El estudio titulado “Alzas de Precios, Mercados e Inseguridad Alimentaria y Nutricional en Centroamérica”, fue divulgado en un hotel capitalino por el representante del PMA en El Salvador, el italiano Carlo Scaramella.
El funcionario dijo durante la presentación que la investigación estima que en un período de 18 meses “alrededor un millón de nuevos pobres se han producido” en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, como consecuencia del “incremento de precios de los alimentos y a otros factores inflacionarios”.
El representante explicó que el estudio incluye a estos cuatro países, y no a Costa Rica y Panamá, debido a que son los que tienen mayores niveles de pobreza en el istmo.
“Se reporta un crecimiento del grupo de personas viviendo en extrema pobreza, lo que indica no solo la expansión, sino también la profundización de la situación de pobreza”, señaló Scaramella.
Agregó que el objetivo de la investigación era analizar “el funcionamiento de los mercados y las consecuencias del fenómeno de alza de los precios de los bienes alimentarios básicos en los grupos más vulnerables”.
El estudio propone que los Gobiernos de la región “amplíen y fortalezcan el marco de protección social para los grupos más vulnerables”.
Exhorta, además, para que se “amplíen las inversiones en producción agropecuaria y en la diversificación de las fuentes de ingresos para los pequeños agricultores”.
Indica que es necesario “velar por un funcionamiento eficaz y correcto de los mercados, en particular proteger el poder de adquisición de los más pobres y vulnerables entre los consumidores”.
Scaramella expresó que el informe “es un llamado de atención a la necesidad de fortalecer los marcos de protección social en todos los países centroamericanos”.
El PMA estima que los altos precios de los alimentos que comenzaron a “afectar la economía mundial” a partir de 2006 han provocado la acentuación del nivel de pobreza de unos 130 millones de personas en todo el mundo.
La entidad, dependencia de las Naciones Unidas, sostiene que el aumento de los precios de los alimentos fue causado por una “combinación de factores” , entre los que destaca la pérdida de cosechas, sequías, altos precios de los hidrocarburos y el aumento de la demanda de los granos básicos.