La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA-TCP) manifestó su rechazo "enérgico" a lo que consideran un "golpe de Estado parlamentario-judicial" que "está camino" de consumarse en Brasil. (Lea: El adiós de Dilma)
En un comunicado difundido hoy y fechado en Caracas se indica que los países del ALBA "informados de la votación ocurrida en el día de ayer en el Senado de Brasil", rechazan "enérgicamente" lo que consideran un "golpe de Estado parlamentario-judicial que está camino de consumarse en ese país". (Lea: "Sé que ahora vienen por Venezuela": Maduro sobre suspensión de Dilma Rousseff)
En el escrito se señala que "el juicio político contra la presidenta legítima Dilma Rousseff es una maniobra, disfrazada de legalidad, para apartarla de su cargo y desacreditarla a ella y al Partido de los Trabajadores (PT), sin que existan razones legítimas ni fundamentos jurídicos para ello".
Asimismo se indica que "sectores oligárquicos, con el respaldo de intereses imperialistas, de las trasnacionales y de grupos mediáticos", pretenden "reinstaurar el neoliberalismo" en Brasil "y en otros países" de la región.
El objetivo de esta acción, según el mecanismo, sería "alinear la política exterior brasileña con los intereses imperiales y desmantelar los programas sociales de los gobiernos del PT, que han beneficiado ampliamente a millones de ciudadanos brasileños, como nunca antes en la historia" de ese país.
"Los países del ALBA-TCP expresamos nuestra más firme solidaridad a la presidenta Dilma Rousseff y al líder del Partido de los Trabajadores Luiz Inacio Lula Da Silva, también sometido al acoso de la derecha, y reiteramos nuestro apoyo al valiente pueblo brasileño, que ha salido a las calles a rechazar esta abominable acción", dice el documento.
ALBA está integrada por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Venezuela, Surinam, Guyana y Haití, este último como miembro observador.