El pueblo salvado por los inmigrantes

Cerca de 230 inmigrantes que estaban varados en el mar hace una semana pudieron pisar tierra firme. / AFP

Lo primero que una persona que visita Riace, en la región de Calabria (Italia), observa es un gran letrero a la entrada del municipio con los colores del arcoiris que da la bienvenida con un mensaje en siete idiomas. Así lo relata Lucas de la Cal, en una crónica publicada por el periódico español El Mundo. Agrega que en el letrero también se dibujan 20 banderas que representan todas las nacionalidades que viven en el pueblo. 

Cuenta De la Cal que Riace es conocido como el "Pueblo de la Acogida". Y no es para menos, pues allí conviven inmigrantes de 26 nacionalidades. "Riace tiene dos caras: la primera la domina la parsimonia de la vejez encabezada por los octogenarios oriundos. Después están los de fuera, los migrantes y refugiados que han servido de antídoto contra la despoblación, consiguiendo que el pueblo no desaparezca", señala el artículo de El Mundo.

De los 1.500 habitantes de Riace, uno de cada tres cruzó el Mediterráneo huyendo del hambre y la guerra. "Y encontraron, en un pequeño paraje de olivos lleno de casas abandonadas, la calurosa acogida de aquellos que dan sin pedir nada a cambio. Al principio, hace 20 años, fue un azaroso experimento. Hoy nadie duda de que todos han salido ganando", dice De la Cal.

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Un ejemplo en medio de la grave crisis migratoria que comienza a gestarse en la Unión Europea (UE). En la última semana tres barcos, cada uno cargado con cerca de 300 inmigrantes, vagan en el Mediterráneo porque ningún país europeo quiere recibirlos. Los líderes de la UE se reunieron para discutir el tema migratorio, pero el cónclave terminó con una serie de propuestas para aumentar "la seguridad", como si esta fuera la única solución para abordar un problema que comienza a complicarlos.

La actual crisis 

"Ahora mismo parece dibujarse una solución europea que sería un desembarco en Malta", aseguró este martes el portavoz del gobierno francés, Benjamin Griveaux, en la radio RTL. "Hay negociaciones en curso entre Estados miembros sobre el reparto de migrantes", añadió el portavoz.

Holanda, por ejemplo, confirmó que su país acogerá máximo "hasta 20 inmigrantes" del total de los 230 solicitantes de asilo rescatados hace seis días en el Mediterráneo por el barco de la ONG alemana Lifeline.

El Gobierno holandés explicó en un comunicado que esta decisión, una "responsabilidad única" tomada por "consideraciones humanitarias", sigue al anuncio de Malta de ofrecer uno de sus puertos al barco después de haber alcanzado un acuerdo para repartir a los refugiados que van a bordo entre ocho países de la Unión Europea (UE).

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Al 'Lifeline', un buque humanitario fletado por la oenegé alemana de igual nombre para rescatar migrantes frente a las costas libias, se le había prohibido hasta ahora entrar en los puertos malteses debido a que era responsabilidad de las autoridades italianas o libias.

Italia confirmó la férrea postura que mantiene desde la llegada al poder, el 1 de junio, del gobierno formado por la Liga de Matteo Salvini (extrema derecha) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S, antisistema). Las oenegés, "consciente o inconscientemente cómplices de los traficantes" de personas, tienen prohibido entrar en los puertos italianos, insistió el lunes Salvini, también ministro del Interior.

Por su parte, otros 108 migrantes pudieron por fin pisar tierra firme la madrugada del martes en Pozzallo, Sicilia, tras más de tres días esperando en un portacontenedores danés, el 'Alexander Maersk', que los rescató el viernes frente a las costas de Libia.

Entre tanto, otros dos barcos humanitarios, el 'Aquarius', de las oenegés francesas SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras; y el 'Open Arms', de la española Pro Activa, se encontraban el lunes frente a las costas libias sin poder intervenir, ya que los guardacostas libios no lo solicitaron.

Un alcalde ejemplar

"Lucano, que entonces era profesor de química, sugirió una idea que cuajó entre sus vecinos: hospedar a los primeros kurdos que llegaron en las casas abandonadas del centro histórico del pueblo. Una iniciativa que fue creciendo a medida que arribaban a la costa italiana más embarcaciones", relata El Mundo. Comenzaron recibiendo a 6.000 inmigrantes y de ellos sólo se quedaron 300.

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"El alcalde creó hace ocho años una moneda social, los bonos, billetes (con valor de 1 a 50 euros) con la imagen de Martin Luther King, Nelson Mandela o Ghandi, que se les da a los refugiados para que puedan comprar cosas básicas", dice El Mundo. 

El alcalde, elegido en 2004,  critica la nueva política italiana que llegó con el ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, quien rechaza que su país siga recibiendo inmigrantes. "Como ciudadano italiano estoy preocupado de que mi país haya elegido a un gobierno que está haciendo una política racista contra la humanidad, alimentando el odio contra aquellos que se juegan la vida para llegar a Europa", comenta a Crónica el alcalde Lucano (60 años).

Lucano fue escogido en 2016 por Forbes como uno de los 40 líderes más influyentes del mundo. Y le relató a la prensa que lo entrevistó entonces, "poco a poco, la actividad económica fue renaciendo, abrieron pequeños comercios, panaderías, talleres de artesanía y el colegio volvió a llenarse de niños. Los migrantes salvaron mi pueblo".

Riace se convierte en ejemplo de humidad y convivencia. "Estamos listos para recibir y dar casa a más refugiados que lo necesiten. Ahora tenemos a personas de 26 países que conviven a la perfección con nuestros vecinos italianos. Me gustaría que Europa nos mirara como un ejemplo de integración, un sistema que es posible, y que en países como España, donde también hay mucha despoblación rural, sería una medida muy efectiva", afirma Lucano, citado por El Mundo.