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Lujosa vida de millonario brasileño causa polémica en Portugal

El país en crisis critica a Lorenzo Carvalho, quien no duda en gastar 1.330 dólares en un botella de champán. Carros y joyas hacen parte de su diario vivir.

Ana Aranda Menéndez / Efe
19 de agosto de 2013 - 03:25 p. m.
Lorenzo Carvalho y Pamela Anderson.
Lorenzo Carvalho y Pamela Anderson.

El estilo de vida del que el joven millonario brasileño Lorenzo Carvalho hace ostentación en un país en crisis como Portugal ha llevado al piloto de GT-3 a los periódicos y a los noticiarios lusos de máxima audiencia.

La fama de este extravagante joven aumentó desde que contase con la actriz canadiense Pamela Anderson como distinguida invitada a una fiesta en el Algarve con la que celebró en julio sus 22 años.

A la juerga, celebrada en un discoteca y cuyo costo se cifró en unos 300.000 euros (unos 400.000 dólares), también fueron invitados expresamente varios medios de comunicación.

Aunque con anterioridad ya había protagonizado otros reportajes, fue esta celebración, a la que la antigua "vigilante de la playa" acudió con la sola financiación del viaje y la estancia, sin honorarios extraordinarios, la que le ha conducido directo a la polémica.

Invitado al informativo de máxima audiencia de una de las cadenas privadas lusas, la presentadora Judite de Sousa usó su habitual tono incisivo para criticar la suntuosa forma de vida del veinteañero en un país en el que según recordó, el 40 % de los jóvenes están desempleados.

Desde las redes sociales y en las páginas de internet, se consideró que la presentadora estuvo poco correcta y se recordaba que, si bien su salario no llega a la fortuna de Carvalho, ella también está muy por encima de la media de los ingresos portugueses, unos 16.000 euros (21.300 dólares) al año.

Voces muy respetadas en Portugal, como la del ex dirigente político Marcelo Rebelo de Sousa, apuntaron a la presentadora, a la que acusó de usar un tono "agresivo" por la disparidad de concepciones "sobre el dinero y sobre la vida".

Aceptada las críticas por la propia periodista, el aludido minimizó en las redes sociales la polémica entrevista.

"Creo desde el fondo de mi corazón que ella no fue malintencionada, pero entiendo las interpretaciones que han generado la polémica y por eso agradezco a todos por los centenares de mensajes de cariño", indicó Carvalho.

Habituado a reproches, el joven, casado y con un hijo, no se considera "fútil", sino seguidor de unos valores familiares y con una cultura adquirida a través de sus múltiples viajes por el mundo, que los ve como "la mejor escuela", una vez que abandonó los estudios a los 16 años.

Nacido en el estado brasileño de Goiás, de madre brasileña y de padre luso-brasileño, Carvalho pasó sus primeros años en la ciudad de São Paulo, de la que se trasladó a Milán cuando sus padres decidieron alejarse de una época negra en la que varios accidentes acabaron con la vida de diferentes miembros de la familia.

En 2012, en su mudanza a Portugal llegaron junto a él sus numerosos carros de alta gama, comprados con la fortuna familiar procedente de los negocios de compra-venta de piedras preciosas y de la industria cosmética, y entre los que destacan varios Ferrari.

La unión a velocidad y a la marca del Cavallino Rampante es una constante desde hace años en la vida del este veinteañero que pilotó por primera vez uno de sus vehículos a los 17 años y que ahora conduce uno en la GT-3, aunque esta costosas carreras no las paga él sino sus patrocinadores, según aclaró el propio Carvalho. (Ver algunas de sus fotos).

Su fascinación por la velocidad se ha extendido al mundo de los negocios hasta el punto de quererse hacer con la explotación del legendario circuito de Estoril, lujosa localidad cercana a Lisboa en la que reside.

Además de en su gusto por los carros y las fiestas lujosas -se gastó 1.000 euros, 1.330 dólares, en cada botella de champán-, Carvalho hace notar su presencia por sus ropas de las más exclusivas firmas, aparatosas joyas y por cubrir su cuerpo con tatuajes entre los cuales es posible distinguir la faz del boxeador Mike Tyson o la palabra "familia".

Aunque como contrapunto a esta imagen de derrochador, Carvalho colabora con proyectos como los de la organización Terra dos sonhos, encargada de lograr los deseos de niños enfermos, y donará el primer año de beneficios de las camisetas de su marca, Understand 69.

Una imagen tan contrapuesta como el lema con el que el se identifica "Angel's face, devil's body" (Cara de ángel, cuerpo de demonio).

Por Ana Aranda Menéndez / Efe

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