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Futuros maestros los peores en pruebas Saber Pro

Estudiantes del área de educación obtuvieron las notas más bajas en las competencias básicas. Las universidades tuvieron mejores resultados que las instituciones técnicas y tecnológicas.

Redacción Vivir
15 de marzo de 2012 - 10:27 p. m.

Cada año, a través de las pruebas Saber Pro (antes Ecaes), las instituciones de educación superior tienen la oportunidad de mirar en qué nivel se encuentran. En esta ocasión, la conclusión general de las pruebas, realizadas en noviembre del año pasado, es que los estudiantes de los programas de educación, donde nacen los profesores que laborarán luego en la educación básica y media, tienen varias deficiencias. También, entre otras cosas, que las universidades acreditadas con programas de calidad produjeron mejores resultados que las instituciones técnicas y tecnológicas.

De acuerdo con la ministra de Educación María Fernanda Campo y la directora del Icfes Margarita Peña, los estudiantes que se preparan para maestros puntuaron por debajo de la media nacional en áreas como inglés, escritura, lectura crítica y razonamiento cuantitativo. La ministra Campo recordó además que en la última evaluación de escalafón docente tan sólo el 18% de los que se presentaron lograron un nivel satisfactorio.

Patricia Martínez, rectora de la Universidad Tecnológica de Bolívar, presente en el evento que tuvo lugar en Santa Marta comentó además que “las profesiones orientadas al servicio, como educación, trabajo social, terapias, fisioterapia, psicología, e incluso en el área administrativa, aparecen con los resultados más bajos de todos”.

La rectora asegura que cerca del 60% de los estudiantes en el país estuvieron por debajo de la media nacional en escritura y lectura. Eso quiere decir, en pocas palabras, que los estudiantes no alcanzan los logros básicos en esas materias.

El Ministerio de Educación afirmó que el 40% de los estudiantes tuvo niveles “aceptables” de escritura. Otro 23% “no pudo elaborar un escrito organizado y comprensible” y un 37% estuvo en un término medio, pese a que presentaba deficiencias en argumentación.

Las humanidades, la comunicación, el periodismo y la publicidad salieron bien librados en las pruebas. Así mismo, los estudiantes de medicina y ciencias naturales y exactas tuvieron altas notas en la prueba de lectura crítica.

En esta última prueba, de nuevo, los estudiantes de los programas de educación estuvieron en los últimos lugares. “Es bastante preocupante —dice Martínez— que las profesiones que soportan el entramado social, como en el caso de educadores, tengan resultados tan bajos”.

Alfonso Londoño, rector de la Universidad del Quindío, coincide con Martínez. “Esos procesos de formación requieren mayor trabajo. Lo que se plantea es que aquellas facultades que tienen licenciaturas empiecen a hacer un acompañamiento a las universidades y refuercen su formación pedagógica”.

Otro de los resultados más dicientes fue el de la prueba de inglés. Pese a que el 22% de los estudiantes obtuvo un nivel B1 en esa lengua —que, de acuerdo con el estándar europeo, permite comunicarse de modo fluida—, 49% presentó niveles A1 y A2, insuficientes para el manejo adecuado de un idioma. Los licenciados, en este caso, fueron mayoría: el 85% de ellos obtuvo resultados favorables en la prueba.

“Las universidades —afirma Londoño— tienen programas de alta calidad y vienen generando resultados mucho más positivos, por eso las certificaciones van produciendo mayor dinámica en las pruebas”.

Sin embargo, Martínez asegura que hace falta observar otros aspectos para tomar decisiones concretas: “Es una primera mirada, hay que mirar otros factores, correlacionar variables, estrato socioeconómico, género, contexto de pobreza, sector rural, urbano, y mirar una caracterización más fina”.

Por Redacción Vivir

 

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