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Los hispanos son los principales consumidores de cocaína en EE.UU.

Casi el 60 por ciento de las personas acusadas de consumo de cocaína en estados Unidos son hispanos. Desde 1992 fueron sentenciados más hispanos que blancos y negros combinados por delitos relacionados con la droga.

El Espectador
02 de mayo de 2008 - 09:14 a. m.

Durante mucho tiempo se asoció el consumo de cocaína con los ‘yuppies' y los blancos adinerados de los suburbios. Con gente como el corredor de la bolsa de valores interpretado por Charlie Sheen en la película Wall Street. Con el estornudo de Woody Allen en "Annie Hall".

Esa imagen, cimentada en las décadas de 1970 y 1980, sigue vigente en los Estados Unidos. Pero la realidad es muy distinta y en la actualidad los principales consumidores de la droga son los hispanos, según estadísticas de los tribunales.

Casi el 60 el por ciento de las personas acusadas de consumo de cocaína son hispanos. Desde 1992 fueron sentenciados más hispanos que blancos y negros combinados por delitos relacionados con la droga.

Las autoridades dicen que esto se debe a que los agentes federales ponen más énfasis en la búsqueda de traficantes de México y Sudamérica que en la represión de los consumidores estadounidenses.

Hasta la década del 90, en que los precios bajaron abruptamente, los consumidores eran básicamente gente pudiente y educada. Eso alimentó la percepción de que los blancos eran los principales consumidores de la droga, según expertos.

"Se publicitó mucho el consumo por parte de la población blanca; pasó a ser una cuestión de status", expresó Dorothy K. Hatsukami, psicóloga conductista de la Universidad de Minnesota, quien es una de las autoras de un estudio de 1996 en el que se cuestionan los parámetros para las sentencias por los delitos relacionados con la cocaína, que derivaban en castigos mucho más severos para los negros que para los blancos.

El estudio citaba estadísticas de 1993 según las cuales el 69% de los consumidores de cocaína y de crack eran blancos. Un 15% eran negros y un 13% hispanos. También indicaba que negros e hispanos usaban en un porcentaje mucho mayor el crack, que era más barato.

"Los reportajes periodísticos de esa época se enfocaban en el consumo de cocaína en polvo por parte de la alta sociedad; es por ello seguramente que se lo asocia (el consumo) con la población blanca", comentó Hatsukami en una entrevista. "La prensa se concentró mucho en los blancos y la cocaína en polvo en los años 80. En esa época, era casi legítimo usar cocaína en polvo". "En las fiestas la gente consumía cocaína y se pensaba que no era algo tan dañino", agregó.

El tema de la raza en relación con la cocaína volvió a cobrar actualidad recientemente, cuando la Comisión de Sentencias del sistema judicial decidió aligerar las sentencias de las personas halladas culpables de consumo de crack. Más del 80 por ciento de los condenados por ese delito eran negros, según estadísticas que abarcan de 1992 al 2006. Menos del 10 por ciento eran blancos o hispanos.

El porcentaje de hispanos que consumen cocaína, en tanto, subió continuamente, del 40 por ciento de 1992 al 58 por ciento en el 2006, según las estadísticas de los tribunales. Paralelamente, el consumo entre los blancos fue bajando, del 32 por ciento en 1992 al 14 por ciento hace dos años.

Las autoridades dicen que hay sobradas razones para concentrar sus esfuerzos en los traficantes, en su mayoría negros e hispanos, y no en los consumidores.

El año pasado, por ejemplo, 445 personas fueron halladas culpables de posesión de drogas, según cifras del Departamento de Justicia mencionadas en un estudio de la Universidad de Syracuse. Y 12.209 personas --30 veces más -- fueron condenadas por tráfico, producción y distribución en el mismo período.

A fines de la década del 70 y principios de la del 80, la venta se concentró mayormente en la costa este. Los traficantes colombianos traían la droga por mar o aire a Miami y de allí la hacían llegar a Nueva York, desde donde era distribuida a otras regiones. Un kilo (2,2 libras) se cotizaba a 50.000 dólares, de acuerdo con Michael Sanders, agente de la agencia de lucha contra las drogas, conocida por sus siglas DEA.

"Era mucho dinero. Esto era algo para gente pudiente", dijo Sanders. "Para los estadounidenses blancos. Ellos eran los que la compraban".

Cuando las autoridades comenzaron a golpear a los traficantes de Miami, la actividad se trasladó a los estados del sudoeste, donde los colombianos le pagaban a los mexicanos para que trajesen la droga por tierra a través de la frontera, indicó Sanders. Los precios bajaron drásticamente y hace poco la droga se cotizaba a 15.000 dólares el kilo en Houston y Nueva Orleáns.

Hacia el 2000, la mitad de los reos acusados de tráfico de drogas eran hispanos. Y si se toman en cuenta solamente los reos acusados de importar más de cinco kilos, el porcentaje de hispanos es mayor todavía, 61 por ciento.

"No digo que no sea bueno apresar al consumidor", expresó Sanders. "Pero nuestra misión es desmantelar y entorpecer las actividades de los principales carteles. Ese es nuestro objetivo".

Por El Espectador

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