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La cadena de errores detrás de la derrota del ejército de Afganistán

¿Por qué si el ejército de Estados Unidos entrenó a las fuerzas armadas de Afganistán, los armaron hasta los dientes y les dieron millones de dólares, los talibanes los derrotaron en tiempo récord?

19 de agosto de 2021 - 02:05 a. m.
Miembros de las fuerzas de seguridad afganas, que según EE. UU. ascienden a 300.000, patrullan la provincia de Panjshir. / AFP
Miembros de las fuerzas de seguridad afganas, que según EE. UU. ascienden a 300.000, patrullan la provincia de Panjshir. / AFP
Foto: AFP - AHMAD SAHEL ARMAN

Una de las primeras cosas que llamaron la atención cuando el ejército talibán llegó ante las puertas de Kabul fue que los puestos de policía habían sido abandonados. Tampoco hubo tropas afganas que pusieran resistencia. Si bien el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que el avance de los talibanes había sido más rápido de lo esperado, lo cierto es que no es coincidencia que las fuerzas armadas locales se hayan rendido tan fácil. De hecho, según analistas, oficiales y soldados este fue un proceso paulatino que empezó el año pasado por el desgaste del conflicto y la corrupción.

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Estados Unidos y Afganistán estaban convencidos, cuando las tropas internacionales comenzaron su retirada en mayo, a raíz del acuerdo firmado el año pasado en Doha (Catar), de que el ejército afgano podría responder a los ataques de los talibanes. Con cerca de 300.000 miembros y un equipamiento mucho más avanzado que el de los insurgentes, las tropas del gobierno estaban listas, al menos en teoría. Sin embargo, nadie calculó la motivación del ejército talibán ni la debilidad estructural de las fuerzas gubernamantales. En 2020, este mismo ejército pudo resistir la ofensiva talibana en el sur, en Lashkar Gah; esta vez, sin el apoyo aéreo y militar de EE. UU. no aguantaron mucho.

En diálogo con El Espectador, Manuel Alejandro Rayran, profesor de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, aseguró que también fue error de la comunidad internacional que no supo leer las necesidades locales: “Muchas de las críticas que se hacen es que los estadounidenses salieron huyendo de Kabul y que muchas de esas armas terminaron en manos del movimiento talibán. En el ejército afgano no hubo una estructura seria de los generales para consolidarse y en muchas ocasiones también fue un error por parte de occidente no entender esas dinámicas internas e identitarias dentro del pueblo afgano”.

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Además, la corrupción fue debilitando poco a poco la institución militar del país, pues el presidente Ashraf Ghani prometió mejorar la calidad de vida y económica general de la población, cosa que nunca se cumplió. “¿Por qué querrían defender a un gobierno que ha concentrado la plata, que tiene denuncias de corrupción y que no logró mejorar las condiciones de vida de la gente?”, apunta Rayran. De hecho, algunos miembros de las fuerzas militares aseguraron a The Washington Post que no recibían sus salarios desde hacía seis y hasta nueve meses.

Las semillas del colapso comenzaron a germinar el año pasado cuando Washington firmó el acuerdo de retirada completa de sus tropas con los talibanes de la mano del expresidente Donald Trump. Para los talibanes, este fue el inicio de su victoria tras dos décadas de guerra. Para muchos afganos desmoralizados, significó traición y abandono. Desde ese momento los insurgentes ampliaron su ofensiva con asesinatos dirigidos contra periodistas y activistas de derechos humanos, creando un sentimiento de miedo general.

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Lo anterior estuvo acompañado por una campaña de propaganda ante la inevitable victoria talibana. De hecho, soldados y responsables locales informaron que recibían mensajes de teléfono pidiéndoles que se rindieran o cooperaran con ellos para evitar males mayores. Según oficiales contactados por The Washington Post, muchas veces se hablaba de ceses al fuego voluntarios, pero en realidad había ofrecimientos de dinero para que abandonaran las ciudades. Según esos relatos, el ejército talibán iba de menos a más, comenzando por pequeños asentamientos hasta dominar las capitales, haciendo que los gobiernos locales se rindieran.

Lo que ocurrió en los últimos días puede ser visto como un juego de tensiones en el que las partes lucharon por imponer su propia narrativa de los hechos. Es decir, mientras Biden intentó salir victorioso y mostrar una imagen fuerte frente al mundo al decidir terminar el retiro antes del 11 de septiembre, una fecha simbólica, los talibanes aceleraron su regreso para estropear los planes de EE. UU.

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Según Rayran, fue justamente por eso que los talibanes aceleraron sus operaciones. “Los talibanes no querían que fuera el 11 de septiembre para que no quedara de nuevo la imagen negativa del 9/11 y por el contrario lo que buscaron fue forzar una salida rápida de los estadounidenses para que Estados Unidos quedara como el país que perdió la guerra. En últimas, la imagen que dio el gobierno de Biden fue que huyó como lo hicieron en Vietnam y como lo hicieron los soviéticos en el 92”.

Luego de la toma del poder el grupo talibán aseguró que respetaría la vida de cualquier persona que hubiera trabajado previamente en el ejército o ayudado a la coalición internacional. “Una de las posturas es que se queden dentro de Afganistán, porque necesitan reconstruir el país y han mencionado que necesitan que toda esta gente que tiene experiencia se quede. Ahora, también es cierto que falta ver si en realidad ocurre esto”, dijo Rayran.

Uno de los militares con los que habló The Washington Post señaló: “La última vez que los vi, los talibanes ofrecían US$150 para que cualquier persona del gobierno se rindiera y se uniera a ellos. ¿Sabe cuál es el precio ahora?”. Un informe del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos aseguró que esta suma de elementos llevaron a que cuando se encontraron con los talibanes “la mayor parte de las tropas optara por hacer tratos con ellos, rendirse o simplemente esfumarse, en lugar de arriesgar sus vidas por una causa perdida”.

En la huida dejaron atrás vehículos militares, armas e incluso uniformes con los que EE. UU. los había equipado; hoy los talibanes están armados hasta los dientes con armas made in USA.

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Enrique(60242)19 de agosto de 2021 - 05:44 p. m.
Por qué será que a los gringos les pasa una y otra vez que van a pelear guerras y siempre terminan derrotados y huyendo ? La política militar de los gringos no ha cambiado de paradigma en los últimos 100 años y sus enemigos saben que lo único que hay que ser es resistir, tarde o temprano los gringos se van derrotados
CarlosUribe(33105)19 de agosto de 2021 - 04:39 p. m.
La inteligencia americana lo sabía, y sobre todo Trump, qué ahora se rasga hipócritamente las vestiduras, estoy seguro de que en el acuerdo de paz firmado el año pasado por su administración, estaba implícito que ellos, los talibanes, regresarían al poder, sí se comprometían a no atacar a los EE. UU, y el ejército afgano no hizo resistencia, pues en el fondo comparte ideología con los talibanes.
Plutarco(52292)19 de agosto de 2021 - 02:32 p. m.
PRENSA MENTIROSA, NO FUE EL EJERCITO AFGANO EL DERROTADO, FUERON LAS TROPAS GRINGAS, LAS QUE FUERON SACADAS COMO A UN PERRO. IGUALITO QUE EN VIETNAM. EN ESTA GUERRA LOS GRINGOS NO MOSTRARON SUS TRIUNFOS DIARIOS, PORQUE SUS OPOSITORES ERAN INVISIBLES , SOLO EN PELICULAS.
Eduardo(52171)19 de agosto de 2021 - 12:51 p. m.
La cantidad de afirmaciones que hace el columnista, dan impresión de ligereza y falta de fundamentos. Escribir por escribir. Afganistán es una sociedad diferente a la nuestra, habrá que entenderla mas que decirle qué hacer.
Arturo(82083)19 de agosto de 2021 - 04:14 a. m.
Las razones de la debacle del ejercito de Afganistan aplican al de Colombia, los dos paises que han recibido mayor ayuda militar de EE UU. En ambos paises los ejercitos han sido capacitados y armados para combatir, no un enemigo real y amenazante, sino difuso (comunismo, terrorismo) que los soldados, personas humildes, no logran identificar ni los motiva a combatirlo. Nada bueno se puede esperar
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