Lecciones de la pandemia a la ciencia colombiana

La crisis por el SARS-CoV2 le ha dado una gran lección a la comunidad científica a beneficio del país. Por iniciativa de la Secretaría de Salud del Distrito y el Instituto Nacional de Salud, los investigadores adaptan sus laboratorios para realizar pruebas de diagnóstico de la COVID-19.

Redacción Especiales
10 de mayo de 2020 - 02:00 p. m.
El Hospital Universitario San Ignacio (HUSI) podrá procesar aproximadamente 300 muestras diarias.  / Cortesía
El Hospital Universitario San Ignacio (HUSI) podrá procesar aproximadamente 300 muestras diarias. / Cortesía

“La profesora Marylin Hidalgo ha sido una pieza fundamental de esta iniciativa desde la Facultad de Ciencias”, dice Luis Miguel Renjifo, vicerrector de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue ella quien empezó a hacer gestiones, junto con la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), en la Universidad y fuera de ella, para que la Javeriana se ofreciera a realizar las pruebas de diagnóstico de la COVID-19.

Con su paso durante varios años trabajando en el Instituto Nacional de Salud (INS), Hidalgo sabía que esa entidad necesitaba apoyo y que la experiencia de la investigación universitaria podía ampliar la capacidad de respuesta del país.

El llamado de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá (SDS) para certificar laboratorios universitarios capitalinos incluyó una capacitación de investigadores en el INS, paso que ya cumplió la Javeriana. Ahora, el INS y la SDS visitan las universidades para verificar los estándares de calidad en la adaptación de sus instalaciones, para que puedan empezar a procesar muestras. Ya las universidades de los Andes, el Bosque y Rosario iniciaron el trabajo. El HUSI y el Instituto de Genética Humana (IGH) de la Javeriana se preparan para unirse a esta red de laboratorios para el diagnóstico del COVID-19, la cual está coordinada por Gabriela Delgado, bacterióloga y Ph. D. en Ciencias farmacéuticas.

“Tenemos reuniones periódicas con todas las universidades para compartir experiencias técnicas y postulados científicos asociados con el diagnóstico y el seguimiento. Los investigadores han sido muy generosos, compartiendo sus saberes y reactivos. Ver a las universidades trabajando conjuntamente es muy satisfactorio”, le dijo Delgado a Pesquisa Javeriana

¿Qué los motivó a llamar la atención de la Universidad para participar en las actividades propuestas por el INS y la SDS?

Marylin Hidalgo: durante mi trabajo en el INS enfrentamos dos alertas epidemiológicas: el ataque 9/11 con el ántrax y el H1N1, lo que me sirvió para entender cómo funciona el Instituto, cómo manejar esas alertas y cuáles son las necesidades. Ahora en la Universidad puedo trasladar el conocimiento y las fortalezas que tenemos desde la academia para aportar a esas emergencias. Tenemos gente formada, que piensa y ve las cosas de manera diferente a la del Instituto. La respuesta del INS tiene que ser inmediata; la de la academia debe ser complementar esta respuesta.

Fernando Suárez: con la capacidad técnica en infraestructura que tiene la Facultad de Medicina, vimos la necesidad de acompañar al INS en la realización de las pruebas. Cuanta mayor cantidad de pruebas se hagan, se podrá conocer la magnitud real del problema.

¿Cómo se ha preparado la Javeriana para ofrecer el servicio una vez el laboratorio esté certificado?

M. H.: hicimos un análisis, evaluando infraestructura, riesgos y revisando rutas biosanitarias. El HUSI es un eje central, porque para ellos es más fácil asumir el diagnóstico; lo hacen de rutina. Simultáneamente, pensamos extender una parte del Laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias al IGH, por su cercanía con el Hospital, lo cual evita que estemos circulando muestras por toda la universidad.

F.S.: la SDS solicita adaptar mejor el laboratorio para que sea compatible con el diagnóstico. Por ejemplo, señalizar las áreas de desecho. Debemos tener una ruta sanitaria muy bien definida para saber por dónde van a entrar las muestras y dónde van a salir los desechos biológicos. Aunque esto ya lo tenemos, solo debemos ajustarnos a un estándar diferente. Pero ya contamos con la capacidad del diagnóstico: con un equipo de cuatro investigadoras, logramos estandarizar la técnica. Si hoy llegara una muestra de un paciente, ya podríamos hacer el diagnóstico.

¿Cuáles han sido los obstáculos para adaptarse a las nuevas responsabilidades?

M. H.: el sistema es lento y no fluye tan rápido. Uno se enfrenta a situaciones que no son fáciles de superar. Por ejemplo, no se pueden comprar los reactivos de inmediato, porque no hay disponibilidad. Por otro lado, las realidades de cada persona son diferentes. Hay quienes les da temor procesar o recibir las muestras, porque eso tiene un riesgo.

F. S.: necesitábamos un congelador especial para guardar el RNA de los virus, y ha sido muy difícil porque todo el mundo lo está comprando. Los reactivos están escasos. Es un problema mundial. Como aquí no se producen, toca importarlos.

¿Cómo se beneficiará Colombia con esta nueva infraestructura?

M. H.: el HUSI podrá procesar aproximadamente 300 muestras diarias, porque tiene un sistema automatizado. En el IGH serán unas 200 muestras diarias.

¿Qué viene ahora?

F. S.: supongo que la escasez de reactivos disminuirá. Pero hay algo muy importante que viene ahora. Estamos pensando en los pacientes, como es obvio, pero no hemos pensado mucho en el personal del sector salud que atiende este tema en las UCI y directamente a los afectados: se supone que se les debería hacer el test cada siete a nueve días. Ese es un reto grande.

Otro problema es que puede haber reinfección. Tendríamos que repetir la prueba varias veces al año. Mientras no haya vacuna o un medicamento que funcione, esto puede durar años.

* Revista Pesquisa Javeriana.

Por Redacción Especiales

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