Un momento para recordar a Nelson Mandela

Hoy se celebra el 102 aniversario del nacimiento de Nelson Mandela, primer presidente sudafricano negro (1994-1999).

Foto: Agencia AFP

Por sus contribuciones a la reconciliación, la preservación de los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la resolución de los conflictos, hoy se recuerda al activista y líder sudafricano Nelson Mandela. En desarrollo de la Asamblea General de la Naciones Unidas, en 2009 se determinó que cada 18 de julio se recuerde a este dirigente que fue crucial para acabar con el régimen del apartheid que por muchos años discriminó en su nación.

Nelson Mandela nació justamente un 18 de julio, pero de 1918, en una época en la que la población negra de Sudáfrica tenía muy pocas opciones y derechos frente al dominio blanco de ascendencia inglesa. Estudio derecho y desde muy joven se vinculó al Congreso Nacional Africano y luego fundó la Liga de Juventud del Congreso para desarrollar una filosofía nacionalista, antirracista y antiimperialista.

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A finales de los años 40, cuando se fortaleció en el país el régimen del Apartheid que discriminaba abiertamente a la población mayoritaria negra, Nelson Mandela comenzó a organizar campañas de desobediencia civil contra esas normas. Convertido en el líder primordial del Congreso Nacional Africano, pronto fue detenido y por primera vez fue privado de la libertad en Johannesburgo. Cuando la recobró hizo pública su Carta de la Libertad, para sintetizar los objetivos de su nación unida.

Desde entonces, buscando la conformación de un estado igualitario, democrático y multirracial, Nelson Mandela encabezó un movimiento de manifestaciones públicas y boicoteos, que el gobierno reprimió con violencia. En 1961, cuando afrontaba de nuevo cargos de la justicia, se produjo la matanza de Sharpeville, cuando una multitud desarmada fue ametrallada por la policía. Murieron 69 manifestantes.

Ante la represión, la dirigencia del Congreso Nacional Africano optó por defenderse y Mandela lideró la creación de un componente armado llamado la lanza de la nación. La filosofía era atacar instalaciones de interés económico, pero protegiendo la vida. Sin embargo, cuando su causa tomaba forma, fue encarcelado y pasó cinco años en la cárcel. Después fue condenado a cadena perpetua, mientras sus seguidores lo designaban como guía político.

Pasó 27 años en la cárcel, entre los años 1963 y 1990, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid. En 1990 fue legalizado el Congreso Nacional Africano, Mandela volvió a la libertad y se convirtió en el interlocutor frente al gobierno de Frederick de Klerk para lograr la transición hacia una democracia multirracial. En 1993, Nelson Mandela y Frederick de Klerk recibieron el Premio Nobel de Paz.

En 1994 hubo elecciones en Sudáfrica y Nelson Mandela fue elegido presidente de su nación. Gobernó hasta 1999, y durante su gestión, se desarrolló una Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que abrió camino a una nueva historia. En 1998, la Comisión de la Verdad dejó en evidencia los crímenes cometidos por el segregacionismo en Sudáfrica, y también los errores de los grupos de liberación que costaron vidas.

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Su convicción frente a la unidad del pueblo sudafricano quedó representada en la película Invictus, del director norteamericano Clint Eastwood, en la que se recuerda el triunfo de la selección de rugby de su nación en el campeonato mundial de este deporte en 1995, en un equipo de blancos, pero representando por igual a las mayorías negras. Ese suceso deportivo fue un momento de unir a su país frente a una victoria de todos.

Nelson Mandela murió en diciembre de 2013, a los 95 años de edad, reconocido por su gente y por líderes de muchos países del mundo. Durante casi siete décadas dedicó su vida a la causa de los derechos humanos y a la paz. “Ser libre no significa simplemente romper cadenas, sino vivir de manera que se respete y se acentúe la libertad de los demás”, fue una de sus múltiples consignas. El 18 de julio de cada año es una fecha para recordarlo siempre.