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La revolución de los tacones

Desde la antigua Grecia las mujeres han peleado porque sus posiciones políticas y sociales sean respetadas. A pesar de las victorias obtenidas hasta hoy, y de su protagonismo en campos como la ciencia, en la batalla por la igualdad aún reina la inequidad en industrias tan poderosas como el cine.

Germán Gómez Polo
08 de marzo de 2015 - 02:00 a. m.
La revolución de los tacones

Algo más que las huellas de los actores quedó sobre la alfombra roja de los Óscar tras el discurso de Patricia Arquette. La ganadora del máximo reconocimiento del cine a Mejor Actriz de Reparto, por su papel en la película Boyhood, dedicó unas líneas de su discurso para hacer un llamado a la igualdad de género. “Es el momento de tener el mismo salario”, le dijo al público y a millones de televidentes.

Una verdad incómoda que queda opacada por leyes en papel que dan por sentada la igualdad. Pero sólo con comparar los salarios de los actores y las actrices mejor pagados de Hollywood para exponer la abismal diferencia que le da argumentos a la actriz, cuya moción fue aplaudida por otras estrellas de la gran pantalla, como Meryl Streep.

Según la revista Forbes, el primer lugar entre los actores mejor pagados de 2014 lo ocupa el protagonista de la taquillera Iron Man, Robert Downey Jr., con US$75 millones. Del otro lado de la barrera, entre las mujeres, la mejor pagada fue Sandra Bullock por su actuación en la película Gravity. Recibió US$51 millones, 32% menos que su contraparte masculina. Si se sigue observando con detenimiento el ranquin, la diferencia entre el segundo de los hombres, Dwayne Johnson, conocido como la Roca, y la segunda de las mujeres, Jennifer Lawrence, es de US$18 millones.

En resumidas cuentas, entre el dinero recibido por los diez actores mejor pagados de Hollywood se pueden contar US$419 millones, mientras que sumando el que ganaron las diez actrices mejor pagadas apenas se llega a los US$226. Las diferencias también son evidentes en la participación de las mujeres en producciones del séptimo arte. Un estudio de la Universidad de San Diego, California, realizado por Martha Lauzen, directora ejecutiva del Centro para el Estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine, encontró que ellas sólo representaron el 12% de los papeles protagónicos de las 100 películas más taquilleras de 2014, tres puntos porcentuales menos que en 2013.

Eso sin mencionar que en las producciones cinematográficas abundaron los estereotipos relacionados con el género: la mayoría de los personajes femeninos fueron más jóvenes que sus pares masculinos. Asimismo, los hombres fueron más propensos a ser identificados por su rol laboral y las mujeres por papeles relacionados con su vida personal.

Esta inequidad también se percibe detrás de cámaras. El mismo estudio de la U. de San Diego determinó que en las películas con al menos una mujer como directora o guionista, la participación femenina en papeles protagónicos es mayor que cuando los directores o guionistas son hombres. Este panorama no es exclusivo de Hollywood. En España, por ejemplo, una investigación de la Universidad Complutense de Madrid analizó 42 películas y encontró que el 61,9% de éstas fueron protagonizadas por hombres.

En medio de este escenario, discursos como los de Arquette empiezan a calar en los medios y redes sociales, visibilizando el problema. Florence Thomas, coordinadora del grupo Mujer y Sociedad, advierte que las grandes brechas que persisten entre el hombre y la mujer se ven “tanto en el cine como en el arte, la literatura y, ni se diga, en la política. Por eso, dice refiriéndose a las emotivas palabras de Arquette, es necesario recordar esta situación en cualquier espacio y, mejor, si es con mucho público”

Y la ceremonia de los Óscar no fue la primera vez. El año pasado la actriz Emma Watson, reconocida por su papel de Hermione Granger en Harry Potter, había llamado la atención en la sede central de la ONU con un contundente pronunciamiento a favor de la igualdad de género: “Ningún país del mundo puede decir que la ha alcanzado por completo”. Asimismo, otra lista de famosas, como Kate Winslet, Cara Delavigne, Emma Thompson, Eva Longoria, Geena Davis, Keira Knightley, Willow Smith o Natalie Portman, ha aprovechado la pantalla o la influencia en el público para hacer sentir su voz contra la desigualdad. Además de robarse los suspiros de muchos en decenas de películas donde sus figuras quedaron plasmadas, siguen pidiendo por la igualdad, un problema del que no se salva ni la gran industria bajo los reflectores.

Inventos que hicieron historia

Aunque durante siglos la sociedad las subestimó y las mantuvo al margen de actividades consideradas “sólo para hombres”, las mujeres siempre han encontrado el camino para dejar huella. Hazañas como las de Juana de Arco, líder del ejército francés en múltiples victorias durante el siglo XV, o las de Amelia Earhart, la primera aviadora en cruzar el océano Atlántico, han quedado consignadas en los libros de historia.

Sin embargo, a pesar de haber hecho trascendentales descubrimientos como el radio y el polonio, hasta mediados del siglo XX tan sólo el 10% de las patentes del mundo pertenecían a mujeres. Esto comenzó a cambiar después de la Segunda Guerra Mundial, cuando impulsadas por las necesidades de la época, le dieron rienda suelta a su creatividad y empezaron a desarrollar grandes inventos.

Algunos, como el limpiaparabrisas, buscaban facilitar la vida cotidiana, pero otros como el kevlar o la nistatina se convirtieron en herramientas para salvar vidas. Paradójicamente no todos estos avances recibieron en su momento el reconocimiento que merecían. De hecho, sólo a comienzos de este año Marion Donovan ingresó al Salón de la Fama de los Inventores por haber creado el pañal desechable. Conozca algunas de las inolvidables creaciones femeninas.

Limpiaparabrisas
Conmovida tras ver a un conductor de tranvía bajándose en repetidas ocasiones para limpiar el vidrio durante una tormenta de nieve, Mary Anderson empezó a trabajar en distintos bocetos, hasta que en 1916 se le ocurrió construir un brazo giratorio con una lámina de caucho que el conductor podría accionar a través de una palanca.

Radiactividad
Nacida en Varsovia, Polonia,  Marie Curie no sólo realizó grandes avances en el campo de la radiactividad, estudiando las propiedades del uranio y descubriendo dos nuevos elementos, el polonio y el radio, también fue la primera mujer en ser profesora de la U. de París, la segunda en ser reconocida con un doctorado y la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades: física y química.

Compilador
Esta herramienta, que traduce los comandos del inglés al idioma informático, fue inventada en la década del 50 por la almirante norteamericana y científica  Grace Murray Hopper. Su creación facilitó el desarrollo y estandarización de lenguajes de programación como Cobol y Fortran, que luego sirvieron de base para los sistemas operativos y programas con los que funcionan los computadores y smartphones.

Bengala
La muerte de su esposo, y posteriormente de dos de sus hijos, dejaron a Martha Coston en un delicado estado emocional y financiero. Eso sería hasta que en 1859, tras diez años de ensayo y error trabajando con químicos y pirotecnia, lograra materializar una de las ideas de su difunta pareja: la luz de bengala. Un invento que hoy sigue salvando vidas, especialmente de marineros, exploradores y militares.

Inicios del wifi
 Hedy Lamarr rompió los paradigmas de la industria del cine al protagonizar una de las primeras escenas sexuales. Sin embargo, no es la única razón por la que es recordada. En 1941, esta ingeniera en telecomunicaciones inventó un medio secreto de comunicación que cambiaba  la frecuencia de emisión para que fuera difícil de interceptar. Primero se aplicaría en torpedos y posteriormente en la creación del wifi.

Champaña
Si no fuera por Nicole Clicquot, la champaña no existiría. Tras la muerte de su esposo, desarrolló en 1808 una técnica llamada remuage, que consiste en mantener las botellas de cabeza durante semanas, para eliminar los sedimentos que resultan de la segunda fermentación del vino, creando la burbujeante bebida.

Kevlar
A simple vista puede que su nombre no diga mucho, pero eso cambia si se tiene en cuenta que este material, cinco veces más fuerte que el acero, pero mucho más ligero, es el componente principal de los chalecos antibalas y el responsable de salvar cientos de vidas. Este polímero, creado en 1965, es sólo una de las 18 invenciones de Stephanie Kwolek, quien dice que lo logró accidentalmente cuando una sustancia que debía ser viscosa se le volvió cristalina.

Pañal desechable
Viniendo de una familia de inventores, no es extraño que Marion Donovan usara sus aptitudes para facilitar una de las tareas más dispendiosas de los padres. Cansada de lavar una y otra vez los pañales de tela de su hija, usó su máquina de coser y una cortina de baño para crear el primer pañal desechable  en 1949.

Nistatina
Empleada en  medicamentos para curar hongos que afectan la piel y el tracto intestinal, la Nistatina fue el resultado del trabajo de dos mentes brillantes: la de la química Rachel Fuller Brown y la  microbióloga Elizabeth Lee Hazen. Ambas se las ingeniaron para desarrollar a distancia este compuesto que salió al mercado en 1950.

Por Germán Gómez Polo

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