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El caso de ciberespionaje que agita la política española desde hace semanas dio un vuelco este lunes, después de que el Gobierno anunciara que el presidente del ejecutivo, Pedro Sánchez, y su ministra de Defensa habían sido espiados por el programa informático israelí Pegasus. En una conferencia de prensa convocada de urgencia en Madrid, en pleno feriado en la región, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, informó que los teléfonos celulares de Sánchez y de Margarita Robles fueron infectados en mayo y junio de 2021 por este software espía creado por la compañía israelí NSO, objeto de numerosas investigaciones en todo el mundo.
“Estamos informando de hechos que están contrastados y que son fehacientes. No son suposiciones”, aseguró Bolaños, que consideró de “enorme gravedad” estas intervenciones “ilícitas y externas”, aunque no concretó si detrás podría estar otro país. “Tenemos la absoluta seguridad de que es un ataque externo (...) porque en España, en una democracia como la nuestra, todas las intervenciones se producen por organismos oficiales y con autorización judicial”, indicó. “En este caso, no se ha producido ninguna de las dos circunstancias”, agregó el ministro. El gobierno presentó una denuncia este mismo lunes ante la Audiencia Nacional, la alta jurisdicción encargada de los casos de relevancia nacional o internacional, como los de terrorismo.