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Los misterios del vuelo 447 de Air France

El mar agitado impide que buques y submarinos lleguen a la zona de la tragedia.

Redacción Internacional
03 de junio de 2009 - 11:00 p. m.

Cuando el vuelo de Air France 447 con destino a París se precipitó y se hundió en el Atlántico, no sólo se llevó la vida de 228 pasajeros que iban a bordo, sino que también se quedó con la verdad de los hechos que desencadenaron la tragedia. Aunque expertos en seguridad aérea y experimentados pilotos se han dedicado en los últimos días a buscar las razones del siniestro, las únicas que podrían despejar todas las incógnitas son las dos cajas negras. El problema es que éstas se encuentran a miles de metros en el fondo del mar y recuperarlas será una labor casi imposible.

Así lo aseguró el director de la agencia francesa de accidentes, Paul Louis Arslanian, quien ve muy poco probable encontrar estas partes del avión. “Dudo que los equipos de rescate puedan recuperar las cajas negras, que al parecer yacen en una zona muy accidentada del piso oceánico, a varios kilómetros de profundidad. Tenemos que buscar otras herramientas que nos ayuden a aclarar las causas del siniestro. La investigación apenas comienza”, aclaró el funcionario francés.

Pero eso también podría complicarse, pues el mar agitado y los fuertes vientos que soplan en la zona en donde cayó el domingo en la noche el Airbus A300-220 dificultan las tareas de rescate de las partes del avión que divisó la Fuerza Aérea Brasileña. La llegada de los submarinos y barcos, que estaba programada para este miércoles, fue retrasada por culpa del mal tiempo.

Barcos socorristas, armados con sofisticadas herramientas y submarinos a control remoto, navegaban hacia el lugar para iniciar la recuperación de los restos. En la zona en donde cayó el avión hay confluencias tropicales que complican las condiciones de navegación. Según los científicos, esto se produce porque es el límite de aguas entre Brasil y África.

Pero a pesar de las adversidades, el Grajaú, un navío de la Marina de Guerra de Brasil, alcanzó a llegar a la zona y comenzó a inspeccionar la extensa región del océano Atlántico en la que fueron avistados desde el aire restos de la aeronave francesa.

“Hasta ahora el navío no ha reportado ningún hallazgo, pero hay que tener en cuenta que la región que tiene que barrer es muy extensa y las condiciones del mar dificultan la observación”, explicó el contraalmirante Savio Nogueira, director de comunicación social de la Marina.

Diferentes restos de la aeronave fueron avistados flotando en áreas distantes hasta 90 kilómetros, en un lugar próximo al archipiélago de Sao Pedro y Sao Pablo, unas formaciones rocosas deshabitadas ubicadas en medio del océano Atlántico a 1.296 kilómetros de la ciudad de Recife (nordeste de Brasil). “El navío llegó al área y ahora tendrá que dedicarse a la búsqueda de los restos y de posibles sobrevivientes. Esperamos resultados en cualquier momento”, señaló Nogueira, quien aprovechó para pedir paciencia con las labores de investigación, “pues hay que hacer las cosas con total responsabilidad”.

Los últimos hallazgos

Mientras el barco realiza la búsqueda en el mar, un avión radar Embraer R-99 identificó ayer cuatro nuevas zonas donde se encuentran restos del avión, a 90 kilómetros al sur de la región inicialmente delimitada, señaló un portavoz del Ejército del Aire de Brasil. “Numerosos objetos esparcidos en un radio de 5 kilómetros, entre ellos un objeto aparentemente metálico de siete metros de diámetro, así como una mancha de combustible de 20 kilómetros, son hallazgos significativos”, aseguró Amaral. Para los brasileños, la parte encontrada puede ser una lateral o una parte de un ala o cualquier parte del fuselaje del aparato”, aseguró Amaral.

El hallazgo desató una serie de especulaciones. Para pilotos brasileños, la mancha de combustible indica que el avión no explotó en el aire. Para los franceses, esa versión no está descartada. Según un informe publicado por el diario O’Globo de Brasil, hay varias comunicaciones, reveladas por una fuente anónima de Air France, que señalarían que el avión emitió una serie de mensajes automáticos, indicando que el piloto automático estaba desconectado, el control electrónico de los mandos de vuelo había pasado a una fuente de energía alternativa y los controles necesarios para la estabilidad del avión estaban dañados.

Tres minutos más tarde, dice el periódico, otros mensajes automáticos indicaron la falla de dos sistemas fundamentales usados para vigilar la velocidad, altura y dirección. Entonces sobrevino el bloqueo de los sistemas eléctricos que controlan la computadora principal de vuelo. Según el diario, esto podría indicar una despresurización repentina y que el avión ya caía al mar.

Pilotos cambiaron la ruta

También se conoció que los pilotos del avión de Air France alteraron el plan de vuelo respecto a la altitud que debían tener al momento de la tragedia, reveló hoy el diario Folha de Saô Paulo. El periódico brasileño señaló que “los pilotos del vuelo 447 no seguían la altitud prevista en su plan de vuelo, por razones que hasta ahora se desconocen”.

La Folha agregó que “los pilotos muchas veces tienen que alterar su ruta debido al mal tiempo, turbulencias o porque vuelos diferentes tienen planes coincidentes”. Precisó que en la ruta del avión de Air France había “una gran tempestad”.

Una fuerte tormenta

El servicio meteorológico de  Londres pronosticó turbulencias severas y granizo en la ruta del AF 447 del 1º de junio. Si el piloto viajaba sin radar meteorológico, por culpa de un rayo, podría haber entrado en una tormenta de granizo, que provocaría que los motores se apagaran. Según los técnicos en aviación, cada motor lleva un generador eléctrico, que, cuando es invadido por el hielo, deja de funcionar inmediatamente. En ese momento el avión se queda a oscuras y se precipita al vacío. Cinco minutos después, se activa un tercer generador que tendría que haber parado la caída. Según pilotos, esta es una zona de convergencia tropical en la que los vientos pueden alcanzar 200 kilómetros por hora e incluso de miniciclones. Si volaba sin radar, el piloto debió intentar regresar, como señalan los restos encontrados en el mar.

Se estrelló contra una pared de hielo

Esta es la más reciente teoría sobre el siniestro. Según expertos brasileños consultados por los principales periódicos del país, el accidente del AF 447 puede haber estado relacionado con una espesa capa de hielo que habría desencadenado la desintegración de la aeronave en pleno vuelo.

Según los expertos citados por ‘O Globo’, momentos antes del accidente la Fuerza Aérea brasileña emitió una alerta sobre peligrosas condiciones meteorológicas, con turbulencias severas en la zona donde volaba el Air France, formación de cumulus nimbus (nubes con agua y granizo) que prácticamente bloqueaban, como una pared a 38 mil a 50 mil pies de altura, la ruta del vuelo, en la frontera del espacio aéreo brasileño con el senegalés, sobre el Atlántico.

Es decir, el piloto pudo haber chocado contra una pared de hielo, lo que habría provocado la desintegración del avión.

Explosión en el aire

Según el diario   ‘O Globo’, de Brasil, el hecho de que se haya encontrado petróleo en el mar indica que la aeronave no explotó en el aire y que cayó debido a un conjunto de factores meteorológicos y técnicos. Sin embargo, expertos franceses consideran que la aeronave sí pudo explotar en el cielo. Dicen que la ubicación de los restos esparcidos en una extensa área del Atlántico —según explicó el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, los pedazos están diseminados en una franja de cinco kilómetros, o tres millas náuticas de longitud—  indican que pudo haber estallado en mil pedazos.

¿Qué la hizo explotar, entonces? La despresurización causada por el impacto de piedras de hielo, del tamaño de una bola de béisbol. Esto, explican varios pilotos, habría causado la despresurización de la aeronave, que se habría destruido en pleno vuelo.

Atentado terrorista

Momentos después de  que la prensa informara sobre la desaparición del  Airbus A300-220, la policía de Francia inspeccionó la lista de pasajeros en busca de posibles nombres sospechosos o terroristas. No encontraron nada. Revisaron de nuevo el listado buscando algún personaje que pudiera ser blanco de un atentado. A primera vista no lo encontraron. La prensa comenzó a hablar de un hipotético atentado.

Sin embargo, varios medios de comunicación de Suecia, revelaron ayer un dato hasta ahora desconocido. Dicen que un avión de Air France que partía de Buenos Aires con destino a París sufrió una amenaza de bomba unos días antes de la desaparición del AF 447.

El 27 de mayo, cinco días antes de la tragedia del avión perdido en aguas del Atlántico, otra aeronave de la misma compañía tuvo que retrasar su vuelo a ParÍs alrededor de una hora y media por un aviso de bomba.

Aunque Air France y el gobierno de Nicolás Sarkozy descartaron un acto terrorista, la falta de datos  ha llevado a los responsables políticos a curarse en salud y a no descartar ninguna hipótesis. De cualquier forma, un policía relacionado con la investigación le reveló al diario francés ‘Le Parisien’ que lo que sí está completamente excluido es un secuestro.

Buscan cajas negras con submarinos

El director de la agencia francesa de accidentes, Paul Louis Arslanian, dijo dudar de que se puedan recuperar las cajas negras, pues al parecer se encuentran en una zona muy accidentada del piso oceánico, a varios kilómetros de profundidad.

Según el diario brasileño, La Folha de São Paulo, Francia envió el  minisubmarino Nautilus, utilizado en las operaciones de búsqueda de los restos del Titanic. Un buque francés, equipado con submarinos no tripulados capaces de llegar a los 6.000 metros de profundidad, llegará a la zona el fin de semana para sumarse a la búsqueda. Las cajas negras emitirán señales durante 30 días.

Por Redacción Internacional

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