Caminando en paz

Los habitantes de 11 municipios y 82 corregimientos y veredas del Valle, Huila y Tolima pueden movilizarse con mayor seguridad por sus territorios, gracias al programa ‘Energía para la Paz’, del Grupo Energía Bogotá. El plan, que busca llevar progreso a las comunidades afectadas por el conflicto, comenzó en Planadas, donde nacieron las Farc.

Redacción Especiales
29 de junio de 2018 - 06:00 p. m.
La presidente del GEB, Astrid Álvarez, durante el evento de lanzamiento del programa ‘Energía para la Paz’, en compañía de los integrantes del Equipo de Explosivos y Demoliciones (EXDE), del Ejército Nacional.  / Fotos: Cortesía
La presidente del GEB, Astrid Álvarez, durante el evento de lanzamiento del programa ‘Energía para la Paz’, en compañía de los integrantes del Equipo de Explosivos y Demoliciones (EXDE), del Ejército Nacional. / Fotos: Cortesía

En una vereda de Planadas, un bello municipio del sur del Tolima, nacieron las Farc, hace 54 años. Fue en Marquetalia donde se produjo el primer enfrentamiento entre esa guerrilla y el Ejército Nacional, hecho que desembocó en un conflicto armado que se prolongó por varias décadas en el país.

Pero Planadas ya pasó esa página y ahora, al igual que otros 10 municipios, 82 corregimientos y veredas y cinco comunidades étnicas de los departamentos de Tolima, Huila y Valle del Cauca, está viviendo una nueva realidad. Esta población, ubicada a más de siete horas de Bogotá, se dedica a las actividades agrícolas y le está apostando a la producción de cafés especiales. Es uno de los principales productores del grano en el país, logrando reconocimiento internacional.

Y ahora también respira tranquilidad. Sus habitantes pueden caminar más tranquilos por estos territorios, los niños pueden desplazarse a las escuelas y colegios sin temor a que en el camino les explote una de las tantas minas antipersona que colocó las Farc.

Esto es posible gracias al programa ‘Energía para la Paz’, que puso en marcha el Grupo Energía Bogotá (GEB) con apoyo del Ejército Nacional y de organizaciones no gubernamentales, de los gobiernos locales, entre otros, que busca llevar progreso, bienestar y seguridad a las regiones que se vieron azotadas por el conflicto en las últimas décadas.

Así lo reconoció la presidente del GEB, Astrid Álvarez, durante el evento de lanzamiento del programa, en el que hizo énfasis en que la labor de la compañía no solo es llevar progreso a las regiones a través de los proyectos de energía eléctrica y gas natural en los países donde está el grupo (Colombia, Brasil, Perú y Guatemala), sino, también con iniciativas de valor compartido. “Queremos que ‘Energía para la Paz’ se convierta en un ejemplo de cómo desde el sector privado se puede generar un relacionamiento genuino con las comunidades”.

Durante el evento, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, destacó el trabajo del GEB por su compromiso con el país y con las regiones.

Un país sin minas

‘Energía para la Paz’ comprende acciones para impulsar empleos dignos con habitantes de estas regiones, promover proyectos productivos con las comunidades y el trabajo asociativo con aliados estratégicos, trabajar por la construcción de paz y proteger el medio ambiente, entre otros. Frente a este último tema, una de las iniciativas es ‘Bosques de Paz’, que busca consolidar empresas comunitarias que presten servicios ambientales para la restauración y conservación de los bosques.

Entre los municipios beneficiados con ‘Energía para la Paz’ se encuentran Tesalia, Íquira, Teruel, Palermo y Santa María, en el departamento del Huila; Planadas y Río Blanco, en Tolima; y Pradera, Florida, Candelaria y la vereda Morgan de Santiago de Cali, en el Valle del Cauca. Por varias de estas poblaciones pasa uno de los proyectos del GEB, Tesalia- Alférez, que comprende 200 kilómetros de líneas de transmisión de energía eléctrica, que mejorarán la prestación del servicio a los habitantes del centro occidente del país.

Uno de los componentes más importantes es el plan de Desminado Operacional y Humanitario. El primero cuenta con el apoyo del Ejército Nacional y, especialmente, de los integrantes del Equipo de Explosivos y Demoliciones (EXDE), que integran la compañía Bélgica del Batallón de Operaciones Terrestres Número 18, con sede en Planadas (Tolima). Estos soldados han desactivado muchas minas antipersona y han capacitado a 1.503 personas en riesgo de minas.

El Desminado Humanitario comprende una zona de 11.279 hectáreas. El GEB trabaja de la mano de la ONG The Halo Trust, que realiza el estudio no técnico, casa a casa, para obtener información en torno a dónde pueden estar localizados los artefactos explosivos.

Hoy 21 veredas están libres de minas, con lo cual más de 2.000 personas disfrutan de tierras descontaminadas. Esto significa, permitirles a los habitantes de veredas y municipios transitar por los senderos, a los campesinos que puedan ir tranquilamente a cultivar sus parcelas y que los niños puedan ir a estudiar a las escuelas y colegios. Es decir, que puedan caminar en paz.

Y es que Colombia ha vivido una gran tragedia por culpa de las minas antipersona. Según cifras de la Dirección para la Acción Integral Contra las Minas Antipersonal (Descontamina Colombia), se han registrado 11.567 víctimas por minas antipersona y munición sin explosionar, de las cuales el 20 % han fallecido. Se espera que al 2021 el país esté libre por completo de estos artefactos explosivos.

Yamid Garzón, un campesino de Planadas, quien fue víctima de una mina antipersona, hace cuatro años, cuando caminaba por su finquita, espera que este anhelo se vuelva una realidad y que él y su familia, sus vecinos y sus amigos puedan recorrer tranquilos estos bellos paisajes del sur del Tolima.

Por Redacción Especiales

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