“No acuso al cardenal López de instigar asesinatos”: Fréderic Martel

El investigador y sociólogo francés habló con El Espectador antes de venir a Colombia para presentar el viernes, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, su obra “Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano” (sello Roca Editorial).

Nelson Fredy Padilla
24 de abril de 2019 - 12:00 p. m.
Frédéric Martel también es filósofo e investigó el homosexualismo de la curia católica en 30 países. / Cortesía Astrid di Crollalanza
Frédéric Martel también es filósofo e investigó el homosexualismo de la curia católica en 30 países. / Cortesía Astrid di Crollalanza

¿Por qué para su libro le pareció importante venir a Colombia? ¿Puede resumir sus viajes, investigaciones, lugares y fuentes utilizadas aquí?

Fui a Colombia cinco veces en estos últimos años. Dos de las cuales fueron por el libro. Estuve principalmente en Bogotá y Medellín. También tengo un investigador colombiano, quien me ha ayudado con la documentación e información. He conocido a muchas personas, no solamente vinculadas al catolicismo. Ahora, como cualquier periodista, no puedo discutir sobre mis fuentes pues, por supuesto, debo protegerlas.

Dedica un capítulo a denunciar la historia negra de Alfonso López Trujillo. ¿Por qué cree que el cardenal colombiano nunca fue investigado dentro del Vaticano? (Lea un fragmento del capítulo en cuestión).

El hecho de que el Vaticano no investigara al cardenal López Trujillo es responsabilidad del Vaticano. Sé que muchos cardenales, obispos y nuncios estaban al tanto de sus comportamientos sexuales y del hecho de que era homosexual… ¡Ellos han confirmado este punto! Pero, hasta donde sé, estamos discutiendo sobre la homosexualidad de Alfonso López Trujillo. En mi libro solo menciono eso. Nunca he escuchado sobre abusos sexuales o abuso de menores durante mi investigación. En términos de la ley, ser gay no es ilegal. La prostitución no es ilegal en muchos países; Italia como ejemplo de ello. Así que necesitamos evitar cualquier confusión aquí entre lo que es legal en términos de leyes y lo que la Iglesia dice. Hasta donde sé, los actos que menciono en mi libro no son ilegales dentro de las leyes colombianas o italianas. El abuso sexual y la pedofilia son dos temas completamente diferentes. En mi libro evité esta confusión que es tan común dentro de la Iglesia.

Usted lo acusa de haber tenido nexos con grupos paramilitares y de influenciar en el asesinato de sacerdotes colombianos de izquierda o que se le oponían. ¿Tiene pruebas para demostrar eso ante la justicia colombiana? ¿Está en capacidad de aportar pruebas y testimonios para que se abra una investigación aquí?

No lo acuso de instigar asesinatos. Menciono el hecho de que algunos sacerdotes de izquierda estuvieron en problemas después de algunas visitas hechas por el cardenal, pero no concluyo nada. Algunos sacerdotes y oficiales que he entrevistado propusieron esta hipótesis, pero debe ser demostrada. Sobre esto, creo, he escrito un libro bastante fuerte. Ya depende de los periodistas e investigadores en Colombia trabajar sobre el tema e intentar encontrar confirmaciones. Yo ya he hecho mi tarea, ¡ahora los colombianos deben hacer su trabajo!

¿Sabe si alguna de sus supuestas víctimas en Colombia demandará en busca de la verdad y de alguna indemnización?

No tengo información sobre este asunto.

¿Sabe si la red de prostitución masculina de la que, según usted, se servía en Medellín incluía a menores de edad?

Nunca escuché sobre menores involucrados durante mi investigación.

En su libro revela que “varios sacerdotes están preparando un libro sobre la doble vida y la violencia sexual del cardenal López Trujillo”. ¿Son colombianos? ¿Qué más detalles conoce sobre las denuncias que harán?

Son colombianos. Y dejaré en sus manos el que decidan cuándo querrán hablar sobre su proyecto.

¿Quién más, aparte de Angelo Acerbi, nuncio en Bogotá entre 1979 y 1990, le habló en favor de la inocencia de López?

No me gusta la expresión “inocencia”. De nuevo, no acuso al cardenal López Trujillo de ser culpable de nada. Ser homosexual no es un crimen y, desde un punto de vista legal y secular, es posible ser gay. Dejo la interpretación de este comportamiento a la Iglesia en sus términos de ley canónica, pero ese no es un problema para mí. Mi crítica es solo acerca de la hipocresía, esquizofrenia y doble vida, y nada de eso es ilegal.

¿López Trujillo fue “papable” o hasta dónde llegó su poder en el Vaticano como presidente del Consejo Pontificio para la Familia y decano de cardenales?

No creo que nunca fuera considerado seriamente para ser papa. Algunas fuentes dicen que tuvo solamente una o dos voces en el cónclave del 2005, así que realmente estuvo muy al margen en dicho cónclave. Su homosexualidad había sido conocida en el Vaticano por un largo tiempo, como muchos de los testimonios que tengo han sugerido. Aun así, con su poder era bastante influyente bajo el papado de Juan Pablo II y fue uno de los grandes arquitectos de la elección del papa Benedicto XVI. Era uno de los más feroces oponentes al sexo antes del matrimonio, al uso de condones y era, además, bastante homofóbico y hostil a las uniones civiles y al matrimonio gay. Y sí, al mismo tiempo, ¡era activamente homosexual!

¿Por qué fue determinante en la elección de Benedicto XVI?

Eso creo. Fue uno de los partidarios claves de Benedicto XVI y algunas fuentes sugieren que pudo haber ayudado a financiar su campaña. Aunque este último punto no está confirmado.

¿Cómo compara el poder de López con el que tuvo en Roma el cardenal colombiano Darío Castrillón, quien fue jefe de todos los sacerdotes católicos del mundo?

Creo que Darío Castrillón también era un homófilo. Sabía perfectamente que López Trujillo era homosexual, ¡como todo el mundo lo sabe! El arzobispo de Bogotá, el cardenal Rubén Salazar Gómez, negó en un comunicado la principal conclusión de mi libro Sodoma, diciendo que era una “absoluta calumnia”. Muchos obispos y sacerdotes colombianos me escribieron inmediatamente diciendo que Rubén Salazar Gómez es “un mentiroso porque, por supuesto, ¡sabía que López Trujillo era activamente gay!” (los estoy citando). De hecho, los cardenales generalmente mienten sobre la homosexualidad de otros cardenales cuando ellos mismos son gais. No sé si sea el caso de Salazar Gómez, ¡pero es claramente el caso de Darío Castrillón! En su comunicado, Salazar Gómez crea una gran confusión entre la homosexualidad y la pedofilia, y eso es una pena. Añadió que López Trujillo era muy “rígido para ser homosexual”. Y eso solo prueba su homosexualidad. Cito aquí las palabras del papa Francisco, quien denuncia a los homosexuales en la Iglesia: “los rígidos que viven una doble vida”.

¿Qué sabe de la relación entre los dos cardenales colombianos? ¿Castrillón se hacía el de la vista gorda frente a lo que hacía López?

Darío Castrillón estaba muy al tanto de la vida sexual de López Trujillo, e insisto en este punto. Muchos testimonios son claros al respecto. Él sabía sobre la vida sexual del cardenal. Muchas personas en el Vaticano también escucharon sobre ello. Su homosexualidad era de conocimiento común, lo que llamamos en francés un secret de Polichinelle (secreto a voces).

¿Dentro de la Iglesia católica colombiana hay un movimiento homosexual ligado a posibles casos de pederastia o prostitución?

No lo creo. No tengo información sobre esa relación. Y, de nuevo, insisto: no hay conexiones entre la homosexualidad y los abusos sexuales per se. Los abusos sexuales en el mundo son, principalmente, heterosexuales, y las víctimas son, en su mayoría, chicas y mujeres. Aun así, sí que es cierto que en la Iglesia católica las víctimas de los sacerdotes que abusan son, principalmente, chicos y hombres. El 80 u 85 % de las víctimas son hombres y chicos. ¿Por qué es eso? La homosexualidad no es la explicación. La razón real es la sexualidad reprimida, el odio a sí mismos y la mentira general sobre la sexualidad de un sacerdote. Creo que la castidad existe en muy pocas ocasiones en la Iglesia y todos los estudios que tenemos confirman la extrema inmadurez y el problema sobre la sexualidad de los sacerdotes. También es un asunto sobre el silencio y las mentiras en general. La Iglesia católica es una organización que predica sobre la verdad, pero miente muy seguido. La mayoría de los cardenales y obispos que han protegido a sacerdotes pedófilos son, ellos mismos, homosexuales. Así que el problema no es la homosexualidad per se, sino la hipocresía, las mentiras, la doble vida y la esquizofrenia.

¿Detrás de su investigación internacional, aparte de su visión como sociólogo y filósofo, hay un interés personal homosexual?

Soy abiertamente gay y es de conocimiento público. Fui capaz de hacer esta investigación gracias a sacerdotes gais, obispos gais y cardenales gais que me ayudaron con más de 1.500 entrevistas en 30 países. Pero también trabajé gracias a una red de obispos franceses y obispos y sacerdotes latinoamericanos y, además, me ayudaron asistentes, investigadores y traductores, un equipo de 80 personas.

En Latinoamérica trabajé en México (mi libro contiene nuevas revelaciones sobre el encubrimiento de los abusos del sacerdote Marcial Maciel en el Vaticano), en Cuba (soy el primero en revelar el hondo problema de la homosexualidad en La Habana), en Chile (mi libro aquí fue la clave del increíble escándalo alrededor de los abusos del sacerdote Karadima, quien era protegido por los agentes gais de Pinochet, por algunos nuncios gais del Vaticano… entre los que estaba Luigi Ventura, quien es ahora el nuncio en París y, además, está acusado por cuatro hombres de actos sexuales abusivos) y en Argentina (mi libro muestra la conexión entre la dictadura y el nuncio gay Pio Laghi).

¿Está de acuerdo con que el celibato para sacerdotes católicos se acabe?

No soy católico. Fui católico hasta los 12 o 13 años. Personalmente, creo que la castidad es un completo fallo en la Iglesia y que para muchos sacerdotes es una fuente de grandes problemas y profundas mentiras. Es profundamente antinatural (la homosexualidad no lo es). Pero le dejo esa pregunta a la Iglesia. “Sodoma” es ahora un “best seller” en 20 países y ha estado como número uno en ventas en Francia desde su publicación hace seis semanas. El libro también entró en la lista de los más vendidos de “The New York Times”. Es un libro serio que se apoya en 300 páginas de fuentes, notas, más de 1.500 artículos y libros. Todo ello lo publiqué en línea como una adición gratuita al libro. Así que, como ven, he hecho mi tarea. Pero mi trabajo no es cambiar la Iglesia. Mi trabajo es hacer un libro sincero, bueno, honesto, sin ninguna insinuación, rumor o error; el libro está basado únicamente en hechos. Depende de los católicos, los sacerdotes, el Vaticano o el papa usarlo ahora.

¿Qué soluciones propone para que el fenómeno de la pederastia dentro de la Iglesia católica se detenga o al menos disminuya?

La Iglesia está en un estado de destrucción porque miente todo el tiempo. Miente sobre la sexualidad de los sacerdotes: creo que la castidad solo existe en raras ocasiones dentro de la Iglesia. Prefiero que a un sacerdote se le permita ser gay y vivir con su novio a que abuse de un niño de 10 años. Ese es básicamente el debate. Adicionalmente está el debate de la justicia del Vaticano, que no es para nada efectiva. Los procedimientos no son eficientes, los jueces son incompetentes, la policía realmente no existe para hacer investigaciones y la homosexualización de todas las estructuras de la Iglesia hace que todo el sistema se opaque. El Vaticano debe reconocer que no es capaz de juzgar ninguno de los crímenes de abuso sexual. Es incompetente. Todo debe ser manejado completamente por la justicia nacional y el Vaticano debe dejar de encubrir y proteger con inmunidades diplomáticas a los cardenales y obispos que son mencionados en los juicios.

¿Las condenas a los cardenales Pell y Barbarin son un indicativo de que sí se puede investigar y sancionar penalmente a los máximos jerarcas católicos?

Entrevisté al cardenal Pell y trabajé mucho en el caso Barbarin. De alguna forma, sí, pienso que la justicia está cambiando alrededor del mundo y es un gran punto. Pero el papa ha escogido proteger al cardenal Barbarin, aun cuando ha sido encontrado culpable por la justicia francesa. El papa Francisco cometió un gran error en ese caso y ahora la vasta mayoría de los franceses están en su contra. Personalmente, aún me gusta el papa Francisco y lo amo por su valentía y sus políticas. Pero cometió un grandísimo error en Francia.

¿Cuál papa fue más permisivo para que la pederastia se extendiera? ¿Pablo VI, Juan Pablo II o Benedicto XVI?

Juan Pablo II, sin lugar a dudas. Aunque no sé si él estaba bien informado por su séquito, el cardenal Angelo Sodano y su asistente personal, Stanislaw Dziwisz, entre otros, acerca de los escándalos en México, Chile, Austria, Irlanda, Estados Unidos y muchos más. Creo que los cardenales Sodano y Dziwisz deberían ser investigados inmediatamente por la Iglesia. No porque piense que son culpables, no quiero juzgarlos, pero para saber lo que han hecho, lo que le dijeron (o no) al papa Juan Pablo II y lo que han sabido sobre estos casos por décadas. La Iglesia no va a ser capaz de corregir sus enormes errores si no cambia radicalmente. Creo que lo que la Iglesia debe hacer es una actualización integral.

* Traducción del francés: Isabela Cantos. Frédéric Martel presentará su libro Sodoma el viernes 26 de abril, a las 7:00 p.m. Sala FILBo E.

(El autor del libro "Cambiar la Iglesia: el papa Francisco y el futuro del Catolicismo", también explica su visión en El Espectador).

Por Nelson Fredy Padilla

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