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Llegaron a la casa equivocada y les dispararon: dos casos que sacuden a EE. UU.

Ralph Yarl, de 16 años, pasó varios días en el hospital tras recibir dos disparos por timbrar en la casa equivocada. Kaylin Gillis, de 20 años, no sobrevivió en el estado de Nueva York después de recibir un tiro mortal, cuando llegó a la dirección que no era.

19 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
Dos jóvenes en Misuri y el estado de Nueva York, en Estados Unidos, recibieron disparos por haber tocado en la puerta equivocada.
Dos jóvenes en Misuri y el estado de Nueva York, en Estados Unidos, recibieron disparos por haber tocado en la puerta equivocada.
Foto: EFE - WILL OLIVER

“Pretender que la raza no es parte de toda esta situación sería esconder la cabeza en la arena”, dijo este martes el alcalde de Kansas City, Quinton Lucas. “A este chico le dispararon porque era negro”, agregó en declaraciones a CNN. Se refiere a Ralph Yarl, de 16 años, quien lucha por su vida tras recibir dos disparos, uno de ellos en la cabeza, cuando tocó el timbre de la casa equivocada: el adolescente buscaba a sus hermanos mellizos, que habían ido a la residencia de un amigo.

De acuerdo con los relatos de su familia en la prensa estadounidense, Andrew Lester, de 84 años, no medió palabra con el jovencito cuando este timbró en su casa. Tan pronto abrió la puerta, le disparó a sangre fría. Fue acusado por la Fiscalía de Misuri como presunto autor de delitos de asalto y acción criminal armada con indicios de racismo. Registros judiciales que se filtraron a algunos medios de comunicación señalan que Lester admitió haber disparado contra el joven negro cerca de las 10:00 p. m. Dijo que “estaba muerto de miedo” y que era un hombre mayor “incapaz de defenderse”. El jovencito habría declarado en medios que el hombre, al dispararle, le dijo: “No vengas por acá”.

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Estuvo detenido 24 horas, pero, tras el pago de una fianza de US$200.000, recuperó su libertad. La ley de Misuri ampara el uso de violencia mortal si las personas ven amenazada su vida o la de otra persona. Sin embargo, abogados y defensores de derechos humanos en Estados Unidos dudan de que este haya sido el caso. Yarl, de acuerdo con declaraciones de su familia, profesores y amigos, es un joven talentoso: es músico y excelente estudiante que logró salir vivo del ataque armado y ya fue dado de alta del hospital. Un milagro, dicen, porque una bala impactó su cabeza y la otra su brazo. “Está mejorando”, dijo su papá, Paul Yarl.

Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, dijo en su cuenta de Twitter: “Seamos claros: ningún niño tendría que vivir nunca con miedo a ser disparado por tocar el timbre equivocado”. Muchas actrices y personajes famosos han apoyado a Yarl.

La Casa Blanca anunció que el presidente Joe Biden había hablado por teléfono con Yarl “y compartió su esperanza de una rápida recuperación”. La tía de Yarl, Faith Spoonmoore, dijo en una campaña de GoFundMe que su sobrino era un estudiante talentoso que soñaba con estudiar ingeniería química. Hasta el martes por la mañana, se habían recaudado más US$2.800 millones para Yarl. El caso ha suscitado una especial indignación, pues el país sigue lidiando con una larga historia de falta de rendición de cuentas por la violencia contra los afroestadounidenses.

La jefa de policía de Kansas City, Stacey Graves, en una conferencia de prensa el domingo por la noche, reconoció los “componentes raciales” en el caso. Sin embargo, la información ahora “no dice que haya motivos de raza” y la investigación sigue en curso.

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Segundo caso

El problema parece ser llegar a la dirección equivocada. Resulta que el sábado, en el estado de Nueva York, Kaylin Gillis, una joven blanca de 20 años, recibió un disparo mortal cuando se presentó con otras tres personas en la dirección equivocada, en un intento por encontrar la casa de un amigo.

El dueño de la casa, identificado como la persona que disparó, Kevin Monahan, de 65 años, fue arrestado el lunes y acusado de asesinato en segundo grado, según la oficina del sheriff. Dijo que disparó porque se sintió amenazado. “No había motivos para que el señor Monahan se sintiera como tal”, respondieron las autoridades.

La Policía informó el lunes en una conferencia de prensa que Gillis, quien era residente de Schuylerville, “era una joven inocente que salió con sus amigos a buscar la casa de otro amigo”, según el diario Times Union of Albany.

Los hechos: Gillis iba manejando un vehículo y entró por equivocación en una propiedad en la localidad rural de Hebron. Cuando estaba dando la vuelta para dejar el lugar, el propietario, Kevin Monahan, salió de su residencia y le disparó dos veces, según explicó el sheriff del condado de Washington, Jeffrey Murphy. Uno de los disparos alcanzó mortalmente a Gillis.

“Es una zona muy rural con caminos de tierra. Es fácil perderse. Manejaron por este camino de entrada por un tiempo muy corto, se dieron cuenta de su error y se estaban yendo, cuando el Sr. Monahan salió y disparó dos tiros”, dijo Murphy, quien agregó que el área tiene un servicio de telefonía celular deficiente.

Los tiroteos mortales ocurren regularmente en Estados Unidos, un país de unos 330 millones de personas, en el que se calcula que hay unos 400 millones de armas.

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