Sonoro homenaje a víctimas de incendio en Brasil a un mes de la tragedia

Con una prolongada salva de aplausos, abrazos y el ruido de bocinas de fondo Santa María recordó este miércoles con un sonoro acto el primer mes del incendio en una discoteca en el que murieron 239 personas, en su mayoría jóvenes universitarios.

"Quisimos organizar una jornada con mucho ruido para recordar la alegría de nuestros jóvenes muertos", dijo Adherbal Alves, presidente de la Asociación de Familiares de las Víctimas y Sobrevivientes de la Tragedia de Santa María.

A primera hora del día, decenas de personas, muchas vestidas de blanco, se reunieron en la plaza central de Santa María, una ciudad universitaria situada en el estado de Rio Grande do Sul, a unos 2.000 km al sur de Brasilia. Allí rindieron homenaje a las víctimas del incendio en la discoteca Kiss, en cuyos exteriores fueron dejadas ofrendas florales y una gran pancarta con un corazón rojo formado con las fotos de las 239 víctimas, según imágenes de televisión.

Por varios minutos la gente reunida en la plaza aplaudió y se abrazó mientras los vehículos se detuvieron para hacer sonar sus bocinas. El ruido emocionó hasta las lágrimas a varios asistentes. "Fue un acto muy emocionante, de mucha alegría, de paz", describió telefónicamente Alves, quien perdió en la tragedia a su hija Jennefer de 22 años.

Durante todo el día hubo marchas y al final de la tarde estaba prevista una oración simultánea en templos católicos, evangélicos y luteranos.

"Recordamos y homenajeamos a nuestros amigos, pero de una forma en que demostramos que la vida sigue y que tenemos que levantar la cabeza y seguir adelante", dijo a la prensa José Carlos Duarte, uno de los estudiantes que participó en los actos.

En la madrugada del domingo 27 de enero, una bengala lanzada por un miembro de una banda musical que se presentaba en la discoteca Kiss provocó un incendio que envolvió el local en llamas y humo tóxico, causando la muerte a 239 personas.

Al momento del incendio se celebraba una fiesta universitaria. Un centenar más de personas fueron hospitalizadas, y tres de ellas todavía permanecen internadas. Según las investigaciones policiales, la bengala era inapropiada para lugares cerrados. Además, el centro nocturno estaba repleto, carecía de señalización adecuada y al menos uno de los extintores no funcionó. "Fue un día de horror. Santa María nunca había visto algo así, y recién ahora estamos comenzando a entender lo que pasó", señaló Adherbal.

"Nuestro clamor, ahora, es por justicia, porque hubo mucha negligencia. Creemos que la justicia va por el camino correcto".

Cuatro personas están detenidas por su presunta responsabilidad en el incendio: dos socios de la discoteca Kiss; uno de los músicos de la banda y el productor del grupo musical Gurizada Fandangueira.

El lunes la fiscalía anunció que evalúa acusarlos formalmente por homicidio calificado, un delito pasible de penas que oscilan entre 12 y 30 años de prisión.

"Cuando se formalice y avance el proceso, presentaremos una demanda colectiva para exigir una indemnización, que también es una forma de castigo para que cosas así no se repitan", sostuvo Alves. Según su testimonio, la organización reúne a la mayoría de familias afectadas por la tragedia.
 

Con una prolongada salva de aplausos, abrazos y el ruido de bocinas de fondo Santa María recordó este miércoles con un sonoro acto el primer mes del incendio en una discoteca en el que murieron 239 personas, en su mayoría jóvenes universitarios.

"Quisimos organizar una jornada con mucho ruido para recordar la alegría de nuestros jóvenes muertos", dijo Adherbal Alves, presidente de la Asociación de Familiares de las Víctimas y Sobrevivientes de la Tragedia de Santa María.

A primera hora del día, decenas de personas, muchas vestidas de blanco, se reunieron en la plaza central de Santa María, una ciudad universitaria situada en el estado de Rio Grande do Sul, a unos 2.000 km al sur de Brasilia. Allí rindieron homenaje a las víctimas del incendio en la discoteca Kiss, en cuyos exteriores fueron dejadas ofrendas florales y una gran pancarta con un corazón rojo formado con las fotos de las 239 víctimas, según imágenes de televisión.

Por varios minutos la gente reunida en la plaza aplaudió y se abrazó mientras los vehículos se detuvieron para hacer sonar sus bocinas. El ruido emocionó hasta las lágrimas a varios asistentes. "Fue un acto muy emocionante, de mucha alegría, de paz", describió telefónicamente Alves, quien perdió en la tragedia a su hija Jennefer de 22 años.

Durante todo el día hubo marchas y al final de la tarde estaba prevista una oración simultánea en templos católicos, evangélicos y luteranos.

"Recordamos y homenajeamos a nuestros amigos, pero de una forma en que demostramos que la vida sigue y que tenemos que levantar la cabeza y seguir adelante", dijo a la prensa José Carlos Duarte, uno de los estudiantes que participó en los actos.

En la madrugada del domingo 27 de enero, una bengala lanzada por un miembro de una banda musical que se presentaba en la discoteca Kiss provocó un incendio que envolvió el local en llamas y humo tóxico, causando la muerte a 239 personas.

Al momento del incendio se celebraba una fiesta universitaria. Un centenar más de personas fueron hospitalizadas, y tres de ellas todavía permanecen internadas. Según las investigaciones policiales, la bengala era inapropiada para lugares cerrados. Además, el centro nocturno estaba repleto, carecía de señalización adecuada y al menos uno de los extintores no funcionó. "Fue un día de horror. Santa María nunca había visto algo así, y recién ahora estamos comenzando a entender lo que pasó", señaló Adherbal.

"Nuestro clamor, ahora, es por justicia, porque hubo mucha negligencia. Creemos que la justicia va por el camino correcto".

Cuatro personas están detenidas por su presunta responsabilidad en el incendio: dos socios de la discoteca Kiss; uno de los músicos de la banda y el productor del grupo musical Gurizada Fandangueira.

El lunes la fiscalía anunció que evalúa acusarlos formalmente por homicidio calificado, un delito pasible de penas que oscilan entre 12 y 30 años de prisión.

"Cuando se formalice y avance el proceso, presentaremos una demanda colectiva para exigir una indemnización, que también es una forma de castigo para que cosas así no se repitan", sostuvo Alves. Según su testimonio, la organización reúne a la mayoría de familias afectadas por la tragedia.