El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este domingo a Japón, segunda y última etapa de su primera gira por Asia como gobernante, que tiene como telón de fondo la amenaza norcoreana, las ambiciones geopolíticas de China y la guerra en Ucrania.
Tras visitar Corea del Sur, otro gran aliado de Estados Unidos en Asia, Biden llegó a la Base Aérea de Yokota, al oeste de Tokio, poco después de las 17:00 locales (3:00 a. m. de Colombia).
El presidente estadounidense se reunirá el lunes con el primer ministro Fumio Kishida y el emperador Naruhito, y el martes participará en una cumbre que reúne a los gobernantes de Australia, India, Japón y Estados Unidos. También presentará una iniciativa de comercio regional, el Marco Económico para la Prosperidad en el Indo-Pacífico.
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Biden aprovechó el momento para felicitar a Anthony Albanese, ganador de las elecciones legislativas celebradas el día anterior en Australia y le reafirmó “el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la alianza estadounidense-australiana”.
Poco antes de partir rumbo a Japón, Biden dijo este domingo en Seúl que está “preparado” ante un eventual ensayo nuclear de Corea del Norte, pero reafirmó su apertura al diálogo con un singular mensaje a Kim Jong Un.
“Estamos preparados para cualquier cosa que pueda hacer Corea del Norte”, aseguró Biden, y dijo que no le “preocupan” los riesgos de un nuevo ensayo armamentístico durante su estancia en la región -algo sobre lo que los funcionarios estadounidenses han advertido.
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Finalmente, no se produjo un ensayo nuclear durante la visita de Biden a Corea del Sur, pero aún podría ocurrir en los próximos días, según el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.
“Si Corea del Norte actúa, estaremos preparados para responder. Si Corea del Norte no actúa, tiene la oportunidad, como hemos dicho antes, de volver a la mesa”, dijo Sullivan a los periodistas el domingo.
A la pregunta de un periodista a Biden si tenía un mensaje para el líder norcoreano Kim Jong Un, el presidente respondió con un lacónico mensaje: “Hola. Punto final”.
Era una forma de dejar claro que Washington sigue abierto al diálogo con Corea del Norte, incluso en ausencia de reciprocidad. Las conversaciones con Pyongyang están estancadas desde la fallida cumbre de 2019 entre Kim y el entonces presidente estadounidense Donald Trump.
Contrarrestar un “ataque nuclear”
En Seúl, adonde llegó el viernes, Biden se reunió con el recién electo presidente Yoon Suk-yeol, un conservador proestadounidense que llegó al poder a principios de mayo. Ambos líderes hablaron de intensificar “los ejercicios militares conjuntos en y alrededor de la península coreana”, tras señalar la “creciente amenaza” de Corea del Norte.
Yoon señaló que discutió con Biden si deben “desarrollar varios tipos de simulacros conjuntos en preparación para un ataque nuclear”. También resaltó la necesidad de contar con “aviones de combate y misiles, un cambio del pasado cuando solo pensábamos en la protección nuclear como disuasión”.
Cualquier aumento de fuerzas o expansión de ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur podría irritar a Pyongyang, que ve las maniobras como ensayos para una invasión.
La inteligencia surcoreana advirtió que Corea del Norte ha completado los preparativos para una prueba nuclear, que sería la séptima de su historia y la primera en cinco años. No se descarta que esta prueba tenga lugar antes de que finalice la visita del presidente estadounidense a Asia.
Democracia y autocracia
Para aumentar la incertidumbre, Corea del Norte, cuya población no está vacunada contra el covid-19, se enfrenta actualmente a un brote, con casi 2,6 millones de casos y 67 muertes, según las últimas cifras oficiales.
Biden y Yoon ofrecieron ayuda a Corea del Norte para enfrentar su brote de covid-19.
En una señal de las ambiciones de Estados Unidos en la región, Biden habló en una conferencia de prensa conjunta con Yoon de una “competencia entre democracia y autocracia” en el mundo, y que la región del Asia Pacífico es clave en la disputa.
“Hablamos extensamente de la necesidad de ampliar esto más allá de Estados Unidos, Japón y Corea para incluir a todo el Pacífico y el Pacífico Sur y el Indo-Pacífico. Creo que esta es una oportunidad”, declaró. China es el principal rival de Estados Unidos en esa lucha geopolítica.
Antes de salir de Corea del Sur, Biden se reunió con el presidente de Hyundai para celebrar la decisión del gigante automovilístico de invertir 5.500 millones de dólares en una planta de autos eléctricos en el estado sureño de Georgia.
También visitó con Yoon a los soldados estadounidenses y surcoreanos basados en el país asiático, un signo de la “naturaleza verdaderamente integrada” de la alianza económica y militar de ambos países, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
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