¿Con el tiempo la belleza importa menos en el amor?

Investigadores de la Universidad de Texas adelantaron un experimento que podría sustentar que las parejas disparejas físicamente probablemente fueron amigos primero.

Redacción Actualidad
01 de julio de 2015 - 03:33 a. m.
Foto: 123rf
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A más de uno le han surgido preguntas –o al menos se ha sorprendido- al ver caminando por la calle a una pareja conformada por una persona atractiva físicamente y otra no tanto. Esas relaciones que rompen el postulado según el cual alguien atractivo busca a un semejante para reproducirse pueden encontrar su explicación en algo tan humano como la amistad.

De acuerdo con un reciente experimento, liderado por Lucy Hunt de la Universidad de Texas, y cuyos resultados están a punto de publicarse en la revista Psychological Science, la explicación detrás de una pareja físicamente dispareja yace en si antes de la relación romántica se construyó un vínculo de amigos.

En la prueba participaron 167 parejas, a quienes Hunt les preguntó a cada uno por aparte cómo se habían conocido con el otro. El 40% respondió que fueron amigos antes de ser novios, mientras que 41% no lo fueron. El restante correspondió a parejas que no estuvieron de acuerdo en sus respuestas.

De otro lado, había que medir el nivel de “atracción” que generaban los participantes, definir qué tan apuestos son vistos en sociedad. Para ello, Hunt proyectó videos de los involucrados a un grupo de estudiantes que no fueron informados del objetivo del experimento. Se les preguntó qué tan atractivos encontraban a esas personas en una escala de 1 a 7. Los puntajes arrojados para cada persona en general coincidieron, lo que permitió hacer una correlación entre las parejas.

La correlación para las parejas que se involucraron en una relación amorosa al poco tiempo de conocerse fue de 0,46 (con un máximo posible de 1). Es decir, una persona catalogada como muy atractiva tenía una gran probabilidad de que su pareja fuera catalogada también como bien parecida. Pero, en el caso de los enamorados que tuvieron primero una amistad, la correlación fue sólo de 0,18. Eso significa que el nivel de belleza no correspondía como en el otro caso.

La explicación que Hunt da a los resultados es que más tiempo invertido en una amistad mutuamente genera la oportunidad de descubrir atributos más sutiles, que no saltan a la vista, como la inteligencia. La teoría de la evolución que privilegia los atributos físicos podría también estar a favor de estos hallazgos, pues en la tarea de criar hijos es importante tener una pareja cuidadosa y estratégica, algo que no es evidente para un primer vistazo.

 

Lea la historia en The Economist.

Por Redacción Actualidad

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