Ómicron en África: de continente olvidado a una región aislada por el coronavirus
La variante Ómicron, detectada en Sudáfrica, revive el debate por la desigualdad en la distribución de las vacunas contra el coronavirus entre los Estados ricos y pobres. En medio de los cierres y las restricciones interpuestas a algunos países africanos, se encienden las alarmas por el aislamiento del continente, temiendo un retraso más en la recuperación global de la pandemia.
María José Noriega Ramírez
El mundo está conmocionado por Ómicron, la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica. Varios países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Holanda, Rusia y Suiza, prohibieron los vuelos procedentes de Sudáfrica y países vecinos, al tiempo que otros, como Japón y Filipinas, cerraron sus fronteras a todos los turistas. En medio de los últimos acontecimientos, no hay que olvidar que la vacunación en los países africanos empezó tarde, en comparación con las naciones más ricas, a lo que se suma el hecho de que los sudafricanos reclaman sentirse “castigados” por las medidas tomadas frente a la nueva variante de la COVID-19.
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El mundo está conmocionado por Ómicron, la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica. Varios países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Holanda, Rusia y Suiza, prohibieron los vuelos procedentes de Sudáfrica y países vecinos, al tiempo que otros, como Japón y Filipinas, cerraron sus fronteras a todos los turistas. En medio de los últimos acontecimientos, no hay que olvidar que la vacunación en los países africanos empezó tarde, en comparación con las naciones más ricas, a lo que se suma el hecho de que los sudafricanos reclaman sentirse “castigados” por las medidas tomadas frente a la nueva variante de la COVID-19.
Se va a cumplir un año desde que en algunos lugares del mundo comenzaron las jornadas de vacunación y África presenta retrasos en ello, algo que no es nuevo, pues desde hace meses se alertó sobre la crisis que podría afrontar el continente. Según datos de Our World in Data, la proporción de personas totalmente vacunadas es del 7,15 %, en comparación con el 42,95 % del resto del mundo, y la de personas parcialmente vacunadas es del 3, 65 %, frente al 11,26 % que se registra a nivel mundial. Esto, en un contexto en el que las cifras de ese portal apuntan a que Asia, Europa, América del Norte y América del Sur ya han vacunado (total o parcialmente) entre el 50 % y el 70 % de sus poblaciones.
En medio de este panorama, y previo al encuentro que los miembros del G20 sostuvieron en octubre, algunos embajadores y colaboradores de UNICEF África pidieron a los países una mayor distribución de vacunas antes de diciembre, pues se conoce que los países miembros de dicho foro internacional han recibido 15 veces más dosis de vacunas per cápita que los países de África subsahariana, según un análisis realizado por Airfinity.
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“La gran desigualdad en el reparto de las vacunas no solo está dejando atrás a los países más pobres, sino también al resto del mundo”, afirmó Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “A medida que los dirigentes mundiales se reúnen con el fin de establecer prioridades para la siguiente fase de la respuesta a la COVID-19, es imprescindible que recuerden que en la carrera por la vacuna contra la COVID-19 ganamos todos o perdemos todos”, agregó.
Desde el año pasado, cuando a principios de diciembre se conoció que Reino Unido había empezado las jornadas de vacunación, que Canadá había aprobado el antiviral Pfizer y que Estados Unidos no demoraba en comenzar con su proceso, se hablaba de que las regiones pobres del mundo, aquellas con economías muy golpeadas y poblaciones aisladas, como África, iban a ser las más afectadas por la pandemia. Por eso, algunos países, como Sudáfrica, le pidieron a la Organización Mundial del Comercio (OMC) suspender los derechos de propiedad intelectual de tecnología, tratamientos, vacunas y medicamentos contra el coronavirus, por lo menos hasta que se consiga la inmunidad de grupo global (70 % de la población del planeta), algo sobre lo que Naciones Unidas y Amnistía Internacional han alertado.
“Estoy contento de que el Consejo de Seguridad haya votado a favor de la equidad en las vacunas, pero si queremos soluciones prácticas, entonces hay que tomar en serio la exención de propiedad intelectual”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por su parte, Amnistía Internacional aseguró que el rechazo de las farmacéuticas a renunciar temporalmente a las patentes, sumado a la inequidad en la distribución de las vacunas, aumenta la vulnerabilidad y deja el camino abierto a la aparición de nuevas variantes.
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Frente a ello, David Castrillón, docente-investigador de la Universidad Externado, afirmó a este diario que los obstáculos van más ya de la liberación de la propiedad intelectual de las vacunas. Aun en el caso de que ello suceda, si no hay voluntad política para promover el acceso a la vacunación, el problema no se va a resolver. “La administración Biden continúa imponiendo restricciones a la exportación comercial de vacunas producidas en el país. La liberación de los derechos de propiedad intelectual no resolverá otros asuntos más estructurales, como el acceso a los insumos para la producción de las vacunas”. Aun cuando África está coproduciendo vacunas, como la china, el investigador enfatiza que los gobiernos deben eliminar los obstáculos en las cadenas de suministro, producción y distribución de los antivirales.
Por lo anterior, África está entre las zonas más propensas a vivir las consecuencias de una vacunación lenta, antecedida por las trabas en la adquisición de las vacunas. Hoy, el efecto de ello es la aparición de Ómicron, la variante del coronavirus detectada en Sudáfrica, que ha provocado cierres totales y parciales en otros países, que, a la vez, han despertado la sensación de castigo en los sudafricanos.
Canadá y Estados Unidos fueron unos de los primeros países en tomar la decisión de cerrar sus fronteras ante el surgimiento de la nueva variante. El gobierno de Joe Biden dijo que las personas de Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Esuatini (o Suazilandia), Mozambique y Malaui tienen prohibido el ingreso a territorio estadounidense. Luego de este anuncio, el primer mandatario intentó tranquilizar a la nación, y sostuvo que desde su gobierno están actuando rápidamente para intentar contener la amenaza. “El grado de propagación tiene un impacto sobre la necesidad o no de restricciones de viaje, pero no anticipo eso en este momento. Ómicron es un motivo de preocupación, no de pánico”. Canadá, por su parte, también prohibió el ingreso al país de viajeros provenientes de las mismas naciones de África austral, excepto de Malaui.
A ellos se han sumado las más recientes disposiciones de otras naciones, que difieren en el grado y en el tipo de restricciones. Por ejemplo, Japón anunció el cierre de sus fronteras a todos los visitantes extranjeros. Filipinas también informó sobre la suspensión temporal de sus planes de permitir la entrada de turistas con vacunación completa, para así evitar la propagación de la nueva variante. A ellos se suma Israel, que anunció el cierre de fronteras a todos los extranjeros, cuatro semanas después de reabrir para los turistas.
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Por su parte, Australia suspendió sus planes de reabrir sus fronteras a ciertos trabajadores y estudiantes, aplazando su decisión de reabrir sus bordes el 1 de diciembre, como lo tenían pensado. En el caso de Reino Unido, entraron en vigor nuevas reglas sanitarias, incluyendo el uso de mascarillas en comercios y transporte público, así como más restricciones a los pasajeros que llegan del exterior. Además, prohibió la entrada de personas de seis países africanos.
Francia, Italia, Holanda, Rusia y Suiza también restringieron los vuelos procedentes de Sudáfrica y de países vecinos. La Unión Europea recomendó imponer restricciones a todos los viajes procedentes de Sudáfrica y de seis países de África austral.
En cuanto a Latinoamérica, a partir del 4 de diciembre, Cuba exigirá una prueba PCR negativa y aplicará la cuarentena obligatoria por siete días a los viajeros procedentes de Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia, Malawi y Esuatini, entre otras medidas más. En cuanto a Chile, este país prohibió el ingreso de los extranjeros no residentes que hayan estado en Sudáfrica, Zimbabue, Namibia, Botsuana, Lesoto, Esuatini y Mozambique en los 14 días anteriores a su viaje al país suramericano. Además, descartó la apertura terrestre de las fronteras.
Guatemala y Brasil se sumaron al grupo de países que impiden la entrada de personas provenientes de ciertos países de África. Por un lado, el primero de ellos limita el ingreso de personas que en los últimos 14 días estuvieron en Sudáfrica, Namibia, Botsuana, Mozambique, Lesotho, Zimbabue, Esuatini y Egipto. En lo que respecta a Brasil, el gigante suramericano cerró las fronteras aéreas a seis países: Sudáfrica, Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia y Zimbabue.
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Argentina ordenó a todos los viajeros que llegaron de África en las últimas dos semanas a guardar cuarentena por catorce días. Con respecto a aquellos que están llegando, todos deben contar con el esquema completo de vacunación 14 días antes de su llegada y deben aterrizar en el país suramericano con una prueba PCR negativa, realizada dentro de las 72 horas previas al ingreso. Además, al llegar, se tendrán que hacer una prueba de antígenos, y para poder finalizar la cuarenta, los viajeros tendrán que hacerse una prueba PCR después de cumplir diez días de la muestra que se tomaron en el país de origen.
Finalmente, en esta carrera de cierres y restricciones, los países africanos no se han quedado atrás. Angola, Egipto, Mauricio y Ruanda, por ejemplo, limitaron los viajes a Sudáfrica y otros países del sur del continente.
Frente a estas disposiciones, el gobierno surafricano ha alertado sobre la estigmatización que el país ha recibido desde que reportó la aparición de la nueva cepa. “Las últimas prohibiciones a los desplazamientos son un castigo contra Sudáfrica por su capacidad de secuenciar el genoma y la rápida detección de nuevas variantes. La excelencia científica debe ser reconocida, no castigada”, consideró el Gobierno, días después de la notificación de la aparición de la variante. A este pronunciamiento se sumó el del Ministerio de Asuntos Exteriores, que a través de un comunicado afirmó: “Se han detectado nuevas variantes en otros países, casos que no tenían ninguna relación reciente con África del Sur. Hay que destacar que la reacción en esos casos fue radicalmente diferente a la que hubo contra nosotros”.
Además, en declaraciones a EFE, Tulio de Oliveira, virólogo que detectó la variante en Sudáfrica, junto a su equipo del instituto de investigación KRISP, dijo: “A veces te castigan por ser transparentes y hacer las cosas rápido”. De acuerdo con sus declaraciones a la agencia de noticias, las prohibiciones para viajar no tienen “mucho sentido desde un punto de vista científico”. El investigador recuerda que Estados Unidos prohibió los viajes con China al comienzo de la pandemia y después alcanzó el récord de contagios.
Una postura similar es la que Jinal Bhiman, investigador principal del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica, le dio a DW: “No creo que las prohibiciones de viaje sean la mejor manera de combatir la nueva variante. Lo vimos con Delta: cuando se identifica la nueva cepa, hace rato que está ahí, que se ha extendido. Las primeras infecciones ocurren mucho antes”.
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