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150 años del colombiano inmortalizado en la Luna

La Universidad Nacional prepara algunos eventos académicos para homenajear a uno de sus egresados más ilustres, Julio Garavito Armero, impulsor de la astronomía en el país.

Steven Navarrete Cardona
05 de enero de 2015 - 05:36 p. m.
150 años del colombiano inmortalizado en la Luna

 De mano en mano y de bolsillo en bolsillo, el billete de 20.000 pesos ha venido circulando entre los colombianos desde el año 1996, rindiéndole homenaje a uno de los más importantes precursores del desarrollo científico en el país, Julio Garavito Armero.

¿Pero qué le valió a Julio Garavito estar inmortalizado en un billete?, pues ni más ni menos que uno de los cráteres lunares del lado opuesto al visible desde la tierra, fue bautizado con su nombre en el año 1970.

La historia la cuenta muy bien una de las máximas autoridades en el campo de la ingeniería y la astronomía del país, Jorge Arias de Greiff en uno de sus artículos publicados en el boletín de la Sociedad Geográfica de Colombia en el año 1970, titulado ‘El Cráter Garavito’.

Según Arias de Greiff, los avances conseguidos a fines de 1959, hicieron posible establecer una nomenclatura del lado de la Luna que no es visible desde la tierra.

“Previa solicitud hecha a los diversos países miembros de la Unión Astronómica Internacional, de elaborar listas de nombres, entre los cuales hacer la escogencia, dentro de un criterio de importancia de su trabajo científico en el campo de la Astronomía y de su significación para la humanidad aún en otros campos, presentó una lista limitada a medio millar de nombres, acompañada de un mapa elaborado por la Nasa y de las biografías resumidas de los científicos elegidos. Afortunadamente las gestiones del Observatorio Astronómico Nacional y de la Academia Colombiana de Ciencias habían culminado exitosamente en la Asamblea de Praga con la admisión de Colombia entre los países miembros de la Unión Astronómica Internacional lo que abrió del hecho la posibilidad de que nombres colombianos quedaran establecidos permanentemente en la nomenclatura lunar. De la lista propuesta por Colombia fue escogido el nombre Julio Garavito Armero”, anotó Arias.

¿Quién era Julio Garavito Armero?

Las diversas reconstrucciones biográficas indican que nació el 5 de enero de 1865 en el seno de una familia reconocida de la capital del país pero que cayó en la ruina teniendo que enfrentar diversas penurias para sacar a sus integrantes adelante. Su bachillerato lo cursó en el Colegio Mayor de San Bartolomé y en la Universidad Nacional de Colombia donde se tituló de profesor de Matemáticas y posteriormente de ingeniero civil en el año 1891.

Alfredo D. Bateman, destacado intelectual en el campo de las ciencias naturales y la ingeniería, incluyo en una monografía histórica que realizó en el 1953 sobre el Observatorio Astronómico de Bogotá, un perfil intelectual de Julio Garavito donde lo muestra como un pensador imbuido de tiempo completo por inquietudes prácticas que lo movían a estar investigando y revisitando los avances matemáticos y físicos ya existentes. Ni siquiera las múltiples guerras civiles que azolaron al país durante el siglo XIX impidieron que se las ingeniara para seguir intentando resolver problemas de la ingeniería y las matemáticas.

Sus aportes a la ciencia

Julio Garavito Armero fungió como director del Observatorio Astronómico Nacional desde 1891 hasta su muerte en 1920, siendo este cargo uno de los más prestigiosos en el campo científico de la época. Bajo su dirección el observatorio se convirtió en uno de los principales centros de investigación de la Mecánica Celeste en el siglo XIX y principios del XX.

Bateman muestra como Garavito también contó con resonancia internacional como participante en congresos internacionales dónde defendió sus teorías y desarrollos matemáticos, entre ellos sobresale su trabajo defendido en Brasil. “Teoría racional de la Curvatura de las líneas planas y de reverso, sus conexiones posibles con la teoría de las convariables e invariables”.

Como lo señaló Bateman, el ingeniero y matemático participó en empresas científicas que tuvieron éxito como la ‘Oficina de Longitudes’ que estuvo al tanto de los límites territoriales del país. También realizó varios estudios para medir la temperatura de la ciudad, resaltando un estudio publicado en 1899, que explica el fenómeno de las lloviznas durante los meses de junio y julio. Otro de sus campos fue la óptica matemática y mecánica.

También produjo una amplía serie de documentos y libros que no se ciñeron exclusivamente a las ciencias naturales, sino también se ocupó de analizar la política internacional, análisis de la guerra europea, historia de las ciencias naturales, entre otros temas.

En una entrevista publicada por la revista ‘Deslinde’ en el año 2012, el Astrofísico Armando Higuera Garzón al ser indagado por los aportes de Garavito a la ciencia, respondió que; “su trabajo sobre la teoría del movimiento lunar -uno de los problemas más difíciles con el que se han encontrado los astrónomos- fue perfeccionar los desarrollos de la teoría de Hill y fueron reconocidos en el libro, hoy considerado un clásico de la mecánica celeste, Methods of Celestial Mechanics (1961) de Brouwer & Clemence”

El rector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla, quien fue consultado por El Espectador, señaló que Julio Garavito Armero jugó un papel clave en el desarrollo científico del país ya que, “realizó un trabajo matemático de muy buen nivel y muy desarrollado en su época, como lo demuestran los archivos que recientemente se han recuperado con sus cálculos”.

La Universidad Nacional rendirá un homenaje a Julio Garavito

Uno de los académicos que se ha dedicado a difundir el pensamiento de este ilustre egresado de la facultad de ingeniería es el profesor emérito de la misma facultad, Marcelo Riveros Rojas, que desde muy joven desarrollo un intenso interés por la historia de la ciencia mundial y especialmente la historia de la ingeniería en Colombia. Además ha participado en diversos grupos interdisciplinarios que se han encargado de reconstruir y difundir la historia de la ciencia en el país.

Riveros, gran conocedor de la obra de Garavito, en diálogo con El Espectador, señaló que desde el año pasado se adelantó uno de los actos para honrar a uno de los más importantes egresados de la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional, que consistió –durante un acto público el pasado 21 de noviembre- en nombrar el recién inaugurado edificio de ingeniería, 401, como edificio ‘Insignia Julio Garavito Armero’.

El profesor Riveros también propuso una nueva cátedra para la facultad que pretende examinar y difundir el pensamiento y los aportes de Julio Garavito Armero. Luego de realizar los trámites correspondientes y de estructurarla académicamente, Riveros señaló que la cátedra iniciará el 4 febrero con capacidad para 200 estudiantes, ‘catedra de Facultad Julio Armero’, y que contemplará ocho conferencistas los días miércoles de seis a ocho de la noche. “Vamos a hacer un recorrido por las múltiples facetas; el astrónomo, el ingeniero, el literato y el matemático, y su vida, además queremos culminar con un panel de los conferencistas abordando sus aportes y reconocimientos internacionales porque, como sucede con muchos importantes científicos, es más reconocido afuera que aquí dentro”, afirmó Riveros.

 

Por Steven Navarrete Cardona

 

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