Izzy Lush, la nueva cara del porno colombiano en EE.UU.

Esta caleña de 25 años se ha convertido en la nueva figura colombiana del cine para adultos en ese país. En entrevista con El Espectador habla sobre sus inicios y responde a quienes afirman que la pornografía es una industria que atenta contra las mujeres.

Jesús Mesa / @JesusMesa
28 de diciembre de 2019 - 06:18 p. m.
Izzy Lush nació en Cali y lleva dos años viviendo en Estados Unidos. / Cortesía
Izzy Lush nació en Cali y lleva dos años viviendo en Estados Unidos. / Cortesía

El nombre de Izzy Lush no es muy conocido en Colombia, pero en Estados Unidos es uno de los más populares del cine porno en la actualidad. Con 25 años, esta caleña se ha abierto paso en una de las industrias del cine para adultos más competitivas del mundo y se ha convertido en el nuevo rostro del porno colombiano.

Izzy Lush se define a sí misma como una actriz lejos del cliché  en la pornografía. Se considera no tradicional y dice que trabaja en la industria por vocación.

La pornografía es un negocio en el que no es fácil abrirse pasó. Mucho menos en la estadounidense, una industria que mueve millones de dólares al año. Pero esta caleña consiguió hacerse un nombre en poco tiempo y es hoy la colombiana en actividad más popular del momento, con varias escenas filmadas en dos años.

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Pero el porno no fue siempre una aspiración. De hecho, durante su adolescencia le era bastante indiferente. En Cali, tuvo una vida relativamente normal. Se graduó del colegio e ingresó a estudiar Ciencia Política, donde estuvo por dos semestres. Fue allí donde se dio cuenta que eso le aburría. 

“No me gustó (la carrera) pues siempre quise ser actriz. Le dije a mi familia lo que quería y no me apoyaron en un principio, pero la decisión estaba tomada y me fui para Barcelona a estudiar actuación”, cuenta. 

Un viaje a Barcelona le aclaró las cosas, cuenta ella. Antes de llegar a ser actriz porno, llevaba casi tres años pensando en la idea de entrar a la industria, pero no se atrevía por miedo. Decidió escribirle un correo a Amarna Miller, una conocida actriz porno española y activista feminista, diciéndole que quería hacer porno, pero tenía muchas dudas. 

“Ella me respondió que si iba a dar el paso tenía que estar completamente segura y que debía tener en cuenta lo que conllevaba hacer porno. Me dijo que mi familia sabría de mi decisión en algún momento y que debía hacerme a la idea de que ya nadie me iba a ver igual. Que una vez adentro es difícil salir”, dice.

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La respuesta de la actriz española le sembró aún más dudas y prefirió dejar la idea de lado. Regresó a Bogotá donde se matriculó para estudiar actuación en una academia. Y de nuevo, como con la Ciencia Política, sentía que no encajaba. Que estaba en el lugar equivocado. 

“Durante ese tiempo empecé a ver más porno y, con la medida del tiempo, me di cuenta de que eso era lo que realmente quería hacer”.

En entrevista con El Espectador, Izzy Lush cuenta cómo fueron sus inicios en la industria de la pornografía, el presente de este negocio en Colombia y sus aspiraciones hacia el futuro. También responde a las críticas de quienes dicen que es una industria que se aprovecha y atenta contra las mujeres.

 

Después de varios años, ¿Cómo es que logra llegar a la industria pornográfica de EE.UU.?

Entrar a la industria del porno pareciera ser algo fácil, pero como en todo trabajo se requiere de contactos y un poco de suerte. No bastaba solo con querer ser actriz porno, sino que debía conocer a la gente adecuada para que me vincularan con las productoras. Aprovechando un viaje en Estados Unidos, le escribí a varios actores y directores. Solo uno me contesto: Greg Lansky, el dueño de la compañía Vixen. Fue él quien me dijo que para entrar debía estar en una agencia de actrices si quería triunfar en la industria. Me recomendaron una y escribí. Les gustó mi perfil y me enviaron un contrato. Lo firmé y lo envié de vuelta. Ya era, al menos en el papel, una actriz porno

¿Qué recuerda de su primer día?

En el porno todas las escenas se pagan distinto de acuerdo con su “categoría”. El sexo anal, las orgías y las interraciales son de las que mejor se pagan. En mi caso inicié con una escena anal y tuve que prepararme un día antes para la escena. Comer mucha proteína y evitar las frutas y verduras. Y ya luego fue increíble. Estaba muy nerviosa pero la gente del set me hizo sentir cómoda. El actor con el que me tocó también estuvo súper pendiente de mí. Después se fue haciendo mucho más sencillo. 

¿Cómo es un día de trabajo dentro de la industria pornográfica?

Es bastante normal, creería yo. A mí me pagan por escenas, entonces hay días en los que puedo trabajar tres horas y otros donde estoy nueve o diez horas seguidas. Depende cómo sea la escena uno se prepara. Por ejemplo, si la escena que tengo que grabar es de sexo anal debo evitar comer frutas o alimentos de fácil digestión el día anterior. En la grabación, antes de filmar la escena se hacen unas fotos que se toman solo de la actriz para subir en la página web o para que acompañen el DVD. Después llega el actor, se hace la introducción en la que actuamos de acuerdo a la escena. Luego, los stills, las fotos de las posiciones que se hacen en la escena, y por último el sexo. Al terminar me voy a mi casa, me pongo a leer o a ver televisión, y me programo para mi próxima grabación. 

En poco tiempo se hizo un campo en la industria. ¿Cuál cree que sea la razón? 

Porque me encanta lo que hago. Y siempre he pensado que las personas como que nacen para algo y yo nací para estar en la industria porno. Me siento completamente cómoda y siento que encajó como un rompecabezas aquí. Creo que porque lo disfruto es que les gusta a mis seguidores. Porque lo hago de forma natural. Sin fingir.

Usted es muy conocida en Estados Unidos, pero poco en Colombia. ¡Le gustaría trabajar algún día aquí?

Sí, claro. En Colombia la industria es todavía muy pobre. A las actrices se les paga mal y no siempre son conscientes que trabajar en esto les cambia la vida. Me gustaría que en un futuro en Colombia hubiera un panorama como aquí en Estados Unidos. Porque no es justo que le paguen tan poco a las chicas que graban una escena y luego ellas sean estigmatizadas y pensando que lo que hicieron fue un error. Lo que me gustaría es que si alguien quiere entrar a la industria porno en Colombia lo haga sabiendo que es un trabajo digno, como lo es aquí en Estados Unidos.

¿Ser actriz porno ha afectado su vida privada?

Es complicado. Desde que empecé en el trabajo no he tenido una relación estable con nadie. Ahora si quiero estar con alguien me lo pienso dos veces, pues puedo incluso a llegar a comparar con mi trabajo. Además, en mi trabajo la gente tiene la mente muy abierta y no todo el mundo está dispuesto a aceptarlo. Así que mentiría si dijera que no. Pero por el momento eso no me ha afectado. Me gusta lo que hago y lo disfruto todos los días. 

¿Su familia sabe que trabaja como actriz porno?

Sí, aunque yo nunca les conté. Durante los meses que estuve en Estados Unidos, nadie supo que yo estaba haciendo porno. Cuando mi mamá me preguntaba yo le respondía que luego le contaba. Unos meses después en Cali empezó a circular una cadena en la que salía yo. Se la enviaron a todo el mundo y al momentico me llamó mi mamá. Ella pensó que se había filtrado un video mío, pero luego de una larga conversación le expliqué que ese era mi trabajo. Me hizo muchas preguntas, que cómo nos protegíamos y si estaba feliz. En su momento no compartió, pero con el tiempo aceptó que ese es mi trabajo y lo que yo quería hacer. 

Pero obviamente eso cambia la vida de cualquier persona, ¿no?

Claro. Después de eso tuve que lidiar con las críticas y los chismes de la gente. Pero yo estaba convencida de la decisión que había tomado y sabía de las consecuencias. Igual no deja de ser duro, pero mis amigos en Cali me apoyaron en todo momento. Algo curioso es que desde que me volví actriz porno varios me han tomado de terapeuta. Me preguntan que por qué no tienen deseo sexual o por qué sus novios no tienen erecciones. 

En los últimos tiempos varias voces se han alzado en contra la pornografía argumentando que es una industria en la que se degrada a la mujer. ¿Qué opina sobre esta posición?

Es respetable, pero no lo comparto. Puede que la industria a la que entré sí esté pensada para los hombres y que muchas personas lo vean como una degradación a la mujer, pero ahora lo entiendo como lo que es, una actuación. Mi trabajo es ser actriz y el porno es mi forma de actuar.  Además, en cuanto al porno hay siempre doble moral, pues muchos de quienes lo critican lo consumen a escondidas. En cuanto al sexo el límite es la imaginación y lo que veo es que el porno nos ha servido para abrirnos a muchas posibilidades y experimentar. 

Por Jesús Mesa / @JesusMesa

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