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Plan de retorno al campus

El rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Carlos Sánchez Gaitán, enfatizó los aspectos claves para que la vida académica presencial se ajuste a los lineamientos dados por Gobierno Nacional en pro del beneficio de todos los estudiantes.

29 de mayo de 2020 - 07:52 p. m.
Vista del campus de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en el centro de Bogotá.
Vista del campus de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en el centro de Bogotá.
Foto: Cortesía

Para salir de la cuarentena rigurosa motivada por el COVID-19, que demandó para la educación superior un direccionamiento a lo específicamente tecnológico se requiere, paradójicamente, una fortaleza en el campus físico; en ese espacio anhelado donde es posible una relación mediática entre profesores, estudiantes, colegas y la formación de comunidad académica y de vida; ese espacio donde también se ejercen la libertad y la crítica.

Los anuncios del Ministerio de Educación nacional sobre la posibilidad de desarrollar prácticas académicas en junio y julio próximo para culminar el presente periodo lectivo y el regreso con un sistema de “alternancia” en agosto, así lo confirman.

La capacidad de nuestros talleres y laboratorios determinarán la exitosa labor de este primer semestre, y es ahí donde son importantes las previsiones que hemos hecho, diferenciando las clases presenciales mediadas por tecnologías de la información, de aquellas que requieren necesariamente la presencialidad (laboratorios, talleres y otras prácticas), y que tentativamente se programaron para junio o julio, lo que coincide hoy con la directiva oficial.

Desde entonces, se tiene una programación hora a hora de estas actividades. Nuestro plan de retorno al campus tiene varios aspectos. Primero, la concepción académica y pedagógica para la educación en “alternancia”, es decir, una parte en casa (clases presenciales sincrónicas, algunas asincrónicas, mediadas por tecnología) y otra en el campus que, al lado del cuidado psicosocial de nuestros estudiantes, son elementos necesarios para su formación integral. Cabe anotar que, durante las semanas de cuarentena, esta forma de presencialidad ha alcanzado la importante cifra de 90% a 95% de asistencia estudiantil, clases motivadas por nuestros profesores y directores de programa.

Segundo, la distribución física de espacios con los debidos aislamientos, señalización, instalaciones adicionales de elementos propios de bioseguridad, como lavamanos portátiles cerca a las aulas, cámaras para censar temperatura, aseo y desinfección. Si bien se ha desarrollado un trabajo en este sentido, quedamos a la espera de protocolos que pudieran ser fijados vía las autoridades administrativas o de salud.

Tercero, ubicación georreferenciada para programar horarios, y utilización de medios de movilidad de estudiantes, personal académico y administrativo. Cuarto, se promoverá una información precisa a través de los medios oficiales de la institución sobre el regreso al campus y una cuidadosa campaña de cultura de autocuidado, en el comportamiento colectivo y en el de movilidad.

Tal como lo hicimos en el primer periodo académico y durante la cuarentena, para el segundo periodo nos aseguraremos de que nuestros estudiantes cuenten con conectividad; de la misma forma, proporcionaremos equipos de cómputo y conexión a internet, para quienes no dispongan de ellos y que por las condiciones económicas y personales de aquellos y sus familias no puedan sufragar dichos gastos.

Finalmente, en consideración al difícil cierre de año escolar que han tenido y tendrán nuestros bachilleres este año, estamos estudiando la posibilidad de privilegiar su experiencia presencial en el campus.

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