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Pies Descalzos, caminando por la educación

La fundación construye un nuevo megacolegio con una inversión de US7$ millones. Como lo explica una de sus directivas, la institución no solo será un espacio académico sino un centro comunitario que incluirá a una población vulnerada.

Laura Villamil Barrera
22 de marzo de 2013 - 11:32 a. m.
Foto Cortesía.
Foto Cortesía.

"Queremos que los niños reciban atención del colegio desde que están en el vientre de sus madres. Las vamos a invitar acá para que participen en todo tipo de actividades para estimular a sus hijos antes de nacer", dice Patricia Sierra, directora ejecutiva de la fundación Pies Descalzos, mientras señala con orgullo los adelantos de la obra que para enero del 2014 se convertirá en el Colegio Lomas del Peyé. Allí llegarán 1.700 alumnos, que como lo narran algunos habitantes del barrio, se encuentran entusiasmados por la apertura de este complejo de más de 5 mil metros cuadrados que tendrá 24 aulas, laboratorios, salones tecnológicos y audiovisuales y amplias zonas de recreación y deporte.

La directiva señala que, como en el caso de otros megacolegios construidos por la fundación, este espacio se convertirá en un centro comunitario que permita a los habitantes de barrios aledaños la apropiación de herramientas educativas y culturales. "Los muchachos van a poder emplear mejor su tiempo. No se imagina esa emoción con la que están esperando la inauguración del colegio, hay muchos que no saben si van a tener cupo pero están dichosos", cuenta Yesenia Lopera, habitante de la comunidad y beneficiaria del programa de huertas productivas implementado por Pies Descalzos.

Para la construcción de este espacio se invirtieron alrededor de US$7 millones, suma con la cual contribuyeron distintas organizaciones sociales e instituciones públicas convocadas por Shakira, creadora de la fundación. "Creemos que esta es la última obra de esta magnitud porque el resto de escuelas que construyamos serán más pequeñas. Así, vamos a poder llegar a zonas que no son necesariamente urbanas para beneficiar a las poblaciones vulnerables", explicó Sierra. Además, reveló que el trabajo comunitario ha sido una de las prioridades en la ejecución del proyecto, “porque nos interesa que sientan este espacio como suyo, que entiendan que esto es para ellos”.

La evolución de esta obra ha estado marcada por distintas dificultades, que como aseguró la directiva, se han ido superando. Una de las principales es la ubicación del megacolegio, que al estar definida como una zona de conflicto y pobreza dificultaba la construcción. “Antes no teníamos la carretera que ahora nos comunica con la ciudad. Esto estaba aislado. Fue la fundación la que tuvo que terminar la carretera porque el gobierno no la terminó”, dice Lopera.

Pies Descalzos trabaja desde hace 11 años por la niñez colombiana en temas como la educación, la nutrición y la salud, con su presencia en zonas como Quibdó, Altos de Cazucá y Barranquilla. Según Sierra, las alianzas con otros programas y fundaciones contribuyen con los objetivos de la labor, por ejemplo, el apoyo que recientemente recibieron de la compañía brasilera Grendene (comercializadora de calzado), la cual donó 10 mil pares de sandalias para los niños beneficiarios de la fundación.

Por Laura Villamil Barrera

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