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Las bombas H de Al Qaeda

Suicidas, carros bomba, explosivos improvisados y hombres con armas equipadas con silenciadores sembraron el terror en varias ciudades iraquíes.

El Espectador
10 de mayo de 2010 - 10:55 p. m.

Muchos iraquíes no se dieron cuenta de los sangrientos ataques con los que comenzó el lunes en Irak. Las armas usadas por los terroristas de Al Qaeda en los asaltos sincronizados contra seis controles de policía en cuatro barrios de Bagdad, tenían silenciadores. “No se escuchó nada porque usaron silenciadores”, explicaron las autoridades iraquíes, que se quejaban de la creciente capacidad de Al Qaeda para cometer todo tipo de barbaries en el país.

Momentos después, en el ataque más sangriento del día, tres carros bomba conducidos por terroristas suicidas explotaron en la ciudad de Hila, 100 kilómetros al sur de Bagdad. Las detonaciones, que ocurrieron justo al término de la jornada laboral, dejaron 35 muertos y 136 heridos.

Después, en Al Suwayra, 60 kilómetros al sur de Bagdad, se produjo un doble atentado suicida, el más grave de el lunes. Un terrorista con un chaleco cargado de explosivos estalló cerca de un mercado y de una mezquita chií, y cuando los transeúntes socorrían a las primeras víctimas, otro terrorista al volante de un coche bomba lo detonó. En este doble atentado murieron 13 personas y otras 40 quedaron heridas, según el teniente de policía Sabah Al-Chammai. Algunos de los heridos se encuentran graves, por lo que no se descarta que la cifra de víctimas aumente.

El resto de las víctimas se produjo en Iskandariya, 50 kilómetros al sur de Bagdad, donde dos personas perdieron la vida a causa de la explosión de una bomba en una tienda. En Faluya, un antiguo bastión de los rebeldes suníes y de Al Qaeda al oeste de Bagdad, cuatro personas fallecieron, entre ellas dos policías, y otras 19 resultaron heridas por el estallido de artefactos explosivos que habían sido colocados en cinco casas de policías.

Cerca de la ciudad de Balad —70 kilómetros al norte de Bagdad—, dos peregrinos iraníes quedaron heridos en una explosión de una bomba al paso de su autobús. Dos combatientes kurdos murieron por un carro bomba cerca de Mosul, 350 kilómetros al norte de Bagdad. El ataque dejó además seis heridos entre combatientes kurdos y los soldados iraquíes.

Y como si esto fuera poco, al final del día, Basora, al sur de Irak, fue estremecido por dos carros bomba que estallaron en un mercado causando diez muertos, según fuentes del Ministerio de Interior iraquí.

Las nuevas bombas

Al hacer el balance de la trágica jornada, las autoridades iraquíes reconocieron que Al Qaeda aumentó su capacidad operativa, aprovechando la profunda crisis que vive la nación luego de las polémicas elecciones legislativas de marzo. Las autoridades han aprendido en los últimos siete años que la capacidad de los terroristas para causar dolor y asesinar es infinita. Y revelaron que desde hace un tiempo, los terroristas están usando artefactos más sofisticados.

Se trata de las bombas H, como se conoce a las HBIED (casa-artefacto explosivo improvisado), en los que los terroristas llenan una casa con dinamita o cualquier otro explosivo y luego la hacen estallar. Esta es una de las técnicas que más usan los miembros de Al Qaeda últimamente. Por lo general hacen estallar la casa o el edificio cuando está llena de gente, para causar un mal mayor. Este lunes, por fortuna, las casas que estallaron estaban desocupadas. El ejército estadounidense está usando desde marzo unos artefactos para detectar las bombas H antes de que estallen.

El desquiciado ingenio atribuido a los radicales de Al Qaeda también incluye los IED (artefacto explosivo improvisado) y los VBIED (carros bomba improvisados), tácticas encaminadas a causar la mayor destrucción posible.

Por El Espectador

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