras recorre las 7,326 yardas que tiene su campo favorito, de par 72 hoyos, mientras decide el futuro de la nación.

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