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Huesos a base de cáscara de coco

Un grupo de investigadores de la U. Manuela Beltrán está a un paso de concluir este proyecto. Sólo les faltan las pruebas con humanos.

Redacción Vivir
13 de febrero de 2012 - 10:00 p. m.

Durante tres años un grupo de cuatro investigadores de la Universidad Manuela Beltrán, en Bucaramanga, se ha concentrado en la fabricación de una prótesis para el húmero humano con cáscara de coco. Una creación que haría diez veces más económico un procedimiento en el que sea necesario el uso de una prótesis como ésta.

Ya han sido superadas tres fases en este camino: la primera, que consistía en garantizar el cumplimiento de sus propiedades mecánicas; la segunda, que comprendía una serie de pruebas de biocompatibilidad in vitro (simulaciones de acuerdo con el funcionamiento del organismo, como los fluidos corporales); y la tercera, que se trataba de pruebas de biocompatibilidad in vivo (con animales, en este caso conejos).

Viene una cuarta fase que, al parecer, será liderada por una universidad española: las pruebas en humanos. Wálter Pardavé, ingeniero biomédico e investigador de este proyecto, es cauteloso con esta información. Sólo dice que su trabajo ha despertado el interés de varios investigadores extranjeros y que están esperando que “esos contactos nos conduzcan al siguiente paso”. No revela nombres. Se espera que a finales de este año empiecen esas pruebas en humanos.

Pardavé trabaja en proyectos de investigación en el área de biomateriales. Especialmente en un proyecto que tiene como objetivo obtener prototipos de huesos humanos a partir de materiales de origen natural. Han trabajado en la elaboración de una cabeza de fémur a través de cáscara de huevo y conchas de mar; también están haciendo pruebas con hueso de bovino calcinado y tagua.

Hasta ahora las cáscaras de coco han dado los mejores resultados, porque tienen cualidades similares al calcio, porque permiten lograr una morfología muy similar a la del hueso (incluyendo la porosidad) y porque no requieren un material adicional para lograr el resultado final, explica Pardavé. Aclara que aunque su primer prototipo es el de un fémur, este material también podría ser utilizado para fabricar otros tipos, o incluso para sustituir sólo una parte o para procesos de regeneración.

Lo que realmente se utiliza para este proceso es la cáscara de coco pulverizada: un material resistente que actualmente es utilizado en la industria automotriz y de la construcción.

Esta creación es una buena noticia para los pacientes con osteoporosis, o para quienes presentan fracturas severas. “Nuestra motivación, además de responder a las necesidades de la población, es ampliar el acceso a intervenciones que hoy son muy costosas, como el reemplazo del hueso, que cuesta entre cinco mil y diez mil dólares”, afirma Pardavé.

¿Qué referentes de este tipo de proyectos hay en el mundo? El líder de la investigación —de la que hacen parte médicos, biólogos, ingenieros de materiales y diseñadores— asegura que en su rastreo hallaron una empresa inglesa que investiga el uso de algunos tipos de madera para la fabricación de huesos. Sólo ese. Pardavé es peruano y vive desde hace 20 años en Colombia.

Por Redacción Vivir

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