Afganistán prohíbe las trasquiladas como castigo en las escuelas

Los cortes de pelo forzados y hasta humillantes a los que eran sometidos niños en las escuelas afganas como castigo se han convertido en cosa del pasado. Las autoridades han prohibido esa medida luego de décadas de afectar a los jóvenes del país.

Baber Khan Sahel / Efe
10 de julio de 2019 - 01:24 p. m.
Niños afganos asisten a una clase en su escuela en Kabul, Afganistán. Los cortes de pelo forzados como castigo por las transgresiones, como el mal comportamiento o mantener el cabello largo, se han generalizado en las escuelas afganas durante décadas. / EFE
Niños afganos asisten a una clase en su escuela en Kabul, Afganistán. Los cortes de pelo forzados como castigo por las transgresiones, como el mal comportamiento o mantener el cabello largo, se han generalizado en las escuelas afganas durante décadas. / EFE

Badar Amar, un joven estudiante de 15 años en una de las escuelas de Kabul, dejó de acudir al colegio para no hacer frente a las burlas de sus compañeros después de que un profesor le hiciera un humillante corte de pelo como castigo, una práctica corriente en Afganistán que ha sido prohibida este mes.

"El año pasado me obligaron a cortarme el pelo en clase, y para ser sincero me sentí humillado y me convirtió en el hazmerreír de mis compañeros de escuela", relató Amar a Efe. Vea también: ¿Cambió la postura de los talibanes sobre derechos de las mujeres?

Tras la traumática experiencia, el joven no volvió a aparecer por clase en tres meses para finalmente abandonar los estudios durante un curso escolar completo. "Tuve que empezar la clase de nuevo este año", explicó.

La costumbre de trasquilar el cabello como castigo, por motivos tan variados como portarse mal o lucir un corte de pelo más largo de lo habitual, está muy extendida en las escuelas afganas desde hace décadas, aunque solo afectaba a los estudiantes varones. Las autoridades nunca han podido hasta ahora erradicarla completamente, aunque los estudiantes esperan que la práctica quede relegada al recuerdo después de que las autoridades la hayan prohibido explícitamente el 2 de julio en una directiva. Le puede interesar: Esto es lo que pasa en Afganistán, el país que produce más opio en el mundo

El nuevo reglamento forma parte de un conjunto de medidas impulsadas por el Gobierno para reformar el sistema educativo. Un importante porcentaje de los menores están fuera del sistema escolar de la nación asiática, sumida desde hace casi dos décadas en un sangriento conflicto tras la invasión estadounidense que expulsó a los talibanes del poder.

"A partir de ahora, todos los tipos de cortes de pelo forzosos y disciplinarios a los estudiantes por parte de los profesores y directores de las escuelas quedan estrictamente prohibidos", aseguró a Efe una portavoz del ministerio de Educación, Nooria Nijrabi.

La nueva directiva ya ha sido enviada a las delegaciones de Educación en Kabul y en todas las provincias afganas. La prohibición de las autoridades tiene como motivación "evitar los traumas psicológicos a los estudiantes", explicó Nijrabi.

Y es que la reacción del joven Amar de abandonar la escuela debido a la violencia del acto y a las burlas de sus compañeros de clase no tiene nada de inusual. Según la portavoz, "los que han sufrido esta práctica suelen decir que se han sentido humillados".

Aunque utilizada ocasionalmente como castigo disciplinario, las escuelas del país han recurrido sistemáticamente a los trasquilones desde hace décadas para forzar a los alumnos a llevar el pelo corto y asegurarse de su buena higiene capilar. Y, aparentemente, debido a la creencia de que una melena demasiado exhuberante distrae a los estudiantes niños a la hora de clase.

"Si ahora vemos a un estudiante que mantiene una higiene correcta y puede mantener su pelo limpio, y el pelo largo no dificulta su visión en clase, entonces el estudiante es libre y puede elegir el corte de pelo que quiera", aseguró Nijrabi.

Aunque la limpieza capilar del joven deje que desear, los profesores ya no podrán amenazar con los antiestéticos trasquilones y tendrán que persuadir al alumno para que se corte el pelo. No solo eso, las autoridades castigarán con penas que pueden ir desde una sanción administrativa al despido a los profesores culpables de rapar a sus alumnos.

Así se busca un incentivo más para mantener a los niños en las escuelas. Según datos oficiales del Ministerio de Educación, 9,4 millones de niños están escolarizados en el país, pero se considera que el 22,3 % están ausentes por varias razones.

Que las niñas estén exentas de este particular castigo no implica que su condición en el deteriorado sistema educativo afgano sea mucho mejor, en un país que vive una guerra desde la invasión estadounidense que derrocó a los talibanes en 2001. A parte de los inscritos, 3,7 millones de jóvenes permanecen alejados de las aulas por distintas razones, el 75 % de ellos niñas.

"Ya tenemos estudiantes fuera de las escuelas más que suficientes, y no queremos desalentar a todavía más alumnos manteniendo esta costumbre", sentenció la portavoz de Educación.

Por Baber Khan Sahel / Efe

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