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La dignidad de los olvidados

JUAN PABLO GUTIÉRREZ recorre el planeta rescatando con su lente pueblos y niños amenazados por el mundo moderno.

Ricardo Abdahllah
17 de diciembre de 2012 - 10:38 p. m.
/ Archivo particular
/ Archivo particular

Juan Pablo Gutiérrez no fuma. Si lo hiciera tal vez el 17 de junio de 2009 habría llevado cigarrillos y no lo hubieran agredido llegando al estudio donde vivía. Entonces no habría ido a la comisaria, del Distrito 18 de París, donde un policía terminó por golpearlo en la cabeza. Por un lado, Juan Pablo perdió casi toda su capacidad auditiva. Por el otro, no.

Amnistía Internacional decidió tomar su caso como uno de los más representativos de los abusos de autoridad de la policía francesa. Juan Pablo tenía 27 años la noche del golpe. Trabajaba como asistente en la agencia Magnum y pagaba sus estudios universitarios laborando seis noches por semana como mesero en La Peña, un bar latino en Saint Germain des Près.

Un proyecto personal terminaría por convencerlo de concentrarse en la fotografía: durante un año Juan Pablo visitó los asentamientos de gitanos alrededor de París y sus fotos le valieron su primera exposición individual, en una sala de la galería la Vache Bleue, que decoró como un tugurio, y en 2008 el premio estudiantil al reportaje del año de la revista Paris Match. Gutiérrez dice que en ese entonces ya tenía más o menos claro un principio: a la hora de retratar quería representar la dignidad de las personas, por encima de sus dramas particulares.

Con la idea de hacer una fotografía “más humanista que humanitaria” viajó a la India, en donde fotografió decenas de niños de los tugurios. Fue con esos retratos de infantes, siempre sonrientes, de pie frente a un telón negro improvisado, que Gutiérrez se presentó al comité parisino de la Unicef. “Quiero ayudar”, les dijo.

En 2011 la seccional canadiense de Amnistía Internacional decidió que la prioridad del siguiente año de su agenda sería la defensa de los pueblos indígenas de Colombia. Cuando la decisión de Amnistía Canadá llegó a la oficina central de Londres, los delegados pensaron en el fotógrafo colombiano. Encargado por Amnistía Internacional y con el respaldo de la ONIC, Gutiérrez regresó a Colombia para documentar los últimos miembros de 34 grupos indígenas reconocidos en el país. Con ellos ha estado en el Vaupés, el Cauca, La Guajira, la Costa Atlántica y el Putumayo. Sus fotografías, la base de la campaña de Amnistía, circulan en seis exposiciones itinerantes por Canadá y fueron expuestas en el Parlamento y el Museo de la Civilización. Durante 2013, estas fotos serán expuestas en el Parque de la 93 y el Museo Arqueológico de Bogotá.

Bajo el título de ‘This is What We Want To Tell You’ (Lo que queremos decirles), una segunda campaña fue lanzada por la misma ONG en 2012. En ella Juan Pablo retrata miembros de comunidades indígenas a quienes les da una hoja de papel para que escriban lo que quieren decir al mundo. Hace unas semanas, la Unicef lo nombró una de sus personalidades amigas, una exclusiva lista en la que se incluye a periodistas, artistas y políticos que han apoyado a la organización.

Por Ricardo Abdahllah

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