¿Hay que abandonar el planeta si queremos sobrevivir?

Retadoras, controversiales y por momentos polémicas resultaron las propuestas y disertaciones de once premios Nobel y personajes del mundo de los medios de comunicación y el arte en torno al futuro de la humanidad y el papel que cumple la ciencia en el propósito de tener un mejor planeta.

Daniel Manrique Castaño Trondheim (Noruega)/ Especial para el Espectador
06 de julio de 2017 - 07:45 p. m.
Neil deGrasse Tyson en el StarmusIV  /Credito Amund_Nedland.
Neil deGrasse Tyson en el StarmusIV /Credito Amund_Nedland.

Todo ocurrió del 17 al 22 de junio en Trondheim, Noruega, durante la cuarta versión del Festival Starmus. Este es un espacio creado en 2011 que reúne importantes personalidades de la ciencia con el fin de informar al público en general sobre los más recientes avances científicos y hacerlo partícipe de debates que ocupan la agenda mundial como el cambio climático y la exploración espacial.

Carlos Moedas, comisionado encargado de investigación, ciencia e innovación de la Unión Europea, afirmó que “nosotros, los políticos, necesitamos la ciencia hoy más que nunca para tomar mejores decisiones que favorezcan no solo a la población en general, sino que permitan reversar el daño que desde tantos frentes le hacemos al planeta”.

Durante el festival se galardonó con la medalla Stephen Hawking por comunicación de la ciencia al astrofísico Neil deGrasse Tyson, el músico Jean-Michel Jarre, y la serie de televisión The Big Bang Theory.  El evento contó con la participación de personalidades en diferentes campos del conocimiento como los cosmólogos Stephen Hawking, Brien Greene y Neil deGrasse Tyson; el legendario presentador Larry King; el reconocido director de cine, Oliver Stone; astronautas de las misiones Apolo como Buzz Aldrin y Harrison Schmitt; y once premios Nobel en diferentes áreas como Edvard Moser (Medicina), Robert Wilson (Física), Finn Kydland (Economía) y Stefan Hell (Química), entre otros.

Papel de la ciencia en el siglo XXI

“En la sociedad actual, es importante explicarle a la gente como funciona la ciencia”, afirmó Edvard Moser, premio Nobel de Medicina. Al respecto, Carlos Moedas comentó que “es misión de los científicos explicar el proceso de la ciencia y conectar al público en general con ello. Hoy conectamos a la gente por Facebook u otras redes sociales, pero siento que en el campo de la ciencia hay un gran vacío.”

Agregó que “es incomprensible que en un país como Francia el 40% de las personas no confíe en las vacunas, pero cuando se les pregunta sobre ellas, no saben qué son o cómo funcionan. Es una tarea ardua que los científicos deben abordar”.

May-Britt Moser, Nobel de Medicina, comentó que “estoy convencida de que el público quiere saber, y espacios como Starmus lo demuestran. Por eso, es importante que la ciencia se convierta en una estrella en el camino, y es nuestro deber hacer una buena ciencia, una ciencia en la que la gente crea”.

Por su parte, Chris Pissarides, premio Nobel de Economía, indicó que “desde la economía siempre se han observado los patrones de crecimiento económico en los países. Creo que en el siglo XXI hay que dar un vuelco fundamental a tal idea, y considerar naciones prósperas no a aquellas que crecen económicamente, sino aquellas que generan más igualdad, que reparten de una forma más equitativa entre sus pobladores las riquezas que alcanzan como nación”.

A su turno, Torsten Wiesel, premio Nobel de Medicina afirmó que “no hay que fiarse solo del papel de la ciencia, sino del papel que cumplimos los científicos en la sociedad. Debemos hacer que se nos escuche y abrirnos más espacio en las decisiones políticas”.

Precisamente, el comisionado Moedas hizo énfasis en la importancia de que las diferentes naciones establezcan misiones basadas en la ciencia (misión-driven science), para que las decisiones políticas y económicas se basen cada vez más en evidencia científica.

La exploración espacial

“Es hermoso ver a la Tierra desde el espacio”, comentó Charlie Duke, uno de los dos astronautas del Apolo 16 que caminaron en la Luna. El Apolo 17 que despegó desde Cabo Cañaveral el 7 de diciembre de 1972 fue la última misión que puso hombres en la Luna, antes de que el gobierno estadounidense suspendiera indefinidamente el programa por motivos políticos y económicos. La tarea estaba hecha, habían puesto un hombre en la Luna antes que lo soviéticos.

Sin embargo, desde el año 2000, el planeta cuenta con un observatorio permanente en el espacio: La Estación Espacial Internacional. Este es un logro producto del trabajo de 16 países, que a partir de contribuciones en el área de las ciencias y la ingeniería lograron ensamblar un complejo de aproximadamente 110 m × 100 m × 30 metros que da una vuelta al planeta cada hora y media y órbita a 400 kilómetros sobre nuestras cabezas.

“La Estación Espacial es la obra de ciencia e ingeniería más grande de la humanidad, y es solo el comienzo de nuestra aventura de exploración espacial”, comentó Sandra Magnus, directora ejecutiva del Instituto de Aeronáutica y Astronáutica de Estados Unidos (AIAA), quien vivió cuatro meses en la estación. “Ustedes no se imaginan lo que es entrar en la Tierra nuevamente. Ustedes no lo saben, pero viven en un contenedor con una fuerza increíble. Puedo decirles que después de cuatro meses en el espacio, viví en carne propia lo que es sentir la gravedad, y es horrible” bromeó.

En los últimos años, la NASA y la ESA realizaron un documental llamado 'A Beautiful Planet' (un hermoso planeta), que muestra las imágenes y reflexiones que tiene un astronauta de la estación espacial internacional cuando contempla la Tierra. “Yo hice parte del equipo de producción de 'A Beautiful Planet' como astronauta de la estación espacial internacional”, comentó Terry Virts, astronauta de la NASA. Agregó que “desde el espacio, a excepción de los límites entre Corea del Sur y Corea del Norte, no hay fronteras. Se puede ver que somos un solo planeta, una sola civilización. Desde el espacio no existen fronteras nacionales, ni fronteras religiosas o culturales. Puede que ustedes no lo vean, pero somos un grupo de personas que vivimos en una esfera que flota en medio de la nada… Ser astronauta dio un vuelco definitivo a mi entendimiento de la vida, del planeta, de nosotros como civilización”.

En los últimos meses, la NASA reveló sus intenciones de poner un hombre sobre la superficie de Marte, nuestro vecino en el Sistema Solar. Al respecto, Magnus afirmó: “vamos al espacio como una forma de evolución. Creo que ir a Marte es el siguiente paso lógico en esta cadena.  Aunque siempre se tiene que convencer a los políticos para que financien este tipo de proyectos. Para mí la razón es mucho más simple: Al ser humano no se le puede suprimir el deseo de explorar”.

Buzz Aldrin, astronauta del Apolo 11 y segundo hombre en pisar la Luna afirmó que “estoy seguro de que iremos a Marte. Probablemente yo no esté allí para verlo, pero me alegrará saber que mis nietos verán el primer hombre caminando sobre la superficie marciana”.

Crisis planetaria y futuro de la humanidad

La crisis planetaria y el futuro de la humanidad fue un tema planteado en primera instancia por el afamado cosmólogo y divulgador de la ciencia Stephen Hawking. “La Tierra nos queda pequeña, hemos causado un daño ambiental de una gran magnitud y seguimos lanzando dióxido de carbono a la atmósfera(…) El planeta está amenazado desde tantos frentes que es imposible no ser pesimista. Estoy convencido de que tenemos que abandonar el planeta si queremos sobrevivir… No sé en cuanto tiempo será esto, pero la colonización humana de otros mundos ya no es más ciencia ficción”, señaló.

Por su parte, Neil deGrasse Tyson, astrofísico y presentador de la nueva versión de la serie 'Cosmos', replicó señalando que “abandonar el planeta no es la primera opción. Si tenemos la tecnología y los recursos para establecernos como civilización en otros mundos, de igual forma los tenemos para cambiar el destino de nuestro planeta en este momento. Todo es cuestión de voluntad económica y política. Podemos ser conocidos como la generación que cambió el terrorífico destino que le espera a la humanidad”. Por supuesto, el público aplaudió desenfrenado.

Del mismo modo, el astrónomo inglés Martin Rees manifestó que “no estoy de acuerdo con mi colega Stephen Hawking. Creo que no tenemos un plan B, el plan A es la Tierra y es lo único que tenemos. Si tenemos los medios para terraformar Marte, los tenemos también para reversar el daño que le hemos causado a nuestro planeta”.

Desde hace algunos meses han sido objeto de constante atención y debate los cambios en política ambiental del gobierno estadounidense con la administración Trump y sus afirmaciones sobre el cambio climático. Starmus no dejó pasar la ocasión, y la conferencia del economista y profesor de la Universidad de Columbia,Jeffrey Sachs titulada "Cómo sobrevivir a Trump y el cambio climático", que fue una de las más reveladoras.

“Trump y sus asesores no son estúpidos, aunque nosotros lo creamos. La salida del acuerdo de París y el debilitamiento de las políticas de conservación del medio ambiente no son producto de un presidente estúpido. Son producto de un sistema democrático corrupto en el que hay dinero oscuro por debajo. Trump y sus amigos saben que el cambio climático está ocurriendo, pero nos quieren mantener ocupados en discusiones sin propósito mientras las empresas de hidrocarburos siguen haciendo negocios y enriqueciéndose… El cambio climático no se trata de ciencia, se trata de dinero, y los que lo tienen gastaran el que sea necesario para seguir con el control y montar títeres como Trump en altos cargos del estado”, indicó Sachs.

Al respecto, la científica atmosférica, Katharine Hayhoe afirmó que “desde los años treinta tenemos datos científicos sobre el calentamiento global. Sin embargo, el problema no es falta de datos que lo soporten. Sorprendentemente, la aceptación o no del cambio climático está relacionada con la filiación política, y cuando la política está de por medio, la ciencia no tiene mucho que hacer”

Puntualizó que “es sorprendente constatar como en Estados Unidos las personas que saben del cambio climático no creen que éste les afecte a ellos directamente. Por eso no les importa si ocurre o no… El cambio climático no es un problema de la ciencia, es un problema de la conexión con nuestros valores, sentimientos y miedos”.

Por otra parte, deGrasse Tyson comentó que “si queremos sobrevivir como especie tenemos que educar, tenemos que cambiar nuestras mentes. La educación es la respuesta a todo(...) Es inquietante saber que existen leyes internacionales que prohíben llevar armas al espacio. Es como decir allí abajo pueden matarse, pero en el espacio no. Es algo más allá de la lógica”.

Respecto a las armas, el profesor Sachs indicó que “si Trump quiere generar empleos, lo que debe hacer es crear más centros de tecnología e investigación científica que empleen a la gente, no firmando contratos multimillonarios con Arabia Saudita para emplear a la gente construyendo armas”.

Agregó que “no necesitamos de más armas, no necesitamos de los hidrocarburos. Si el hombre fue a la Luna ocho años después de que el presidente Kennedy lo propusiera, en ocho años podemos tener el planeta libre de hidrocarburos. Ya tenemos las tecnologías que los reemplazan como forma de energía”.

Al final queda claro que el futuro de la civilización humana es incierto. Es difícil entender cómo aquí en la Tierra vemos a naciones destruyéndose, mientras que en el espacio las vemos trabajando juntas en la Estación Espacial Internacional. El viaje tripulado a Marte será un hecho en los próximos años, y definirá en gran manera el futuro de la civilización ¿tendremos que colonizar otros planetas porque la Tierra nos quedará pequeña? Lo cierto es que el primer hombre que caminará sobre Marte es actualmente un niño que no sabe todas las esperanzas que la humanidad tendrá puestas en él.

Por Daniel Manrique Castaño Trondheim (Noruega)/ Especial para el Espectador

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