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Continúa avance de superparásito de malaria

Si la cepa del 'Plasmodium falciparum', resistente a la artemisina, llega al continente africano, se prevén millones de muertes.

Redacción Vivir
06 de abril de 2012 - 08:00 p. m.

¿Qué va pasar cuando las cepas de Plasmodium falciparum que han aprendido a burlar la artemisina, el mejor fármaco para combatir la malaria, lleguen a África o a otros países donde es endémica la enfermedad? “Una vez se expanda por el África subsahariana, donde se dan la mayoría de muertes actualmente, tendremos un desastre de salud pública con millones de muertes más”, aseguró Standwell Nkhoma del Texas Biomedical Research Institute, coautor de un estudio en el que se demuestra lo lejos que ha llegado el parásito y la amenaza que implica para la humanidad.

En 2009, un grupo de investigadores detectó en Camboya las primeras cepas de P. falciparum resistentes a la artemisina. Ahora, como lo señala un trabajo publicado en la revista médica The Lancet, esas mismas cepas han sido detectadas a 800 kilómetros del sitio inicial, en la frontera de Tailandia, lo que demuestra lo rápido que el parásito se está desplazando.

En palabras de François Nosten, otro de los autores de la investigación, “no tenemos nada en la línea de desarrollos para reemplazar la artemisina. Podríamos echar atrás unos 15 años, a una época en que era muy difícil tratar la enfermedad”.

En los años 70 ocurrió algo similar a lo que ahora afronta el mundo. Entonces, la principal arma terapéutica contra el parásito que causa la malaria era la cloroquina. Pero una vez el Plasmodium se hizo resistente, sobrevino un incremento en el número de muertes a nivel mundial. Sólo hasta que se descubrió que una planta de origen asiático, la Artemisia annua, contenía un compuesto que actuaba sobre el parásito, regresó la tranquilidad para médicos y pacientes. Aunque por un tiempo.

Los investigadores no están seguros de si el parásito se ha desplazado palmo a palmo por el sureste asiático o su reaparición en Tailandia obedece a otra forma de propagación. En cualquier caso, no deja de constituir una amenaza para el continente africano, donde los pobres sistemas de salud, sumados a los problemas nutricionales de la población, multiplican el riesgo de muerte por la enfermedad.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en 2011 la malaria cobró la vida de 655.000 personas. En otras palabras, una muerte cada minuto. La mayoría de ellas niños y mujeres embarazadas.

Por Redacción Vivir

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