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El verdadero sentido de la educación digital

Muchos de los aspectos de la vida cotidiana se han podido resolver y reimaginar gracias a las tecnologías de la información y de la comunicación en sus avances como la inteligencia artificial, la tecnología blockchain y la analítica de datos.

Padre Hárold Castilla Devoz, rector general Uniminuto
19 de julio de 2020 - 02:00 p. m.
Estudiar de forma digital.
Estudiar de forma digital.
Foto: Getty Images

Antes de la crisis del COVID-19, en el contexto de los retos de la educación superior escuchábamos en escenarios académicos y en el mundo empresarial reflexiones en torno al impacto que las instituciones de educación superior (IES) están dejando en el mercado del trabajo. Se señalaba que lo que aprenden hoy los estudiantes no es lo que se necesita para poderse desarrollar en el mundo, ya que los empleos mejor pagados serán aquellos que, además de exigir un dominio de conocimiento especializado, requieren competencias en comunicación, pensamiento crítico, solución de problemas y trabajo en equipo. El desafío se revela en que para que los estudiantes formados en IES tengan éxito deben estar formados para un contexto más interconectado, multiculturizado, tecnificado y globalizado.

Este es el mundo que nos ha dejado en evidencia la crisis sanitaria, con una automatización mayor que se integra a todos los sectores, bienes o servicios que la humanidad demanda. Según estudios recientes de la OCDE, se estima que un 14 % de los empleos están bajo el reto de la automatización, mientras que otro 32 % tienen probabilidades de cambios significativos. Las tecnologías digitales han tomado de manera acelerada, en razón a las circunstancias, todos los modelos de negocios, incluida la educación, y todas las prácticas laborales han sido permeadas por las mismas, favoreciendo que el impacto económico no sea más profundo de lo que hasta este momento está siendo. Hoy, más que ayer, nos volvimos digitales. No basta ser “nativo digital” en palabras de Marc Prensky, porque hoy todos tenemos la necesidad de incorporar conocimientos y habilidades de la digitalidad. Pero también es real que no todas las sociedades, personas y sectores empresariales cuentan con estas habilidades o los medios para usar las herramientas digitales. En Colombia solo el 53 % de los hogares cuentan con servicio de internet (cfr. Encuesta de Calidad de Vida, DANE, 2018) y el 42 % tienen computador, presentándose una brecha significativa entre el sector urbano y el rural. El desafío es igual para todos, gobiernos, actores económicos e IES para no permitir que ninguno se quede atrás.

Muchos de los aspectos de la vida cotidiana se han podido resolver y reimaginar gracias a las tecnologías de la información y de la comunicación en sus avances como la inteligencia artificial, la tecnología blockchain y la analítica de datos. No siendo ajena a este fenómeno, la educación superior se ha visto asegurada gracias a la virtualidad, con programas de soporte dedicados al impulso del aprendizaje y la formación continua de las competencias digitales de los profesores.

Como IES tenemos una oportunidad para desarrollar apuestas formativas orientadas hacia la habilitación e inclusión digital de los estudiantes y docentes, hacia el fortalecimiento de la resiliencia de la economía nacional y se ponga en el centro, como premisa, la calidad de vida. Esta inclusión digital solo será posible en la medida en que se integren curricularmente las TIC y se planifique el desarrollo del aprendizaje. No basta con incorporar las nuevas tecnologías, sino que la didáctica sea una herramienta fundamental, para poder hablar de metodologías de formación activa que den cuenta de una apropiación de la misma tecnología y no de una realidad simplemente agregada.

Los experimentos digitales que se han implementado en muchas de las IES, a propósito del COVID-19, aunque han ayudado a dar continuidad al aprendizaje, no son suficientes ni podrán ser permanentes. En este sentido, algunos expertos han expresado que tomar un curso existente y dar una conferencia apoyados en alguna plataforma no es el tipo de educación digital que se espera. La verdadera educación digital vendrá por la integración curricular de las herramientas tecnológicas más allá del aprestamiento de la dinámica digital y su uso. Formar en competencias y habilidades digitales para el mundo del trabajo, y para la vida, requiere formar en aproximación, utilización e incorporación curricular de las TIC.

*Rector Uniminuto.

Por Padre Hárold Castilla Devoz, rector general Uniminuto

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